De 56 a 65 añosDepresiónExperiencias de pacientesPerfiles de pacientes

Experiencias en depresión en pacientes de 56 a 65 años

By 8 diciembre, 2014 abril 15th, 2020 No Comments
En este módulo, pacientes de 56 a  65 años muestran sus experiencias con esta condición de salud.

Entrevista a Rafael

Sexo: Hombre

Edad en el momento del diagnóstico: 44 años

Año de diagnóstico: 1992

Tratamientos recibidos: Farmacológico y psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 63 años

La vida antes de la depresión

“Yo siempre he dormido muy poco, cuando me excito, me excito mucho ¿sabes que te digo? Tengo las neuronas muy… claro, esto es que soy así, esto yo no es que sea una enfermedad ni es que sea nada, es que soy así. Claro, si era así, era así, de niño ya era así, he sido desde joven, claro, muy excitante, muy vital, he sido muy vital, muy vital, muy vital y cuando se disparan las neuronas se disparan y bueno.”

Primeros indicios y episodios

“Esto fue muy lento todo, muy lento, no fue dos meses ni un mes, fue años, años. Hasta que un día, de estar 4 meses sin dormir ni una hora, porque me metía a dormir y había un reloj en la iglesia que ahora ya no está, y daba las horas. Y me metía a lo mejor a las 12, y 12.15 me levantaba ya, ni 5 minutos. Y estuve por lo menos 5 meses sin dormir nada, pero ni 5 minutos, cómo vivía yo no lo sé, cómo vivía no lo sé.”

Reconociendo la depresión

“¿Y cuándo tiempo dijo que pasó desde que empezó a sentir ese malestar hasta que acudió al médico? Ya no me acuerdo pero creo que tres años sí, o dos o tres años, sí. ¿Y fue por su propia voluntad? Sí, porque ya no podía más, ya no podía más y un día aquí digo: “-Bueno, hoy voy al médico”, pero claro, yo iba al médico, seguro que no podía hacer nada, porque yo veía que era todo el mundo, o me lo imaginaba, porque claro, el problema de esto es que tú te imaginas y luego, me imaginaba, porque claro, luego sí que hizo el médico porque el médico lo primero que me hizo fue dormir, dormir, que me iba a casa dormida, por lo menos dormí, claro, ya fue otra cosa, muy fuerte, muy fuerte pero dormí, yo no había tomado nunca una pastilla para dormir y dormí. Y usted por qué cree que dejó pasar tanto tiempo hasta que fue a consultas? Yo te lo digo, porque yo estaba seguro de que la medicina no tenía nada que hacer en esto, porque yo a posta creo que mi depresión, no sé si fue depresión-depresión, porque yo veía todo el problema. En el momento que lo veía sí, esto es depresión, o sí, es lo que yo no sé, no sé si en un momento en que tú ves los problemas… Yo creo que una depresión es cuando tú no te das cuenta de dónde te has metido y yo siempre me di cuenta de dónde estaba metido, lo que no sabía es cómo salir. -¿Por eso dice que no acudió…? O sea, yo sabía dónde estaba metido, yo sabía todos mis problemas, yo sabía mi entorno, yo sabía que desde niño ya no dormía, yo sabía que era esto, y yo no sabía que nadie me pudiera ayudar y no busqué ayuda, a nadie. ¿Sabes qué te digo? hasta que me dieron un poco.”

Causas de la depresión

“Hombre, esto no viene de un día para otro, esto viene de muy poco a poco, hasta que te das cuenta yo creo que no sé lo que puede pasar, pero más de un año, cada día se tiene un problema, hasta que te das cuenta que no funcionas y que son muchos, porque yo creo que en mi caso fue un cúmulo de problemas, un cúmulo de cosas y cuando el vaso está lleno se derrocha. Esto yo creo que fue lo grande. Empecé sobre el 90 tenía problemas de todo tipo, pequeños pero hasta que vino un momento que todo se rompió. Y luego tenía problemas aquí, problemas familiares, problemas de amigos, problemas de parejas, y se formó esta bola grande, grande, enorme. En el fondo lo eran ¿no? en el fondo lo eran los problemas, en el fondo la depresión era un caos mental de muchas cosas, porque claro, eran muchas cosas que se habían juntado. El problema del trabajo vino muy… fue un problema que rompió, que culminó el vaso pero es muy difícil explicar. Yo creo que la depresión para el sistema que estamos es muy propenso a dar depresiones ¿no? el sistema que estamos viviendo es muy propenso a dar depresiones, las depresiones algunas veces pueden venir dadas por expectativas no cumplidas, por roturas de pareja, por roturas, yo qué sé. Es que es muy fácil que te venga una depresión, la ruptura de pareja te puede producir un bajón que se puede luego pasar a la depresión.”

Itinerario terapéutico

“Fui al médico, no lo conocía al médico de cabecera, no lo había visto nunca, era una chica y me escuchó por todo y se ve que le pareció cosa de corazón o no sé qué, y me dijo: “-Te tomas unas pastillas”. Yo le expliqué un poco el rollo pero cuando… una visita de estas rutinarias, le expliqué un poco el rollo, me puso unas pastillas en la lengua y me dice: “-Estate un rato y luego te volveré a visitar”. Y cuando me volvió a visitar ya me dijo que no era nada de corazón, que tenía el corazón perfecto y que era una ansiedad. Y así empezó a tratarme, hasta que se declaró una depresión, me mandó a un psiquiatra, psicólogo. El psiquiatra solamente decía: “-Esto es una depresión y este medicamento. Y vuelve dentro de 15 días y ¿cómo te encuentras? ¿Has dormido más, has dormido menos?”. Y el médico de cabecera sabía más dónde estaba el problema, sabía más el problema, se ve que no sé. O sea, a esta chica sí que le estoy muy agradecido porque lo sabía perfecto.”

Tratamiento farmacológico. Efectos secundarios de la medicación

“El psiquiatra… a medicamentos que yo no sé lo que me sirvieron y lo que no, no lo sé, no lo sé porque sí que tuve bastantes rechazos, pero no lo sé. No notaba mucha… exceptuando con los ansiolíticos, los ansiolíticos sí que todavía voy. Pero con los medicamentos me decían, “-¿Te va mejor éste?” Y yo no notaba nada, ni Prozac R (Fluoxetina, Ver Glosario Medicación) ni otras, no notaba nada. Incluso lo que notaba eran más ¿Cómo se dice esto? cosas malas, o sea, que me hacían… ¿Efectos secundarios? Efectos secundarios, sí que me hacían muchos efectos secundarios más que bienestar.”

Tratamiento farmacológico. Dependencia y abandono de la medicación

“Hace dos o tres años le decía al médico “-A mí me gustaría quitármelo, porque yo…”, yo ahora prácticamente estoy muy bien, lo que sí, que por naturaleza, por naturaleza, soy así un poco, por naturaleza ya, de nativo, soy de pasar pena, de ansiedad, de dormir muy poco. Yo de niño no he dormido, o sea, esto… yo creo que todas las personas somos como somos ¿no? No hay ninguna igual ¿No? Yo siempre he dormido muy poco, cuando me excito me excito mucho ¿Sabes que te digo? Tengo las neuronas muy… cuando… Pero esto es que soy así, esto yo no es que sea una enfermedad ni es que sea nada, es que soy así. Pero ahora últimamente algunas veces he dicho al médico “-Me gustaría quitarme esto”. Y me dice “-Bueno, no tiene tanta importancia, en todo caso cuando te retires, porque…” ¿Se refiere a las pastillas? Quitarse esto ¿A qué se refiere? ¿A las pastillas? Sí, Tranquimazin R (Alprazolam, Ver Glosario Medicación) y Tranxilium, R (Clorazepato Dipotásico, Ver Glosario Medicación) porque veo que el prospecto dice que no se pueden tomar más de tres o cuatro meses seguidas, yo fíjate, hace quince años que estoy tomando. Pero ahora y todo no puedo estar sin, porque por ejemplo ahora me he tomado antes de tú venir. Claro porque ahora ya controlo más, hombre, yo sé más o menos lo que tengo que tomar pero que lo controlo más. Por ejemplo, si es un día que no tenga trabajo no tomo ¿Sabes que te digo? Ahora ya lo domino tanto que si por ejemplo, tengo que grabar o tengo que ensayar, sé que tengo que tomarlo antes de. ¿Sabes qué te digo? Si tengo un trabajo antes de, tengo que tomarlo, si no, no lo tomo porque si tengo que conducir sí, conducir sí que es muy complicado, porque cuando me falta para conducir soy peligroso porque las manos me tiemblan mucho. Pero esto ya lo domino y se trata… lo que me dice el médico, “-Tienes que tener este medicamento y ya está”. Pero esto ya no es nada para mí, o sea, es puramente, esto es una adicción ¿No? Es puramente una adicción, lo mismo que el que está enganchado…”

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

“Esto fue muy lento todo, muy lento, no fue dos meses ni un mes, fue años, años. Hasta que un día, de estar 4 meses sin dormir ni una hora, porque me metía a dormir y había un reloj en la iglesia que ahora ya no está, y daba las horas. Y me metía a lo mejor a las 12, y 12.15 me levantaba ya, ni 5 minutos. Y estuve por lo menos 5 meses sin dormir nada, pero ni 5 minutos, cómo vivía yo no lo sé, cómo vivía no lo sé.”

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

“El médico lo primero que me hizo fue dormir, dormir, dormir ¿Sabes qué te digo? Me dice “-Ya vas a dormir” Por lo menos dormí, claro, ya fue otra cosa, muy fuerte, muy fuerte pero dormí. A ver, no había tomado nunca una pastilla para dormir y dormí. Y ya cuando está… y sí que luego el ansia te va… el medicamento te quita el ansia, comes un poco, te relajas. Luego esto sí, empecé este proceso que todavía lo sigo ese proceso. La medicina me ayudó, sobre todo, a dormir y a tranquilizarme y a afrontar. Y cuando empezó a sentir mejoría orientada o mejor dicho, producto de la medicación ¿Fue porque pudo empezar a dormir? Sí, sí, esto fue igual que poner… el primer día que me tomé la primera pastilla, porque no había tomado nunca la pastilla y dormí. Bueno y empecé a dormir una hora cada día por ejemplo, pero dormía una hora. Y luego claro, cada seis horas o cada ocho horas tomaba un ansiolítico y luego para dormir, el primer mes ya dormí una hora, luego dormí dos horas. Ahora, yo no duermo, puedo dormir dos horas diarias o tres o cuatro.”

Actividades gratificantes

“No, no, no había nada gratificante para mí, hubo unos años que no. Incluso el mar, que es lo que más me gusta, el mar, yo creo que estuve siete u ocho años sin ir al mar. Dejé el teatro que me encantaba, lo dejé porque no podía tampoco, porque era incapaz. Luego ya empecé rápido la recuperación, sobre todo física, bastante recuperación física, empecé a hacer ejercicio, si hay que tomar antibióticos, me volví a meter, tuve la suerte de que encontré luego trabajo un poco de teatro, y así empecé y luego empezaron las ganas de viajar. Bueno, luego ha sido un proceso todo lo contrario.”

El estigma de las enfermedades mentales

“¿Se ha sentido discriminado usted alguna vez? Sí, sí. ¿En qué ámbito? Yo no sé, no sé… “-Si tienes una depresión es porque te la buscas” o “-Esto de la depresión tómate dos copas y ya está”, “-La depresión como de gente floja”. Ahora ya no sé si tanto, de mujeres, depresión, ya no sé si tanto o no, porque cada vez hay más, bueno pero sí que a veces no se cuenta como una enfermedad.”

Vida social y amigos

“Los amigos bueno, siempre me venían a buscar y a cenar y comer y me llamaban. Demasiado y todo, demasiado y todo porque, sí, demasiado, la verdad es que demasiado, pero… Era una cosa muy extraña. Lo dejé todo, dejé de hacer teatro, que yo hacía teatro, aquí ya lo dejé todo, dejé los amigos, dejé todo porque tampoco podía, tampoco podía, lo tenía el problema, que bueno, eso lo tienes o no lo tienes.”

El mundo laboral

“El problema del trabajo vino muy… fue el problema que rompió, que culminó el vaso. Me levantaba a las 5 de la mañana porque empezaba a trabajar a las 5 de la mañana. Cogía la furgoneta que era un peligro porque no podía ni conducir pero conducía y tuve accidentes, luego se me paraba la furgoneta en medio de la carretera y yo decía: “-Esta puta furgoneta no se pone en marcha”, no era la furgoneta sino que era yo que no… esto ya cuando iba avanzando el problema. Estaba ausente, trabajaba, ya te digo que iba a trabajar y lo liaba, lo tenía que dejar, pero claro, era una cosa tan compleja que yo no sé cómo explicarlo. Iba a trabajar, incluso luego el médico me hizo la baja y seguía yendo a trabajar, porque claro, yo tenía el trabajo y había que ir al trabajo. Pero es que si no iba a trabajar no había nadie para sacar el trabajo y eran trabajos muy delicados, porque incluso iba a trabajar los domingos por mi cuenta porque hacía lo que podía, porque no podía hacer más de dos horas por ejemplo. Porque la cabeza no me daba para más, para más y lo liaba. Cuando iba a trabajar sí que todavía estaba muy… o sea, no tenía autoestima de nada, porque la gente también es muy peligrosa, porque: “-No dejes el trabajo porque no hay trabajo”. Esta historia es lo más jodido que le puedes decir, yo no lo diría nunca a nadie, nunca a nadie le diría esa palabra.”

Sentirse mejor poco a poco

“Yo creo que esta depresión mía se fue curando con el tiempo y sufrimiento mío. Y el aguante fuerte que soy, que tenía un aguante terrible, porque en el fondo soy muy fuerte o he sido muy fuerte. ¿Sabes qué te digo? Y fue como una lucha de tiempo, enfermedad física y todo, que eso fue… se curó con el tiempo, con la ayuda un poco de los otros, de los psiquiatras, psicólogos y claro que me ayudaron a cambiar un poco el carácter, me ayudaron… sobre todo me ayudaron. Con el paso del tiempo. O sea, esto yo te diría que fue como una borrasca que viene. Y la borrasca, cuando viene la borrasca, pones paraguas y pones chubasqueros pero hasta que ha pasado la borrasca. Eso es lo que me pasó a mí, una borrasca enorme, un ciclón que duró mucho tiempo y sí, pero hasta que pasó el ciclón, que claro, que a lo mejor ahora pueden venir otros.”

Cambios en la visión de la vida

“Esto es como toda persona, siempre tienes temporaditas mejores, lo que pasa es que sí que aprendes mucho, aprendes que ahora cuando tienes un bajón, piensas lo que has pasado y dices: “-Esto no es nada, no hay que volver Rafael, cuidado.” ¿Sabes qué te digo? Ahora tiene que ser muy… ahora solamente me haría bajar la salud de los míos y tuya pero difícilmente ni económicos ni otra cosa ni personal, pues si no funciono, no funciono, ya todo esto, ya lo tengo muy superado, ya sé que no voy a caer más.”

Calidad de vida actual

“El proceso ha sido lento pero ha cambiado todo, todo, todo. Desde el estado de ánimo, la energía, la belleza, la salud. Ahora subo montañas, nado, todo, ha cambiado todo, ha cambiado todo. Es que ha sido un cambio de 120º, pero lo que pasa es que no ha sido un cambio en un año, ha sido un cambio de 1998 y estamos en 2011.”

Mensajes a personas cercanas

“¿Y a las personas que no han tenido depresión qué les diría usted para que puedan comprender? Hombre no, a las personas que no han tenido depresión puramente que entiendan a las que tienen depresión, porque a veces sí que escuchas algún comentario. Diría que duele, porque parece que la depresión es un capricho y esto también es muy fuerte, es peor que… casi, casi es como racista, porque la depresión a veces se emplea como si fuera un mal vicio, es un vicio a veces la depresión para según qué gente, y esto no es así, no es así.”

Mensajes a otras personas con depresión

“¿Y qué le diría a otras personas como usted que han tenido depresión? ¿Qué mensaje le daría usted? Pues que no se dejen llevar por el desánimo, que no escuchen a la gente. Porque claro, cada uno es distinta, porque si es una depresión… yo no puedo dar consejos a gente con una depresión que no sea de mi estilo porque cómo voy a decirle a uno, si luego su depresión necesita un medicamento y no toma este medicamento, o “-No te fíes de los psiquiatras”, no se lo puedo decir esto. Pero desde su experiencia ¿Qué le dirías? Desde mi experiencia le diría que no escuchara mucho a los familiares, que el único interés, que sea salir adelante, que suba mucho su autoestima, que cuide mucho su salud, que teniendo salud lo tiene todo y que la depresión sí que es una enfermedad impuesta por la sociedad. Las depresión, en parte, no todas, pero en parte sí que es una… las depresiones vienen dadas por el sistema de la sociedad que estamos viviendo. Esto se trata de levantarte un día y decir: “-Me levanto, me pongo las botas y empiezo y ya”. Ya, y un poco cada día y un poco cada día y seguir y ya habiendo expectativas, no demasiado grandes: vivir cada día, el disfrutar de las cosas pequeñas. Esto sí que es una cosa que te ayuda mucho a vivir, el disfrutar de las cosas pequeñas, no hay cosa más triste que no tener ilusión para nada, la ilusión te la tienes que crear tú porque nadie te va a crear una ilusión, la ilusión te la tienes que crear tú. Andar tres horas por la montaña o a lo mejor me voy a Palma a ver una película, yo no sé, pero cada día esto es lo que… porque sí te quedas, te quedas, si te quedas sentado, te quedas sentado y empiezas a morir, o sea, cuando… y no tener miedo al ridículo en la depresión. ¿Sabes qué te digo? no tener miedo al ridículo, sobre todo cuando ya eres mayor. Y dejarte llevar y vivir la vida siempre… hombre, también una cosa, la libertad da mucha… la libertad también es muy necesaria para no tener depresiones. Pero claro, esto también hay gente que le gusta no ser libres en este sentido, es que el abanico es tan ancho de la sociedad que hay que respetarlo todo, hay que respetarlos todos, todos somos originales, todos somos únicos y a uno le gusta estar enganchado, al otro le gusta no estar enganchado, el otro si no está enganchado no se encuentra a gusto, este si no está enganchado no funciona.”

Entrevista a Guillermo

Sexo: Hombre

Edad en el momento del diagnóstico: 47 años

Año de diagnóstico: 2000

Tratamientos recibidos: Farmacológico

Edad en el momento de la entrevista: 58 años

Primeros indicios y episodios

“Recuerdo que, pues, al cabo de meses, tres, cuatro meses, tuve un episodio de pánico aquí en el trabajo y me fue imposible, pues, permanecer y me marché a casa.”

Proceso de diagnóstico

“¿Y cómo cree que influyó en su vida en este momento, cuando le dan el diagnóstico de depresión mayor? Bueno, esto para mí fue… No fue extraño porque estoy acostumbrado a la terminología. Y de hecho esperaba, no es que esperase, es que no me extrañó para nada. Simplemente necesitaba en aquel momento irme. Y sí, después, días después, semanas después, estando de baja, mi cabeza trabajaba muy rápido y teniendo muy claro que el diagnóstico y un primer ingreso… Que empieza, ahí empieza la historia de la enfermedad y de las etiquetas y del estigma.”

Itinerario terapéutico

“Después fui al centro de salud. Allí pues me hicieron ficha, etc. y periódicamente, pues, he ido revisándome. Mi médica de cabecera sabe toda la historia, sabe todo. Y sigo, pues dos, tres controles anuales. Voy allí, pues extracción de sangre, me mira todo, la tensión, el peso, todos los parámetros, alimentación, ejercicio físco, todo. Esto se me sigue en el centro de salud, tengo ahí mi ficha. Y su relación con el médico de cabecera, el médico del CAP ¿Cómo fue? Muy buena, ha entendido desde el principio mi posición, fue la persona que… una de las personas que realmente me ayudó porque entendió en qué situación estaba. Y tanto para recetas como para bajas, etc., siempre me dijo que contara con ella, y así lo hice. Esta persona me ayudó mucho porque me ayudó mucho porque me ha ayudado a gestionar mis tiempos también y… yo a los 15 días fui a pedirle el alta y ella encantada de la vida y yo también, por ejemplo. Creo que esto es lo que falta en el sistema. ¿Esa atención personalizada? Personalizada, pero una actitud de escucha y de querer facilitar a la persona que sufre la propia gestión de su sufrimiento. Y la actitud del profesional no es esta, en general, puedes encontrar excepciones como es mi médica de cabecera.”

Opciones en el tratamiento de la depresión

“Creo que he llevado las riendas y creo que cada persona independientemente de que tenga un terapeuta referente, lleva las riendas. Depende de con quién esté, depende de muchos factores esto. Uno puede llevar más o menos las riendas en función del contexto, psicoterapeuta, etc., esto es bastante complejo. El sistema por sí no está montado para dejar llevar las riendas, y aquí está el criterio por ejemplo del… el criterio profesional para mí, en ciertos momentos, puede coartar la libertad del paciente. Y creo que ocurre a menudo. ¿Por qué cree usted que ocurre? Porque el sistema, en parte por la misma estructura del sistema y la misma exigencia de funcionamiento: listas de espera, el paciente necesita ayuda y se le aplaza, pues, a meses vista, etc. ¿no? Entonces no tiene la libertad de llevar sus riendas, no tiene la libertad de poder decir lo que piensa sobre su proceso y ser atendido de forma, digamos, inmediata. Es como una parte, o sea, la misma estructura del sistema, el funcionamiento, pues no favorecen esto. Después están los prejuicios que tenemos los profesionales y el prejuicio es que: “-Como yo soy el profesional, esta persona que está delante no tiene ni idea”. Eso se da mucho en psiquiatría y en otras profesiones ¿no? “-Cómo me vas a decir tú que esta pastilla, si yo soy el que… el que sabe de esto, tú lo que tienes que hacer es esto”. Esto es fundamental, otra de las causas. Después el propio paciente está sobre-adaptado a esto, entonces él mismo no encuentra el camino de llevar las riendas, no encuentra oportunidades.”

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

“Bueno, no es que decidiera no buscar, cuando me hizo falta lo busqué, que fue el momento del trastorno de pánico y de los días de insomnio, etc. Cuando conseguí dormir dos días seguidos medio bien, pues entonces, ya no sentí la necesidad de continuar con la medicación. Yo creo que ahí cada persona tiene sus… tiene sus propios termómetros digamos, tanto los funcionales como los cognitivos como los de comportamiento. Toda la vida he visto ingresos y he visto reducir episodios de agitación y he visto… he hablado con los pacientes sobre los efectos de la medicación. Pero sobre todo porque estoy con una actitud muy crítica a la actitud de, demasiado para mí, demasiado rígida y demasiado prepotente de la psiquiatría, digamos biológica, esta estándar, que es la que yo estoy… Y esto me ocurre estos cinco, seis últimos años. O sea, no sé si he respondido a tu pregunta, incluso en este episodio me negué a medicarme. Yo estoy cada día también intentando pues suavizar mis maneras, ir eliminando mis prejuicios y centrarme en escuchar y ser un facilitador de las propuestas que me hagan los pacientes. Esto estoy muy acostumbrado aquí dentro, de ver hablar de beneficios, de riesgo, de signos secundarios y he comentado mi opinión: al paciente no se le escucha, es invisible. Tengo mis convicciones, tengo mis creencias también. Y yo creo que la forma de gestionar mi problema estuvo muy condicionada por mi experiencia, mis creencias, mis convicciones y de mi experiencia profesional, etc. Es un problema estructural para mí, estructural… y claro, muy afianzado por estas ideas y creencias del modelo biológico ¿no? y de estas actitudes de excesivo convencimiento de lo que ponen en los prospectos y de la promoción que hacen los laboratorios.”

Búsqueda de información sobre depresión

“Y usted, por su condición, también, profesional ¿Buscó información por su cuenta de lo que estaba sucediendo? Bueno, la tenía y… ya la tenía pero tú no interpretas lo que te ocurre hasta un tiempo ¿no? O sea, en el mismo momento, no podía yo, pues identificar que aquello era un trastorno de pánico porque mientras estás de esta manera no… O en mi caso, no estuve en condiciones de interpretar ni de saber qué me estaba ocurriendo, por eso fui a pedir ayuda, entonces… Incluso, conciencia de que estaba diabético, tampoco iba yo… me levantaba a orinar mucho por la noche, pero tampoco lo interpretaba con la diabetes. Cuando estás de esta manera, pues simplemente sufres, no interpretas, no vas ahí a interpretar qué te está ocurriendo. Por eso pides ayuda. Y bueno, quizás también por lo que usted decía ¿no? con sus propias herramientas, bueno, volver a mirar, a consultar. Esto sí, después revisas y tomas más interés y todavía… Pero al cabo de un tiempo. Sí, cuando estás mejorando, cuando estás mejorando. Sobre todo cuando estás mejorando. Al cabo de dos años, es cuando recuerdo que más he ido pues reestructurando y he ido explicándome todo lo que ocurrió: protagonistas, situaciones, etc. Cuando vas mejorando es cuando te vas recomponiendo todo, en lo cognitivo, lo emocional, todo. ¿Y qué opinión le merece la información que hay sobre salud en general en Internet y en particular sobre depresión? Hay de todo, hay de todo, el problema… Yo la verdad es que depresión he leído mucho pero artículos científicos, no he ido a Internet para la depresión ¿no? pero me imagino que hay lo de siempre, unas páginas que son de recopilaciones o de refritos, páginas de refritos y después pues están las definiciones básicas y la gente que describió primero el síndrome, después las clasificaciones OSD ICD y DSM y todo esto. La gente va a ahí pero yo creo que un depresivo pues no puede sacar mucho de Internet. Además no creo que vaya, no creo que un depresivo se vaya a Internet a buscar, una persona afectada de depresión no se va a Internet, seguro, bueno seguro, es que no tiene ni energía para hacerlo ni intención.”

El estigma de las enfermedades mentales

“Esto es el estigma. Y lo que piensas tú sobre ti mismo también, yo he sido siempre muy ingenuo, siempre, y me ha gustado mucho centrarme en el trabajo y en mi familia. ¿Cómo… qué has hecho con el estigma? Pues he hecho yo entiendo, he seguido siendo yo mismo. Y me ha costado mucho, mucho, mucho. No se lo deseo a nadie.”

Vida familiar

“Yo tenía mis propios recursos para interpretar lo que me pasaba, mi familia, mi esposa sobre todo, apoyándome en ella, y ella sí sabía todo. Entonces, esto fue lo que me ayudó más. El apoyo que tienes de… familiar. El apoyo de la familia y el esfuerzo y recuerdo que, de no pronunciar palabra, porque hablar prácticamente no hablaba, porque me lo comentaban. Fue el apoyo de mi mujer, lo más importante. Esto para mí fue fundamental, que ni mi esposa ni mis hijos me dieran presión y me dejaran estar con mi problema. Creo que esto es importantísimo además. De que viviera usted su propio proceso… Sí, que me dejaban, exactamente, creo que esto es uno de los problemas que pueden existir en la depresión, el exceso de exigencia de las figuras familiares, etc., los comentarios y eso. Y al resto de su familia, su madre, sus hermanos ¿Se lo comunicó? Apenas se enteraron, no, no, porque sé la situación de mi madre con mi hermano y esto, no. Es más, yo tengo ocho hermanos y los hay que no se enteraron. Algunos sí porque vinieron a la fiesta y recibieron el comentario de mi mujer: “-Está un poco depre y tal” pero nada más. Creo que es mucho mejor todo esto que no ir asumiendo el papel y estar dándote ahí, ir reforzando esto con los comentarios: “-Y ya te curarás, ya te mejorarás”. Yo de esto, no recibí comentarios de ese tipo y creo que me ayudó mucho. Me dejaron ir haciendo lo que yo decidía, pues reincorporarme, con el coche al principio pues hubo reticencias, querían quitarme la llave, etc. Pero conseguí que me dejaran ir a trabajar.”

Vida social y amigos

“Sí, amigos, sí, sí. No, no, no, vida social hacía. Pero no decía ni mu, iba pues a una comida o un cumpleaños o esto. Pues estaba ahí pero no tenía la capacidad de interactuar ni de hablar ni de… No tenía ningún interés por los temas que se hablaban ni por nada ni noticias ni televisión ni nada pero vida social hacía, hacía la propia de… y cumpleaños de los críos, etc. pero sin disfrutar de nada, yendo ahí como un autómata. También, siempre he tenido una red bastante amplia de amistades, incluso en casa, pues hacíamos, organizábamos una cena, venían los amigos, pero yo no era… no, no, no. Y todo el mundo comentaba, por eso mucho, muchas gente se daba cuenta. “-No acaba de estar bien, no acaba tal. Todavía no tiene ganas de hablar y tal”. Te aceptan así también.”

El mundo laboral

“Sólo con muchos esfuerzos podía hacer el trabajo pero reconozco que el ir a trabajar me ayudó mucho a ir superándolo, a ir superando, el ir a trabajar… Recuerdo que no quise… en mi cabeza pues me planteé y acudía a mi cabeza lo que podía pasar en mi vida en el caso de no ir a trabajar y de quedarme con un diagnóstico de depresión mayor y tal, ¿no? Porque todo esto se rumorea en la empresa, se sabe, y para el futuro profesional, pues recuerdo que pensé que podría ser fatal, en el sentido de acabar con mi profesión, con mi carrera. Entonces, la decisión que tomé de seguir trabajando, creo que fue lo más acertado. Y no…, vamos, evitar o prevenir estar ahí como enfermo. Es atípico, pero no le quepa duda que hay muchos profesionales con depresión. Que el profesional no está inmune a pasarla y esto a veces se obvia, parece que… pero está ahí y el contexto profesional es un factor de riesgo, además.”

Los grupos de apoyo

“Yo es que he contactado después con bipolares y con gente de esta, pero a raíz de esta asociación, de esa Nostra Veu, que esto es una idea que surgió entre un grupo de padres pero que estamos varia gente que hemos tenido depresión o tal. Y estamos ahí promoviendo la participación directa de la persona que ha tenido este problema. A partir de ahí sí que he contactado pero ya en una fase que… completamente normal por parte mía, tomé una decisión propia de que esto, pues, de alguna manera es promover el cambio de lo que hay, cambio de actitudes, de manera de pensar. De hecho es una línea de actuación y una línea de trabajo que es el futuro en salud mental, seguro.”

Sentirse mejor poco a poco

“Vio la duración, pues, dos años, un poquito más… en donde noté después ya esta… volver a adquirir la capacidad de sentir, de disfrutar un poquito con las cosas, de volver a centrarte con los tuyos, con tu trabajo, valorarte otra vez, etc. Esto a partir de dos años y medio, dos años, no tanto, dos años y meses. ¿Y qué fue lo que le hizo cambiar, recuerda? Por lo menos estas ideas. La actividad diaria, el apoyo de la esposa, ver que los hijos tenían sus propios recursos y se iban defendiendo. Uno encontró, pues, acabó carrera, encontró un trabajo, un proyecto de fin de carrera, el otro aprobó las oposiciones, todo, todo.”

Cambios en la visión de la vida

“ Para mí es reactivo, yo era una persona bastante… mucho más ingenua que ahora, excesivamente centrada en el trabajo y sobrevaloraba demasiado mis actividades y tal, etc. Bueno, yo como he dicho antes, yo cambié mi forma de ser, mi carácter. De una persona sobre implicada, muy, muy dinámica, muy activa. Siempre estaba en… cubre deportes, asociaciones, siempre me he buscado demasiada actividad, siempre. Después de la depresión sé priorizar más, sé invertir mejor mis energías, sé dedicarme más a los demás, a mis hijos, a mi nieta, a mi mujer. He cambiado por completo, a mí me ha cambiado por completo la enfermedad. Y bueno, el resto de experiencia ¿no? No sólo la depresión. O sea, que usted considera esto como un cambio en positivo, digamos, lo que le ha pasado. Una persona que tiene depresión y la supera, es una persona que se vuelve mucho más resilente es el concepto ¿no? resiliencia, que es simplemente la capacidad de volver a tener problemas y afrontarlos con más competencia, de cara a tus necesidades y objetivos. Y esto es verdad que sufres, te deformas, pero después te encuentras en una posición y unas aptitudes cognitivas, emocionales, instrumentales, de capacidad de hacer pues mucho más adaptativa, te favorece más la adaptación.”

Mensajes a otras personas con depresión

“Pues que… les diría que no renuncien nunca a… que no renuncien nunca a denunciar… a denunciar que se puedan sentir maltratados en algún momento de su tratamiento, de su proceso asistencial. El momento del trato familiar, que no renuncien a decir lo que piensan y sienten. Es muy difícil esto porque no se tiene energía, como el contexto no ofrece facilidades para llevar las riendas, que no renuncien nunca a poder llevar sus riendas, a intentar llevar sus riendas, esto sería.”

Entrevista a Mª del Carmen

Sexo: Mujer

Edad en el momento del diagnóstico: 41 años

Año de diagnóstico: 1996

Tratamientos recibidos: Farmacológico y psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 56 años

Primeros indicios y episodios

“Yo le decía a mi madre que no dormía por la noche. Y al otro día no podía con mi alma. Estaba muy mal. Y me decían pues: “-¿Qué te duele? ¿Qué…?”. A mi no me dolía nada, me dolía todo y no me dolía nada. O sea, yo me sentía fatal porque, claro, al no dormir, muy cansada, muy agotada, la cabeza no me tiraba para estar en lo que tenía que estar y todo eso. Y estuve bastantes años pasándolo muy mal.”

Proceso de diagnóstico

“Y estuve bastantes años pasándolo muy mal. Y cuando ya habían pasado unos cuantos años, fui al médico. Y yo quería decirle lo que me pasaba pero no sabía cómo explicarme Es que es muy difícil de explicar. Esas cosas que sentías y ese malestar, era muy difícil. Y más para una persona… que yo estaba viviendo en el pueblo y no había oído jamás hablar de nada, vamos, ni del sueño ni de nada. Entonces, pues, iba al médico y me echaba a llorar, me echaba a llorar. Y me decía: “-¿Qué te duele? ¿Qué te pasa?”, y tal. Y yo: “-Si es que no me duele nada, pero que yo me meto a la cama por las noches y que no duermo porque tengo como un ruido en la cabeza. Una cosa que no sé lo que es, que no sé lo que me pasa. Así, en los oídos, como así… una cosa”. Y a veces me daban como unas… que parece que me chillaban y tenía que… Cuando estaba con alguien de más confianza decía: “-¡Que me muero, que me muero, que me muero!”. Porque no sé qué me pasaba por el cerebro. Cosas raras que todavía ni lo sé ni a lo mejor lo sabré, pero me pasaban. Entonces, yo estuve pasándolo fatal, fatal. Y luego ya, pues cuando ya, después de años y años que ya se empezó a hablarse más de estas cosas, pues yo oí algo por la radio, por la televisión y eso. Y ya fui al médico y empecé ya a saber explicarle un poquito más. Y claro, y me dijeron que era depresión, pero que… Porque de esto pasarían, pues, muchísimos años. Hasta hace diecisiete años, o así, que me diagnosticaron y empecé a tomar antidepresivos, pues, me mandaban pastillas para los nervios que decían.”

Proceso de diagnóstico

“Y entonces, pues, algunos médicos me han dicho que se ha cronificado, que es una depresión crónica. Que se ha cronificado. Y entonces, pues, cura, no. Es endógena también, depresión endógena. Y entonces, cura, no tiene cura. Hay temporadas mejores y otras peores. ¿Usted no pidió información en ese momento sobre lo que eran esos dibujos y demás ejercicios que hacían? No, yo me imagino que sería para ver psicológicamente si tenía algún problema. ¿Y se quedó satisfecha, usted, con la información que le dieron en ese momento? Pues, no mucho, porque es una cosa muy compleja y en la Seguridad Social los médicos tampoco se pueden estar a mucha… no se pueden estar. ¿Y cómo se sintió cuando le dieron el diagnóstico de depresión endógena, Carmen? Bueno, pues, me sentí bien. Porque digo: “Bueno, por lo menos, no sé, algo sé, algo”. Es que eso de no saber nada ni haber oído nunca de nada, pues te sentías mal: “-Pero bueno ¿Y esto qué es?”. Y entonces ya, pues, a medida que empecé a oír por la radio, por prensa y eso, que hablaba, pues ya, todo lo que salía de depresión y así de cosas de enfermedades nerviosas, pues iba leyendo.”

Opciones en el tratamiento de la depresión

“Y en su momento, cuando fueron las elecciones de los tratamientos ¿Usted cree que le dieron alguna opción de poder escoger algún tipo de tratamiento farmacológico u otro? Nada. “-Prueba este medicamento, es cuestión de probar”, o: “-Prueba este otro”. Y a mí me hubiera gustado que hicieran, que nos miraran algún análisis de sangre, alguna cosa más, yo qué sé. Yo no sé. Alguna cosa, desde luego, tenemos que tener. Y algo se tiene que reflejar en el genoma o en el ADN, así, cosas esas. Yo no lo sé. Pero algo tiene que ser. O alguna hormona… Es que no sé.”

Descripción de psicoterapia

“Porque yo, ese año que estuve tomando pastillas, probando, pues vamos, es que me desesperaba. Digo ‘-Esto no tiene solución”; “-Esto, imposible de vivir así’. Pero claro, los psicólogos y esto, pues, te ayudan a soportarlo. Te ayudan a… aceptarlo: “-Tú no te preocupes, tú cuando te veas mal, llámanos”. Y todo eso.”

Atención de la depresión a través de psiquiatría

“Yo veo que cada uno pues hace lo que puede. Pero a veces, pues eso, me he visto un poco pues como si fuera que ellos empiezan, así, por el a, e, i, o, u y no llegan tan lejos. Veo que no ven, que no entienden mucho el problema. Porque para que lleguen a conocerte y a entenderte tendrías que contarles un montón de cosas muchos días. Tendrías que tener mucha más relación con ellos. Y como eso no puede ser, pues, pues veo que no… Al principio salías… pues eso, parece que eso de ir al psiquiatra te aliviaba, ibas con una esperanza, con una cosa que… Claro, la ignorancia al principio, que piensas que las cosas se curan y hay cosas que no se curan. Entonces ibas así con la esperanza y salías un poco así de la consulta, un poco decepcionada. Pero luego te das cuenta que es lo que hay, que es así y que ellos hacen todo lo que pueden.”

Tratamiento farmacológico. Gestión del tratamiento farmacológico: prescripción, dosificación y efectividad

‘-Mira, vas a tener que tomar antidepresivos porque esto es depresión endógena que se te ha cronificado y vas a tener que tomar bastante tiempo antidepresivos’. Y entonces, pues, probé a tomarlos. Y al principio sí que me mandaron lo que estoy tomando, Tryptizol® (AMITRIPTILINA Ver Glosario Medicación). Y claro, pues sí, me ayudaba. Me ayudaba bastante pero no me solucionaba tampoco el problema. Pero me ayudaba. Por los menos podía seguir, un poquillo, viviendo. Y luego, ya, pues me dijeron que habían salido nuevos fármacos. A medida que iban saliendo nuevos fármacos, pues yo… me los iban mandando. ¿Qué tratamiento le hacen ahí? Pues el tratamiento, a lo mejor me han mandado pastillitas muy suaves, muy suaves, muy suaves, de esas que digo yo que no me hacen nada, no me hacen nada. Y porque tomo también Rivotril® (Ver Glosario Medicación: Clorazepato dipotásico). El Rivotril también lo tomo por la noche para dormir cuando estoy muy mal, muy mal y llevo unos días muy mal y no puedo aguantar. Entonces, pues el Rivotril para ellos se les hace un poquillo fuerte, pero vamos, para mí nada. Y entonces dicen: “-A ver si puedes con el Orfidal (Ver Glosario Medicación), que es un poco más suave”. Y luego ya: “-Después del Orfidal, a ver si puedes con Tranxilium 10® (Ver Glosario Medicación: Clorazepato dipotásico) o así, cosas más suaves ¿no?”

Tratamiento farmacológico. Efectos secundarios de la medicación

‘A medida que iban saliendo nuevos fármacos, pues yo, me los iban mandando. Pero me hacían todo lo contrario. Todo lo contrario: más rigidez y sin dormir. Entonces, pues claro, lo tenía que dejar. Pero como decían: ‘-Espérate a ver quince días o veinte días’. Y yo lo pasaba criminal. Porque es que veinte días a lo mejor te puedes aguantar por un dolor de pierna o un brazo, lo que sea ¿no? Pero iba acompañado, lo mal que me sentía iba acompañado de no dormir. Entonces yo… es que me volvía loca, es que no podía aguantar. No podía aguantar, no podía hacer nada. Pues eso, la sequedad de boca y claro, pues, lees el prospecto y bueno, de todo. A la circulación, para el hígado, para tal. Tienen sus efectos secundarios todos los medicamentos. Entonces, pero bueno, si los efectos secundarios son menos que el beneficio que te hace, pues entonces no queda más remedio que tomarlo. ¿Y usted tiene más beneficios? Claro, porque sin él, sin el Tryptizol® (AMITRIPTILINA Ver Glosario Medicación) no podría vivir. Y que unas medicinas a unas personas les hacen un efecto, a otras otro. Cuando probé antidepresivos, me decían: “-¿No te importa engordar o no te importa…?”. Así cualquier cosa ¿no? Digo: “-yo estando bien, mira, lo que sea.” Y luego me hacían todo lo contrario, empezaba a adelgazar y todo lo contrario a lo esperado. Y a unos les hacen un efecto, a otros les hacen otro efecto los antidepresivos’

Tratamiento farmacológico. Dependencia y abandono de la medicación

‘O sea que desde que empezó, hace diecisiete años atrás o más ¿Siempre estuvo en tratamiento? No, pues a temporadas así con ansiolítico o tranquilizante. Pero claro, yo digo, como veía que esto no me hacía nada así, si lo tomaba seguido, pues no podía ser. Entonces no tomaba nada. Había tiempo que no tomaba nada. La medicación continua, continua como la del Tryptizol® ahora, un antidepresivo que lo tienes que tomar continuo, pues no tomaba nada. Lo pasaba muy mal, muy mal pero no tomaba. Cuando ya me veía que ya no aguantaba más, pues por la noche algo para ayudar a dormir. Entonces durmiendo, pues parece que ya no te sientes tan mal, tan mal. Entonces usted, esta medicación que ahora está tomando de continuo ¿Cuánto hace que la toma? Pues desde entonces sería, pues hace diecisiete años o más. Cerca del invierno, estoy mejor. En pleno invierno es cuando mejor estoy, no sé por qué. No es por nada, pero en pleno invierno es cuando mejor estoy. Entonces, pues ya voy bajando la medicación, la voy dejando. ¿Eso lo va regulando usted misma? Sí, porque he tenido que… Vamos, yo se lo cuento al médico cuando voy ¿no? Le digo: “-Pues mire, hago esto o tal”. Y entonces, pues, el médico me dice: “Pues haz así, pues continúa así, a ver…’

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

‘Con los antidepresivos, el antidepresivo, que es lo único… que me hace, que he probado muchísimos y es lo único que estoy tomado porque es lo único me ha ayudado un poquillo. Pues, es como un parchecico, pero no creas, es para malvivir. O sea, yo, para mí, para malvivir. Lo que pasa es que una cosa es malvivir y otra cosa es no poder vivir, imposible.

Búsqueda de información sobre depresión

‘Y estuve bastantes años pasándolo muy mal. Y a lo mejor, ya… cuando ya habían pasado unos cuantos años, fui al médico. Y yo quería decirle lo que me pasaba pero no sabía cómo explicar. Es que es muy difícil de explicar esas cosas que sentías y ese malestar era muy difícil. Y más para una persona que, yo estaba en el pueblo y no había oído jamás hablar de nada. Vamos, ni del sueño ni de nada. Entonces, pues iba al médico y me echaba a llorar, me echaba a llorar. Y me decía: “-Pues ¿Qué te duele? ¿Qué te pasa?” y tal. Y yo: “-Si es que no me duele nada”. Entonces, yo estuve pasándolo fatal, fatal. Y luego ya, pues cuando ya, después de años y años que ya se empezó a hablarse más de estas cosas, pues yo oí algo por la radio, por la televisión y eso. Y ya pues fui al médico y empecé ya a saber explicarle un poquito más. Y claro, y me dijeron que era depresión, pero que… Porque de esto pasarían pues muchísimos años. Hasta hace más de 17 años o así que me diagnosticaron. Y en este momento ¿Buscaste alguna información aparte de la que te dieron los profesionales? Sí, sí. Yo busqué, me compré una guía médica y todo así relacionado con el sistema nervioso, con la psiquiatría y con todo eso. Procuraba estar un poco al día, porque es que si no, la verdad que fatal, fatal. Se pasa muy mal. Y entonces ya, pues a medida que empecé a oír por la radio, por prensa, por eso, que hablaba, pues ya todo lo que salía de depresión y de así de cosas, nada, nerviosas, pues iba leyendo, iba enterándome un poquillo porque si no, la verdad que hubiera sido desesperante. Porque luego los medicamentos también, las reacciones que te hacen… Y luego para saber distinguir los antidepresivos de los ansiolíticos, de los que son para… que no me sale ahora, que son para dormir, que inducen al sueño, los inductores del sueño y así. Pues para saber distinguirlos un poco y saber que mucha gente a lo mejor abandona las medicaciones, los antidepresivos. Y los antidepresivos no los puedes abandonar. Entonces, pues, si sabes un poco de todo eso, pues ya es mucho mejor. Porque si no sabes nada, te encuentras tan mal, te dan unas pastillas, te pasa lo contrario de lo que tiene que hacer y abandonas. Y entonces tienes que informarte un poco, sí.

Aprender a controlar los episodios de malestar

‘Pero no me gusta estar quejándome a todas horas, estar diciéndole lo mal que me siento. Entonces, alguna vez estoy muy mal y lo que pasa, pues, hay cosas que a lo mejor dices: “-Oye ¿Habrás ido?” “- Se me ha olvidado”. ¡Jo…! Por tal, por cual. “-Pues, hijo mío, ¿qué quieres que haga, no ves que tal…?”. “-Vale, venga, no pasa nada”. Y así, y es que, vamos, últimamente ya digo que es sobrevivir, no es vivir ya. Es sobrevivir.’

El estigma de las enfermedades mentales

‘En el pueblo es una convivencia que todo el pueblo, pues, sabe cómo vives y lo que haces. Las puertas están abiertas y entran y si tú estás guisando o estás… lo que sea, pues vives más que… Que aquí en la capital somos más independientes. Entonces yo no quiero ver a nadie, no. El día que estás mal, que no puedes bien hacer las cosas, pues quieres que no te vea nadie. Porque si te ven, pues eso por el miedo a que te digan que eres inútil… Se pasa muy mal. y entonces la convivencia en el pueblo me cuesta mucho. ¿Usted vivió hasta qué edad en el pueblo? -Bueno, yo estuve hasta los 16 años o 17, luego me fui a Madrid, se fueron mis padres y me fui a Madrid. Luego ya cuando me casé, vine a Zaragoza. -Cuando era joven, digamos. -Sí. Pero ahora como tenemos casa, vamos los fines de semana y así a temporadas. Y la convivencia resulta difícil por la falta de conocimientos de las personas que hay en el pueblo. Ni saben de depresión, ni de insomnio, ni de nervios, ni de nada. Ahí no, no… nada. O sea, si una persona está enferma, la culpa la tiene ella de estar enferma. No le pasa otra cosa. O sea, parece que ellos tienen que dirigir tu vida y tienes que ser como ellos y todo. Entonces hago muchos esfuerzos por estar con la gente, por llevar una vida socialmente así para que no… Pero no puede ser, no puedo…’

Vida afectiva y sexual

‘Y su vida íntima ¿Ha cambiado un poco, Carmen, o cambió en este último tiempo? Sexualmente hablando, digo. Pues sí, ahora sí, ahora no… nunca te pilla bien, nunca tienes ganas, nunca nada. Pero bueno. ¿Y usted lo relaciona a la depresión o a algún otro, al otro problema de salud que me refería? Pues, lo relaciono a que voy muy agobiada. Y entonces al ir agobiada, no… Parece que no te encuentras bien, no…’

Vida familiar

‘¿Y usted siente que recibe apoyo de su familia, de su marido y su hijo? Sí. Sí, claro. Porque es que, si no, vamos, si no sería horroroso. ¿Y con su marido cómo es la relación Carmen? Bueno, pues mi marido pues se arma de paciencia y de todo y oye, como es buena persona, pues aguanta. Aunque de vez en cuando, pues a lo mejor, se enfade, se desespere. Pues mi madre lloraba muchas veces, de verme así que… de ver que estaba mal. Una vez por la noche parece que me ahogaba, que me ahogaba y me llevaron a Calatayud, al médico. Tenía 14 años. Me mandó mis tranquilizantes y vitamina B. ¿Cómo ha influenciado en su vida de familia, en la más cercana, su marido, su hijo? Tiene hermanos usted ¿verdad? Sí. Pues como ahora mis hermanos están en Madrid viviendo y yo aquí, pues no tengo tanta convivencia. Pero a mi hijo yo creo, a mi hijo le influye muchísimo mi enfermedad y mis problemas. Le influye mucho. Yo lo veo. Y así es que… luego los padres también están pachuchos. Y familiares, a lo mejor, así que hay enfermos o que han operado. Y me siento moralmente un poco obligada a atenderlos un poquillo también. Y, claro, no llego, me veo ahogada, a veces me echo a llorar y eso porque quiero, pero no puedo. Entonces me siento mal… Y así es cómo los padres también están pachuchos. Y familiares, a lo mejor, que hay enfermos o que han operado. Y me siento moralmente un poco obligada a atenderlos un poquillo también. Y, claro, a veces me echo a llorar porque quiero, pero no puedo.’

Vida social y amigos

‘Y contarlo a cualquiera, pues no cuentas. Entonces como no cuentas lo que te pasa y, a lo mejor, te ven que fallas, que no te comportas muy… Que estás, a lo mejor, muy agobiada y eso, pues a lo mejor piensan que es… y no, no cuentas las cosas porque… Hay a personas que sí. Hay personas muy comprensivas. O que les ha pasado a ellas también lo mismo o que tienen de cerca un familiar o que ellas tampoco lo pasan muy bien a veces, son un poco más vulnerables a la depresión o insomnios y eso. Entonces, sí que te comprenden. Pero a estas que digo yo que son todo terreno, tan fuertes y tan… que duermen muy bien y todas esas cosas, no se lo puedes contar porque es como si a mí me cuentan, yo qué sé, cosas que no entiendo, que no pueda entender. Pues sí. Y la gente, ya sabes, cuanto más ignorante es, más daño hace. Hace más daño. Entonces, pues procuras no… Y te vas aislando tú misma. O sea, a mí no me ha aislado nadie: ni amigos ni familiares ni nadie, nadie. Me voy aislando yo. Porque es que me siento mejor. Cuando estoy en casa sola es que me siento mejor porque, como no compito con nadie, como no… pues me siento mejor. Y cuando, a lo mejor, pues convives así con la gente, me pongo peor porque veo que valen más, que yo quiero y no puedo. Y que no, que si tienes que hacer cosas, que tienes que tener la cabeza bien despejada y concentrarte y enterarte bien de las cosas que te dicen y si no es así, las consecuencias son muy desalentadoras.’

El mundo laboral

‘ ¿Y cómo siente que influyó en su vida la depresión? Totalmente. O sea, mi vida hubiera sido totalmente distinta porque yo de pequeñita, pues… Oye pues, como dependes también de tus padres y esas cosas pues tampoco notaba gran cosa ¿no? era alegre de pequeñita y luego después pues cambié totalmente. Cambié, vamos, las circunstancias te hacen cambiar totalmente. No eres como tú quisieras, eres como te deja la enfermedad. Haces lo que puedes hacer, lo que la enfermedad te deja. No eres libre. Es horroroso porque no eres tú, no puedes decidir por ti, no. Estás como esclava. Esclava de algo que… Y luego que todo lo que quieres hacer o intentas, pues fracasas. No puedes. Al menos yo.’

Los grupos de apoyo

‘¿Y qué tal va con la terapia de grupo? Pues bien. Porque ves que uno tiene un problema, otro tiene otro. Procuras tú ayudar al otro y el otro, a lo mejor, te ayuda a ti. Y el psiquiatra pues nos aconseja a todos y tal. Sí, te sientes bien porque por lo menos tienes libertad para contar todo lo que te pasa y sabes que no se van a alarmar ni van a decir: “-Esta es una inútil” o lo que sea.’

Mensajes a personas cercanas

‘Y a las personas, pues que se interesen por lo que es una depresión y que sepan lo mal que lo están pasando los enfermos y que no juzguen así a la ligera. Y que se informen. Y que cuando el enfermo no quiere salir de casa, pues que no lo obliguen. Porque es contraproducente. Que no… que le aconsejen bien, sí. Pero que no lo fuercen, porque están consiguiendo todo lo contrario.’

Mensajes a otras personas con depresión

‘Y a personas que no han pasado nunca por una depresión, ¿Qué les diría usted? Pues, que si alguna vez les ocurre, que vayan al médico y que se informen bien de lo que es una depresión, que estén bien informados. Y que tranquilos, que no se desesperen. ¿Qué mensaje le daría usted a otra persona que tiene depresión? Pues, que trate de no preocuparse demasiado, de tranquilizarse, de buscar ayuda médica y psicológica. Y que se conozca él mismo, que conozca sus debilidades y sus cosas ¿no? Que se conozca un poquillo a él mismo. Y entonces conociéndose a él mismo, que vea lo qué puede hacer, lo que no puede hacer, lo que debe de hacer, lo que no. Y que si alguna vez le molesta lo que digan los demás, que no le extrañe porque mucha gente para ayudarnos… o sea, quiere ayudarnos y lo único que hacen, a lo mejor, es ponernos un poquito peor. Pero que lo hacen con la mejor intención. Y que tengan mucha información todo el mundo, que tengan información así de depresión, cómo deben comportarse con los enfermos y todas esas cosas. Porque ya digo que algunos con la mejor intención quieren ayudar pero pues hacen todo lo contrario. Y que si tú no puedes salir de casa, pues que no puedes salir. Que no te hagan salir. Que yo cuando me encuentre un poco mejor y tenga fuerzas, ya saldré. Como consecuencia de no dormir tienes un agotamiento extremo y sería contraproducente.’

Entrevista a Ramón

Sexo: Hombre

Edad en el momento del diagnóstico: 52 años

Año de diagnóstico: 1990/2003

Tratamientos recibidos: Farmacológico y psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 60 años

silueta masculina

Primeros indicios y episodios

“Me encuentro sin capacidad, sin argumentos, sin coherencia de poder estructurar un mensaje o un discurso hablando de un tema determinado. Me veo, sí, como más mal en ese sentido, como si me hubieran cortado las alas. Había perdido mucha orientación espacial, que tenía mucha. Imagínate por el trabajo. O el trabajo había sido consecuencia, pues, de la manera de ser ¿no? Pero aquello, que antes te orientabas la mar de bien y en cambio pues llegó un momento que no sabía si estaba mirando para arriba, para abajo, para la derecha o para la izquierda… totalmente desorientado, y ahora lo he vuelto a recuperar bastante también.”

Reconociendo la depresión

“Coñac, tomaba mucho Coñac, tomaba café, tomaba copa, repetía de copa, me excedía de copa. Era aquello de decir… evadirme. Lo veo ahora con perspectiva. Lo que hacías era evadirte con el alcohol, de quitarte el mundo de encima y los problemas y estar tranquilo, pero era una evasión. ¿Llegó a sentirse usted que estaba alcohólico? ¿Como tal? ¿O no? ¿O era una cosa medio paliativa? A ver, no me tenía, pero sí, de alguna manera sí que lo veía que era porque tenía mucha dependencia. Bueno, a las drogas creo que soy bastante adicto. Bueno, al tabaco era, era al tabaco. Entonces el alcohol, es aquello que tomaba, me gustaba mucho tomar para eso de conseguir la evasión, pero no tanto por el provecho de disfrutar: “-¡Qué sabor que tiene!”. Evidentemente… No sé si fui yo que tuve la iniciativa, si fue Marina (su esposa), posiblemente que fue ella, pero con mi voluntad de ir y solucionarlo, porque había habido la experiencia anterior, dos años antes y que de la manera que se había llegado a esto, dije, no es bueno, pues bien, necesito ayuda.”

Proceso de diagnóstico

“Era una depresión recurrente. Ah, vale… Porque eran muchos episodios que se habían repetido a lo largo de mucho tiempo. Si es solamente una o dos veces, se queda en una depresión y nada más, pero en una depresión recurrente, es que ya ha habido muchos episodios.”

Opciones en el tratamiento de la depresión

“¿Y piensa que los profesionales sanitarios han tenido en cuenta su opinión a la hora de escoger los tratamientos? Sí, diría que sí. Sobre todo esta última etapa ¿No? A parte de algún momento que estaba yo, completamente, que no tocaba ni a cuartos ni a horas, siempre. Sí, lo dicho, si tienes que tomar esto o lo otro, o esto me provoca así o asá, siempre ha sido hablando las cosas con los médicos. Las cosas no se han ido imponiendo, “-Esta es la medicación, abre la boca y te la pongo”. No, no, ha sido siempre una cosa hablada.”

El estigma de las enfermedades mentales

“Estas enfermedades están un poco mal vistas aún, ¿no? Bueno, un poco no, bastante. Como es un tema desconocido… hay que saber si hace cuento, si es que no encuentra bien o… si es de verdad o si eso son manías… en fin, cosas de estas que mucha gente dice. Y veo que socialmente, ocurre aún que en los trabajos, según qué tipo de enfermedades… no… mejor no comentarlas. Un comentario de que “-Mira, está aquí embobado y no se distrae con nada”. En referencia a una persona que estaba con una depresión fuerte. Aquello que dices: “-No es que esté aquí embobado, lo que está es enfermo…” Pero podría… O sea, tenía como mal visto… Uno que estaba como con síndrome de depresión… lo tenía mal visto. Bueno, de alguna manera no, pero sí de decir: “-¡Estos son pamplinas!”. De decir: “-Tener una depresión es ¡Ahh… ahh…!””

Vida afectiva y sexual

“Y en su vida afectiva-sexual ¿Ha sentido cambios? Mi vida sexual… un cambio impresionante!! Mucho!! Nada de líbido, pues ha sido, vamos es… ¿Y usted con qué lo relaciona esto? Me imagino que, bueno, me imagino que es medicación por una parte, evidentemente la edad hay que tenerla en cuenta también. O básicamente la edad y luego la medicación, no sé, diría que son esas cosas.”

Vida familiar

“Lo que tengo yo… el recuerdo es que bueno, como no estoy para nada, entonces lo que tú (su esposa) consideres que es mejor para mí, estoy seguro de que es lo que realmente será mejor. No nos veíamos mucho, por cuestión de distancia física y de trabajo… y un poco lo mismo también. Para qué vas a preocuparles, explicándoles esto y mucho menos a mi madre. Tampoco hace falta, una persona mayor que… puedes decirle que un hijo… que además ella, que un día le oímos un comentario que “-Mira, está aquí embobado y no se distrae con nada”, en referencia a una persona que estaba con una depresión muy fuerte. Uno que estaba digamos con el estado de síntomas de depresión, lo tenía mal visto. Y al ver esta reacción que un día vimos con ella, dijimos, “-Bueno, ya mayor y una cosa y la otra, pues bueno no hace falta decírselo”. Y así, y a los otros en su momento sí que se les explicó. Nunca me he sentido familiarmente abandonado o desatendido, no, no! Siempre me he sentido bien atendido. ¿Con la depresión quiere decir? Sí, sí, sí, con todo el proceso, de todos estos años.”

Vida social y amigos

“Mi vida social se ha reducido prácticamente a cero. Aquello de… con alguien entablar una conversación y estar debatiendo, a favor o en contra, pero patim pero patam o tal, me encuentro sin capacidad, sin argumentos, sin coherencia de poder estructurar un mensaje o un discurso hablando de un tema determinado. Aquello que no… me veo, sí, como más mal en ese sentido, como si me hubieran cortado las alas. Me imagino que si cada vez hiciera más contacto con gente así, me imagino que iría disminuyendo, no lo sé. Pero aquello que cada vez, más tranquilidad, más tranquilidad, estar en casa, Marina y yo, la familia… y poco, poco movimiento.”

El mundo laboral

“En el trabajo, aquello que bueno, cada vez se tiene que ser más competitivo, más rápido y hacer las cosas mejor y bien hechas y rápidamente ¿no? A mí me van las cosas de hacer las cosas despacio, bien hechas… Y es aquello una lucha contra mi manera de ser, de lo que tengo que hacer y así. Y bueno, esta fue la lucha que llevó entonces otra vez a otro proceso de caer en la depresión. Controlado, presionado, se exige un trabajo que no… yo no sé hacerlo el trabajo de esta manera. Bueno, un conjunto de cosas que empezaron, más o menos pues con una cosa puntual y cada vez se fue aumentando más la tensión. Fue aquello… apretando, controlando… Con el cronómetro del tiempo. Una situación que, bueno, por mi profesión, tampoco es aquello de decir: “-Dos y dos cuatro y ya está sumado” ¿no? Que a lo mejor tienes que centrarte plantearte una idea, modificarla, adaptarla. Y bueno, y fue entonces, me imagino yo que el proceso que se desencadenó, entonces ya… incluso ha vuelto a ser mucho más fuerte. Bueno, entonces, me echaron fuera, se me indemnizó, fue un despido improcedente y… bueno, ya me vi en el paro con la moral muy baja ¡Muy baja! Porque ya la tenía baja de los últimos meses. Me costó sentarme y decir “-Bueno pasa esto, esto y esto y vamos a hacerlo así, así y así”. Y aquí por el trabajo, aquello que pasas… pues anímicamente, pues un gozo con una satisfacción. Eso de encontrarte útil, de poder hacer cosas, capacidad de… Bueno, con ganas de comerte el mundo casi… Y esto, pues me animaba y… mucho trabajo. Nunca encontrabas la hora de plegar pero muy motivado y con muchas ganas. Aunque tuvieras aquello que es que hacer muchas horas de trabajo… estaba yo de director técnico. Una empresa consultora promotora. Y bueno, ilusionado estaba, entonces, como no había estado en años y años y años. Y bueno, pues esto, ni acordarte ya de la depresión y de estar bien trabajando, mucho trabajo, pero haciéndolo muy a gusto y así. Trabajé unos años aquí y entonces bueno yo, por no sé qué problema, el cargo en el que yo estaba, el director general no me veía con la capacidad para llevarlo. Entonces bueno, empezaba otra vez ya a estar baja la autoestima, todo esto… volvió otra vez ya a salir la depresión recurrente que vuelve otra vez, ya suma y tal. Se cortó el tema y se acabó y entonces ahora tengo la invalidez por depresión.”

Los grupos de apoyo

“Y había un grupo, todos con problemas y bueno, aquello que había una reunión a la semana a una hora determinada y siempre se sabía que aquella hora siempre se podía ir allí y podías comentar, escuchar, pues explicar lo que te pasaba, el hecho, a lo mejor de liberarte, aquello de: “-Bueno, lo hago público”, lo asumes más, de decir: “-Bueno va!!”. Esto está hecho público y vamos a ver si lo solucionamos, y no aquello de decir: “-Bueno, lo tengo yo, yo me lo quedo y…”, no, no. Sino el hecho de exteriorizarlo va bien.”

Sentirse mejor poco a poco

“Sí, problemas que tenía de… problemas colaterales de, en concreto de memoria, he recuperado bastante, he estado unos meses fatal de memoria Aquello que no me acordaba de nada, hacíamos cualquier cosa y… hablábamos de un tema y luego no me acordaba del nombre. Pero una memoria fatal, fatal. Y ahora, últimamente, con el cambio de la medicación y así, pues, me ha mejorado. Tomo una medicación que creo que me va muy bien y estoy también, aquello, más animoso, también una determinada cosa que hace un efecto relativamente próximo, o sea pronto. No es aquello de decir que cuentas el efecto de aquí al cabo de medio año sino que más o menos es un efecto, pues, que… la medicación creo que se nota más o menos así y en ese aspecto estoy muy contento.”

Entrevista a José Manuel

Sexo: Hombre

Edad en el momento del diagnóstico: 49 años

Año de diagnóstico: 2002

Tratamientos recibidos: Psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 58 años

Causas de la depresión

“Bueno, comenzó todo, a base de, de una separación. Y partir de ahí, pues, se me vino todo el mundo abajo. Y entonces yo quise, porque pensé que era un hombre fuerte, quise superarlo todo pero no pude. No era persona, porque las únicas dos personas que me apoyé fue en mi padre y mi psicóloga. Y estuve prácticamente desde Mayo hasta Febrero muy bien, bien relativamente, entre comillas, porque tenía dos piernas como yo le dije a mi psicóloga, pero el mes de febrero falleció mi padre y ahí fue ya… porque me quedé sin consuelo y sin apoyo, porque mi padre…”

Itinerario terapéutico

“Pensé que era un hombre fuerte, quise superarlo todo pero no pude. Entonces tuve que pedir ayuda, y entre ello fui al médico de cabecera, de familia, que fue el que me apoyó y el que me orientó a salir. Fue mi médico de cabecera “-Me pasa esto”, “-No si ya lo sé pero ¿Qué quieres?, le digo: “-Quiero una ayuda”. Y a partir de ahí me puse en contacto con el centro de salud mental. Bueno, con el médico de familia como dije anteriormente no, no tengo nada porque simplemente me derivó. Lo único, que cuando yo tenía que hacerme mis citaciones de Sintrom® [medicamento para problemas cardiológicos] y mi reconocimiento, por ejemplo, azúcar y todas esas cosas. Me preguntaba: “-¿José Manuel cómo andas, cómo vas?”, “-Pues mira, doctor me va bien, voy evolucionando favorablemente”. Ya está. El otro tema era ya de mi psicóloga que era la que llevaba el peso de toda mi situación.”

Opciones en el tratamiento de la depresión

“Si me hubiese ido medianamente regular o medianamente mal con mi psicóloga hubiese tomado otras alternativas. No le puedo decir porque no he pasado esa barrera, si la hubiese pasado esa barrera, que le hubiese oye mi psicóloga no me da con mi problema o no me da solución a un problema o hubiese estado más de cierto tiempo del que estuve. Pues, me hubiese planteado otra situación pero viendo mi situación, y como ha ido evolucionando, no busqué otras alternativas.”

Atención Psicológica y frecuencia de visitas

“Lo deseaba, tenía señalado en el calendario que para el día cuatro de febrero tenía que ir a la psicóloga, bueno pues un día antes ya no dormía, para mí fue un alivio. ¿Y luego el tiempo entre visitas a la psicóloga? Yo vivía con una ilusión de hacer los deberes. Mi psicóloga me decía: “-Esto tiene que hacer hasta la próxima visita”. Vale, “-Pues, el semáforo hay que cruzarlo nada más que en verde porque los niños pueden… y te puede hacer daño a ti, te puede coger algún coche. No te anticipes, aunque tengas prisa espera que se ponga verde”. Por ejemplo, es un hecho, no es un hecho real ¿no? eso es anticipación a lo mío, a mi problema. Y yo claro, pues, lo único que me basaba era en decir, “-Estas son las lecciones que tengo que aprender en estos quince días o un mes”, y me esforzaba en aprender, otras veces no las conseguía, pero bueno, mi intención era esa. ¿Cuánto tiempo pasaba entre una visita y otra? Depende. Te digo que depende, no es la expresión correcta, sino depende de mis circunstancias también. Depende de cómo me viese ella, si ella me veía un poquito agobiado, pues me decía “-Vente dentro de diez días o dentro de quince”. Y si me veía bien me decía “-Vente dentro de un mes”; pero a los quince días por ejemplo me llamaba ella, me decía: “-Oye, José Manuel ¿Cómo estás?”, “-Como unas las castañuelas, psicóloga”. Con aquello que le dijese a ella yo, con la expresión misma de la voz mía ella ya me localizaba, y entonces pues. Mi psicóloga, pues, si yo tenía algún problema la llamaba: “-Psicóloga, voy a verte”,“-Pues ven para acá mañana, que tengo un hueco de paciente a paciente tengo un hueco llegado allá ¿eh?”. Charlamos cinco a diez minutos y con aquellos cinco diez minutos, como ya sabía todo, ya pues ella lo único que me decía: “-Aquí, aquí, aquí, aquí, aquí”, digo “-Aquí, aquí está el fallo”, “-Pues venga”.”

Descripción de Psicoterapia

“En cuanto la información que le ha dado, básicamente, su psicóloga que es la que le ha ayudado en el proceso ¿Cómo la valora? Bien, me ponía deberes y esos deberes me los valoraba ella. Y las normas que daba ella para mí eran órdenes, lo único razonamiento que veía que era por el bien mío, y eso tenía yo que valorarlo. Por ejemplo ¿Qué deberes le ponía? De superación, simplemente era de superarme, esto es lo que hay que hacer, porque yo soy, he sido y ya no lo soy tanto porque por las circunstancias, persona que se anticipa a las circunstancias. Y entonces “-Mira José Manuel tienes un grave problema. No te adelantes a los acontecimientos, cuando llegue el problema si se puede, se le da la solución pero no te adelantes tú al problema que no ha venido, lo mismo no viene”. Y digamos, eso lo he ido corrigiendo pero ha costado mucho porque ha sido mi forma de actuar en la vida, y a mí me costó muchísimo cambiar y yo ahora he cambiado, he cambiado en ese sentido, para bien. Yo buscaba algo, buscaba algo, buscaba una salida en mi problema ¿Cuál era? pues no lo sé. Menos medicina, cualquier cosa. Diálogo, hablar, algo, buscaba algo. Entonces claro, estuve encerrado ahí, metido en mi caparazón ahí sin saber nada y sin querer nada en absoluto. Entonces ya, a partir ya de cuando comencé la primera entrevista, pues ya respiré. La ansiedad que tenía ya se fue disminuyendo poco a poco, poco a poco. Y ya le digo, lo único que señalaba, el día cuatro de febrero tenía que ir a la cita con la psicóloga, y el día tres ya estaba como unas castañuelas pero no podía dormir. Lo que quería, simplemente, con esos veinte minutos, desahogarme, que era mi situación, desahogarme simplemente, yo lo que buscaba eran personas para desahogarme, y entre ellas, era mi psicóloga la que desahogaba preferentemente. Y entonces, yo desahogaba con ella.”

Búsqueda de información sobre depresión

“No. No me han dado suficiente información pero tampoco la he pedido. No la he pedido porque vuelvo a insistir otra vez, yo lo que quería era salir de mi situación y yo veía que iba evolucionando favorablemente, entonces a mi no importa que lo llamen x que lo llamen z que lo llamen 8 que lo llamen 7, que me lo valoren entre 5 y 10. Para mí no, es para el profesional el que tiene que decidirlo. Yo lo único que tenía que ver era mi barómetro, de decir, que voy evolucionando favorablemente y a partir de ahí no me importaba nada.”

Aprender a controlar los episodios de malestar

“¿Y cuál ha sido el impacto de la depresión en su trabajo? Me comentaron que se jubiló hace un año ¿no? ¿Pues en estos siete, ocho años, los que estuvo trabajando con depresión? Sí, sí mal humor, un mal humor, hay veces que cuando uno de esos me ponía por las nubes. Y después, claro, lo pensaba: “-José Manuel, pero si ellos no tienen culpa de tus problemas. No amargues la vida de los que están alrededor porque ellos también tienen sus problemas”. Y, pero claro, era después que había pasado ya el calentón. Después, claro, pedía disculpa y todo eso pero el daño se lo hacía a la gente que de mi alrededor.”

Vida familiar

“Porque mi padre era una persona que seguía todos mis trámites y todo mi apoyo, y yo le he contado todo, y a mi psicóloga también, entonces, pues, al verme nada más que con un apoyo yo me sentí mal pero bueno, lo superé, lo superé. Bueno, yo con mis hijos hablo mucho, hablo mucho. Con mis hijos no, ellos saben todo, lo saben todo, tanto la mayor con treinta y el pequeño con veintidós, lo saben todo.”

Vida social y amigos

“En mi vida social sí, digo que cambié un poquito por la situación que yo quería meterme en mi caparazón y no quería saber nada de nadie. Entonces eso ha tenido impacto en mi vida social pero, por lo demás, los que han estado ahí, han estado y están. Me han quedado dos o tres amigos buenos, el resto, me he encerrado a mí mismo porque no quería relación con nadie. Y entonces he perdido a unos amigos pero a los básicos los tengo. ¿Y por qué? ¿Qué se ha producido ahí? No, porque ahora mismo yo no… me encerraba aquí y ellos tenían su vida, tenían su actividades y entonces pues, cedíamos 50% ellos y 50% yo, pero cedía el 50% cada cual. Pero es que yo, al 50% mío, yo no cedía. Y claro, la bola se fue incrementando y ya he perdido, no es que haya perdido totalmente pero ya no, el trato no es el mismo. ¿Y con qué otras personas se desahogaba? Bueno con mis dos amigos, con mis dos amigos, que esos fueron los que realmente lo han sabido todo. Y claro, con los que desahogaba con ellos, pero claro, no eran profesionales ni nada. Era amistad, que muchas veces la amistad también influye mucho. Son los que me han apoyado y me siguen apoyando todavía.”

El mundo laboral

“Y ellos [se refiere a los compañeros de trabajo] conocían porque ellos sabían perfectamente mi situación también, porque sabían que yo estaba en tratamiento y sabían que yo había estado en tratamiento. Y entonces pues yo lo notaba que, que me daban muchas veces un poquito la cuerda un poquito larga y claro, yo, pero después pedía perdón, porque no era mi carácter realmente, sabes, y no, mis circunstancias ¿Y alguna otra cosa que influía en el trabajo en el trabajo? Bien me salí, con mis baches y ahora hace un año prácticamente, en septiembre me jubilé, por mi situación física también, y bien. ¿Y en cuanto a bajas laborales y eso cogió alguna baja? No, no, no, no, no, ¡No!, en los veintiocho años que estuve, cogí simplemente lo que fue la baja de esta de… la intervención de la válvula mitral, que me la hice en Badajoz, que estuve un año más o menos, o año y medio, una cosa así, y después cuando la intervención del marca pasos y ya está. Mi vida laboral ha sido normal y corriente, a excepción de esas dos circunstancias.”

Sentirse mejor poco a poco

“Lo he ido superando con mucho esfuerzo, cuidado, no es cuestión de quince días ni un meses ni dos meses ni tres años, incluso tampoco. Pero hay que intentarlo. Y la persona tiene que coger y salir de sí y decir: “-Yo tengo que superarme a esta circunstancia, pero no el cincuenta sino el ochenta o noventa por ciento” Lo tiene que poner el paciente, como no lo ponga el paciente, creo, desde mi punto de vista, que se consigue muy poco.’

Cambios en la visión de la vida

“Me costó mucho, sobre todo el primer año, me costó cantidad. Porque claro, venir con cincuenta años con una estructura mental y a partir de cincuenta modificarla; eso los psicólogos lo sabrán ustedes muy bien, no se cambia de la noche a la mañana. De pequeño tú puedes cambiarla, puedes modificarla bien pero ya con cincuenta años cuesta mucho, cuesta mucho y yo lo único que quise es superar todo eso.’

Mensajes a personas cercanas

“Yo siempre he dicho que la depresión es un tema de coco. El psicólogo y el psiquiatra tienen que estar muy unidos. Pero por otra parte también el neurólogo tiene que estar muy unido también porque yo pienso, creo de que hoy día el neurólogo está por una parte, el psicólogo por otra y el psiquiatra por otra. Y pienso que tienen que estar los tres muy unidos. Una clave de un paciente lo mismo tiene que saberla el neurólogo, que el psiquiatra, que el psicólogo. Para poder tomar una decisión entre los tres. Creo que lo más importante es que haya una solución al problema pero no por una única parte sino por varias partes.’

Mensajes a otras personas con depresión

“Es muy difícil decirle al que nunca ha tenido depresión porque realmente hay que verse, hay que verse en el fango ¿eh? para poder decir: “-Oye hay que tirar para adelante”. Lo único que le digo a la persona que no ha tenido depresión, que es una enfermedad de la mente, no es como un dolor de una muela que coges y te tomas un calmante y se cambia y descansa. Pero la depresión no es cuestión de un medicamento, es cuestión de hablar y que te escuchen y querer tú salir de la situación. Que eso es lo fundamental de un paciente, querer salir. Que sea ella misma, que sea ella misma que es lo fundamental, que quiera salir de la situación, que no se cierre como un caparazón como una tortuga, sino que busque profesionales ¿Dónde? no lo sé, que se apoye en alguien y a partir de ahí que le ponga el 80% para querer salir de esa situación porque si ella no quiere salir, por mucho que los profesionales quieran, no lo van a conseguir.’

Entrevista a Pilar

Sexo: Mujer

Edad en el momento del diagnóstico: 32 años

Año de diagnóstico: 1981

Tratamientos recibidos: Farmacológico

Edad en el momento de la entrevista: 62 años

Primeros indicios y episodios

“Pues, que no tenías ganas de levantarte. No querías más que dormir. Y sueño, sueño, no querías más que dormir. Te resultaba muy pesado, la carga que tenías. O sea, el vivir te parece que es pesado ¿Para qué, para qué?”

Reconociendo la depresión

“Esa fue mi mamá, la me que insistió en que yo tenía que ir y yo tenía que ir. Y claro, yo como casi, casi, dependía de ella porque veía que si no, los hijos… pues me marché al psiquiatra por parte casi de ella. Y fue un poco una obligación, y ahí pues, no lo sé, me dio la importancia de mis hijos. Y al darme la importancia de mis hijos, él supo, gracias a Dios, no sé, enfocarme esa otra orilla. Esa otra orilla y esos hijos. Y al verles ahí, pues, es lo que me hizo levantar. Cosa que ahora me está costando mucho porque ahora mis hijos son muy mayores.”

Itinerario terapéutico

“Tengo un médico de cabecera, la verdad, es encantador. No es persona de darte la receta y marcharte para tu casa, no. El día que estoy un poquillo más baja y tengo que ir a por los medicamentos al mes. Porque todos los meses voy a él a que me los recete. Pues la verdad te pregunta siempre: “-¿Qué tal Pilar? ¿Te doy para la psiquiatra o tienes que ir a…”, “-Pues mira no, no tengo que ir en este momento”, Vale, “-¿Te encuentras mejor, te encuentras peor?”, “-No, parece que estoy …”. O sea, él mismo te pregunta. También es una persona que un poco conoce la vida personal porque la realidad es que es un amigo de la familia y también conoce un poco de la vida personal. Pero vamos, como médico en ese sentido se detiene bastante con las personas.”

Itinerario terapéutico

“Tengo un médico de cabecera, la verdad, es encantador. No es persona de darte la receta y marcharte para tu casa, no. El día que estoy un poquillo más baja y tengo que ir a por los medicamentos al mes. Porque todos los meses voy a él a que me los recete. Pues la verdad te pregunta siempre: “-¿Qué tal Pilar? ¿Te doy para la psiquiatra o tienes que ir a…”, “-Pues mira no, no tengo que ir en este momento”, Vale, “-¿Te encuentras mejor, te encuentras peor?”, “-No, parece que estoy …”. O sea, él mismo te pregunta. También es una persona que un poco conoce la vida personal porque la realidad es que es un amigo de la familia y también conoce un poco de la vida personal. Pero vamos, como médico en ese sentido se detiene bastante con las personas.”

Opciones en el tratamiento de la depresión

“¿Los médicos en algún momento le han dado la posibilidad de optar por más de una posibilidad, digamos, le han dado la posibilidad de elegir tratamientos entre diferentes opciones? No, no, porque como no me he sentido mal. Si a lo mejor hubiera sido “-Oye, que con esto no me siento bien, a ver que me puedes hacer o tal…”. Pues a lo mejor, quizás, pero como no me siento mal, cuando voy, le digo algunas veces “-Cambio de tratamiento, cambia alguna cosa”. Dice: “-¿Si quieres probamos con alguno nuevo?“, dice: “-Pero vamos ¿cómo te estás? ¿Bien?”. Lo único que pasa es que la tarde, que algunas veces es cuando me siento un poco más problemática. Te dice: “-Bueno, voy a darte otro calmantillo a media tarde por si acaso, para quedarte un poco más tranquila”. Porque la tarde es más larga parece que la mañana.”

Tratamiento farmacológico. Gestión del tratamiento farmacológico: prescripción, dosificación y efectividad

“Sí, sí, últimamente no, últimamente ya yo misma gradúo, por ejemplo, si hay temporadas que me siento mejor, me tomaba la pastilla entera y me tomo media, pero nunca dejo de tomar algo eh, nunca. Pues, me los han cambiado porque ha habido épocas mucho más fuertes, como por ejemplo, cuando la muerte de mi marido, pues en vez de tomar una pastilla yo tomaba otra a media tarde, tomaba un tratamiento más fuerte. Porque era mucho más el dolor que yo tenía. Yo considero eso, que es como una herida, que esa herida tiene que cicatrizar. Y claro tienes que tomar un calmante más fuerte, porque esa herida es mucho más gorda. Sientes físico y moral porque se te ha marchado algo. Cuando mi hija pues pasó lo mismo, yo tuve que tener un tratamiento mucho más alto y más constante, o sea más fuerte. Pues la misma, he estado con anticoagulantes, parece que ha sido cuatro meses los que me tuvieron que poner anticoagulantes. Hasta que mis coágulos de todo el cuerpo se fueron. Que fue muy fuerte el golpe. Cuenta que él murió y yo salí, me sacaron de entre los hierros bastante mal. Y cuando mi hija, la otra que tuvo el accidente, como verla a ella era recordar que se me marchaba como la otra, pues también tuve que llevar un tratamiento muy fuerte. O sea, fueron casos muy duros. Para cuando esos casos, el tratamiento era más fuerte. ¿Y le cambiaban el tipo de pastilla o únicamente le alteraban la dosis? Algunas no, otras sí. Por ejemplo la de dormir, el… no me acuerdo cómo se llama ahora… Ese por ejemplo, me parece que no, ese no le han cambiado. ¿Desde el ochenta y uno, ochenta y dos? Sí, ese me parece que no sé, no sé si lo han cambiado, no me acuerdo exactamente, pero llevo bastante tiempo. En cambio la otra, es la que cambiaban más fuerte. Y había otra que se tomaba, que no me acuerdo cómo se llama el tratamiento, que era redondita, esa la tomabas por la tarde, que también es como un calmante que te medio adormecía y con el otro te adormecías del todo, o sea, era un… Pero era por eso porque había un problema fuerte. ¿Los médicos en algún momento le han dado la posibilidad de optar por más de una posibilidad? Digamos ¿Le han dado la posibilidad de elegir tratamientos entre diferentes opciones? No, no porque como no me he sentido mal, si a lo mejor hubiera sido “-Oye que con esto no me siento bien, a ver que me puedes hacer o tal”, pues a lo mejor quizás. Pero como no me siento mal, cuando voy le digo algunas veces “-¿Cambio de tratamiento, cambia alguna cosa”, dice “-Bueno, si quieres probamos con alguno nuevo”, dice “- Pero vamos, estándote como te estás bien…”. Lo único que pasa es esa, la de la tarde, que algunas veces es cuando me siento un poco más problemática te dice, “- Bueno, voy a darte otro calmantillo a media tarde por si acaso, para quedarte un poco más tranquila”. Porque la tarde es más larga parece que la mañana.”

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

“Y pienso que es como la tensión, mi marido, concretamente el segundo, tomaba una pastilla para la presión alta. Y ya era para toda su vida, unas veces entera otras veces media, y yo le decía “-Bueno, pues yo tomo mi pastilla igual” ¿Qué más da?. Si a la hora de la verdad es como la tensión, que la tienes que controlar. Yo me la controlo igual. O sea, yo no me la he tomado como que te aficionas a las pastillas, no. Tú tienes una falta de calcio y te tienes que tomar una pastilla. Tú tienes una falta de… o sea una diabetes o alguna cosa y te tienes que tomar otra pastilla. ¿Y por qué no con esto? Si tienes tendencia a ello, pues lo lógico es que te tomas una pastilla. Yo la veo muy normal. Somos muy amantes de decir que con un tratamiento de pastillas, un tratamiento de pastillas, te vas a aficionar a las pastillas y ¿Qué quieres? ¿Aficionarte a la depresión? Yo no es que sea amante de las pastillas, pero considero que cuando tienes un dolor de cabeza, te tomas una aspirina, si tienes una tendencia a engordar, buscas el alimento para que no engorde o buscas unas pastillas para bajar de peso ¿Por qué no vas a buscar algo para la depresión que es una enfermedad? O sea, es una enfermedad y como una enfermedad hay que tratarla.”

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

“En cuanto a las pastillas que le han recetado ¿Se ha sentido mejor y si esa mejoría ha sido desde el primer momento o ha sido algo que ha notado la mejoría de forma, digamos, más paulatina? No, ha sido casi como aquel que dice de momentos, o sea, he visto más calmada, más calmada y no sé… con más espíritu ¡Hombre! el primer día y el segundo día no lo consideras porque relativamente eso no es una aspirina, que lo tomes y al día siguiente ya estás como nueva. Tienes que ir un proceso de tiempo, por supuesto, pero vamos ha sido rápido, no puedo decir…”

Aprender a controlar los episodios de malestar

“¿Cómo cambió su calidad de vida tras el diagnóstico y el tratamiento? Mi calidad de vida, de estar en la cama que no quería levantar a empezar, aunque no fuera más que por la casa. Poco es, pero algo era, el tener, valorar el hacer la cama, levantarte a hacer la cama. Yo lo veía muchas veces por mi hija, cuando cayó tan mal que decía: “-Bueno, ahora ya no hago yo el café, ya por lo menos se lo hace”. Me gusta mucho la lectura, sobre todo de autoayuda, muchísimo. Procuro ir a Reiki (Ver Glosario), procuro ir a cualquier cursito de relajación, procuro ir a esta ¿Cómo se llama? Los cursos de risoterapia (Ver Glosario) que me privan. O sea, procuro hacer cosas de estas. Cuando hay cursitos de estos de relajación, soy la primera. Si hay de risoterapia, ya te digo, me priva, me encanta, porque creo que es la que te hace levantar la moral. Ser un poco de niño, porque la realidad es que tenemos que ser como niños. Sí, más que otra cosa, lo que te ayuda es buscar tú que te ayude. O sea no es estar pendiente de que te tengan que ayudar. Quizás sea un poco solitaria en ese sentido. Soy muy independiente. Eso sí que me considero muy independiente, no dependiente, sino muy independiente. Pues yo, la verdad con… no sé, me apoyo mucho en la religión y me la llevé conmigo a Lourdes, estuvimos en Lourdes, parece que venía más tranquila, un poquito más sosegada y estábamos ya viviendo un poquito más la tranquilidad.”

Actividades gratificantes

“Me gusta mucho viajar y cuando tengo un viaje ya preparado, ya estoy soñando con ese viaje aunque falte tres meses o cuatro. Estoy soñando con ese viaje ¿Cómo voy a llevar, cómo voy a hacer, qué voy a ponerme, qué, con quién voy a tratar, qué voy a hacer, cómo es? O sea, vivirlo antes de que llegue, tener un cachito de objetivo para lo que sea. Yo pongo, o sea, el ejemplo de los viajes porque me gusta mucho. ¡Que sea un día! Pero yo ya estoy pensando: “-Fíjate, vamos a ir un día a tal sitio” ¡ay! Y nunca pienso en el peligro, siempre ¿Cómo será de bonito? Impacto laboral no porque, precisamente, yo estaba haciendo un trabajo que me gustaba. Y como era un trabajo que me gustaba, pues el hablar con la gente, el estar con la gente, es una cosa que me priva, me ha gustado de toda la vida. Y ahí no, ahí era al revés, era lo que me subía el ego. El sentirme, lo que sigo diciendo, necesitada. El hacer, pues, cosas de novedades, el estar preparando siempre alguna cosa especial. Como yo tenía las masas, pues era hacer cositas especiales, cositas raras, cositas… y esa misma querer hacer algo nuevo, pues me subía la moral.”

El estigma de las enfermedades mentales

“Como sabía mucho la parte moral que había en casa, pues la verdad que ahí no, no he tenido rechazo, no he tenido rechazo. No sé si era mi forma de ser o… no lo sé, pero no he tenido rechazo. El impacto familiar es muy problemático porque te toman por loca. Esa es la palabra de todos, es bastante, bastante falta de comprensión, esa sí que la encuentro falta de comprensión. Yo creo que a una persona depresiva no la sabemos entender. La familia es costoso, es costoso, lo he experimentado conmigo. Todos querían atender a mis hijos porque yo estaba prácticamente loca. O sea, era la palabra que siempre te dicen. Cuando yo he empezado pues a levantar un poco más, a viajar, a estar esto, siempre: “-La loca”. Cuando yo me imponía un poco respecto a mis hijos y los de él, yo era la loca. O sea, es la palabra que casi siempre he escuchado. Siempre es la locura, o sea, tú ves a una persona depresiva “-Está más loca que una cabra, déjala que ya se le pasará”

Vida familiar

“Mi mamá, que es la que estaba siempre a mi lado, se había quedado viuda también y me echaba siempre un cable. Y claro, no un cable exactamente económico, sino… Bueno económico también porque llenaba el frigorífico ella porque yo no podía tampoco económicamente. Pero ella fue un poquillo la iniciadora de que yo pusiera una pequeña tienda de pan y leche, de ultramarinos. Me dio una fianza para… que era con una tranquilidad y la puse, y ahí empecé a trabajar. Pero bueno, también tuve, gracias a Dios, el apoyo de él, de mi marido que no era el padre pero me ayudó muchísimo, mucho, mucho. Y a mis hijos los ayudó bastante. Levantarlos para arriba gracias al apoyo entre todos y ver la alegría de los otros tres, que tampoco eran míos pero daban el cariño y todos pues, bien. Gracias a Dios, poquito a poquito con los tratamientos igual levantamos otra vez para arriba.”

El mundo laboral

“El impacto laboral no porque precisamente yo estaba haciendo un trabajo que me gustaba. Y como era un trabajo que me gustaba, pues el hablar con la gente, el estar con la gente, es una cosa que me priva, me ha gustado de toda la vida. Y ahí no, ahí era al revés, era lo que me subía el ego, el sentirme, lo que sigo diciendo, necesitada, el hacer pues cosas de novedades, el estar preparando siempre alguna cosa especial. Como yo tenía las masas, pues era hacer cositas especiales, cositas raras, cositas… y esa misma querer hacer algo nuevo, pues me subía la moral.”

Los grupos de apoyo

“Conocí el Puente, hace cuatro años y pico que conocí el Puente aquí en la Asociación de Feafes y… al venirme con las familias y ver que la gente estaba pasando similar a lo mío, pues la verdad me ayudó bastante. Me ayudó muchísimo, mucho, mucho. Para mí la asociación es la que me ha levantado prácticamente en todos sentidos eh. Porque he sabido hablar con… vamos, he venido y he hablado con personas que están viviendo similar a lo que yo estoy padeciendo o pasando. Y una con otra, o sea, al hablar prácticamente de lo mismo, no sé, eso es como cuando tú hablas de fútbol y el otro comprende el fútbol. Si a mí me vas a hablar de un jugador de fútbol que no entiendo de fútbol, no puedo comprender quién es. En cambio aquí cuando puedes hablar de una cosa que estás precisamente, no sé, pasándola tú, pues, te sientes cobijada, te sientes de otra manera. Incluso cuando estás un poco más caída o deprimida o tal, te vienes a la asociación un rato y parece como que ya encuentras otras personas, incluso chavales con más problemas que tú y te hace sentirte más, más necesitada, más alegre. Y la verdad yo la asociación, para mí ha sido mis pies y mis manos desde que murió mi marido y desde que mi hija estaba tan mal.”

Mensajes a otras personas con depresión

“Que no, que la soledad no la busquen. Que no busquen la soledad, al revés, siempre relacionarse con gente y la que no lo tenga, que apoye. ¿Y qué les diría a las personas que tienen actualmente depresión? Pues yo tengo tres palabras, cuatro palabras concretamente que las llevo siempre en mi agenda, que tengan un sueño, algo, un objetivo, marcarse en la vida, algo por qué luchar y algo, alguien a quien querer. Sobre todo un objetivo, lo que sea, el salir, el buscarte, pues lo que sea, un objetivo. El hacer un babero para una amiga o el hacer un jersey para el vecino de al lado o hacer cualquier cosa. Tener un objetivo, hacer algo y luego tener alguien a quien querer. ¡Una flor!, ¡una rosa!, cualquier cosa, pero alguien a quien querer, que no hace falta ser físico.”

Entrevista a Teodoro

Sexo: Hombre

Edad en el momento del diagnóstico: 27 años

Año de diagnóstico: 1978

Tratamientos recibidos: Farmacológico

Edad en el momento de la entrevista: 60 años

silueta masculina

Primeros indicios y episodios

“Empiezas así, empiezas a ponerte triste, síntomas por… ¿Qué si me preguntan a mí? ¿O por qué circunstancias? Hombre, que te podía decir algo, pero, pues no lo sé. Que viene, nada, así, bueno, no sé. Y empiezas y bueno y poco a poco vas cayendo, vas cayendo, no tuve casi nunca a nadie que, quizás, me apoyara un poco o que hiciera algunas actividades ¡Algo! Y a pesar de que trabajaba, que eso ha sido una gran suerte mía.”

Primeros indicios y episodios

“Sí hombre, pues, síntoma digamos de pena, por decirlo de alguna manera. Un abatimiento que no tienes ganas de nada. Ganas, me refiero que te da igual quedarte en casa. Casi más prefieres quedarte en casa y si te dejan solo, casi mejor. ¿Sabes? como en el sentido de decir “-Bueno, pues que voy a ver la tele o voy a ver esto”. Procurar inhibirte lo más posible, a lo mejor te invitan a… me decía la mujer “-Vamos a dar un paseo y verás cómo…”, “-Vete si tú quieres que yo me quedo en casa”. O sea, auto-aislarse. ¿Mañana qué? ¿Mañana otra vez en casa? ¿Y pasado? Pues, ese sería; la sintomatología de abandono o de dejadez o de inapetencia de hacer algo, de hacer algo, lo más elemental. Lo que sí, que es cierto, que luego, una vez que a lo mejor empiezas a hacer algo, si es físico, de mover un mueble o de hacer cualquier cosa, se me va la cosa esa, de eso. Pero ya llegar y decir : “-No tengo ganas de hacer nada”. Eso, a veces esa situación, y sin ganas de hacer nada, nada, nada, ni de salir a dar un paseo de nada. Ese era lo peor que te. Y vas a la cama, te despiertas pronto y dormías mal, venga comerte el tarro y venga pensar cosas que no tenían sentido de correlación. Y es mal, o sea, encontrarte, pues, encontrarte mal, mal.”

Tratamiento farmacológico. Gestión del tratamiento farmacológico: prescripción, dosificación y efectividad

“La médica de cabecera un año de tratamiento a los dos o tres meses pues ya me encontraba bien. Se lo hice saber: “-Que ya me encuentro bien, lo dejamos”, “-No”, dice: “-Esto no lo podemos dejar, tenemos que dejarlo… tenemos que mantenerlo por lo menos un año y luego dejarlo paulatinamente, ir reduciendo la dosificación porque”, porque este dice: “-Con esto muchas, muchas, muchas veces, me devuelve el paciente al retroceso y es peor”. Digamos que he estado en un medio año del 2010 y se cumplieron el año y luego ya empezamos, pues me acuerdo un par de meses, con una caja yo creo que fuimos distribuyéndola, de tomar 1 comprimido diario a medio comprimido diario, a un cuarto de comprimido y luego un par de semanas a un cuarto del comprimido hasta llegar a un día sí y otro no. ¿De qué medicamentos estamos hablando? Citalopram (antidepresivo, Ver Glosario Medicación) Con este medicamento, con el que yo he estado 1 año tomándolo, a razón de Citalopram 30 me parece que era, no sé la dosificación, 30 es que tomo, cuando tomo más medicamentos siempre hay 2 ó 3, citalopram 30 sí.”

Búsqueda de información sobre depresión

“Lo digo, es que no lo he contrastado con otros, o sea, por lo tanto si yo ¿qué voy a decir? Me imagino la buena profesionalidad y en el buen conocimiento de un médico. La mujer mía sí, la mujer mía colabora en… con una farmacia. Y va allí a trabajar dos días a la semana y entonces, pues, tiene contacto con sus compañeros. Que ya pues, desde los auxiliares, que son, veo gente muy preparada puesto que yo también tengo contacto con ellos, pero no profesional, a los jefes que ya son farmacéuticos, titulares pues hablan continuamente de esto. Y entonces mi mujer sí, mi mujer le gusta ya más eso y ya tiene, pues, la enciclopedia de medicina familiar y cuanto que tienes cualquier cosa, pues te hacen unos análisis y rápidamente ella ya va a mirar los valores y todo eso. Mi mujer sí. Mi mujer, digamos que es la que luego ya me aconseja y me dice esto o lo otro, vete o no vayas, o esto. Evidentemente que algunas veces, pues, tengo discusiones con ella.”

Vida familiar

“Y entonces mi mujer sí, a mi mujer le gusta ya más eso y ya tiene pues la enciclopedia de medicina familiar y cuanto que tienes cualquier cosa, pues te hacen unos análisis y rápidamente ella ya va a mirar los valores y todo eso. Mi mujer sí, mi mujer digamos que es la que luego ya me aconseja y me dice esto o lo otro, vete o no vayas o esto. Evidentemente que algunas veces pues tengo discusiones con ella. Familiarmente pues yo comprendo que es que no hay un contacto oral pues como habitualmente debería haberle. Digamos que te autorretraes a ti mismo. A lo mejor, puede ser por eso que dije antes de no hacer partícipes, no hacer partícipes al resto de la familia de tus problemas. Pues sí pues a lo mejor, pues este que cuando yo tengo, tenía la depresión pues como… yo mismo de alguna manera me retraía de esa comunicación que debe haber entre padres e hijos. Pues posiblemente ellos también, no es que se distanciaran, también guardaban un margen de distancia. Entonces con mis hijos pues a lo mejor y con mi mujer, pues esta distancia pues la puede haber pues con el tema de la depresión. Digamos que pudiera haber una falta de confianza total, no de confianza en decir esto o lo otro, sino de comunicación, de comunicación de llegar sentarse en la mesa a hablar y a lo mejor pues se hace un poco la… cada uno va un poco a su bola. Como en la mesa estamos… yo suelo estar más callado que hablando. Entonces falta esa comunicación que dicen que es tan buena que… yo con la mujer pues casi, casi pues ya lo tengo todo juntado, ya lo tengo todo dicho…”

El mundo laboral

“Bueno mejor posiblemente yo soy una persona que me gusta hacer bien las cosas y cuando yo me comprometo a hacer una cosa, la acabo. Y la acabo en todos los niveles en los que yo me haya comprometido. Entonces yo me acuerdo que los primeros síntomas de preocupación, de estado de ansiedad, de nerviosismo, venían como consecuencia de mi… Mi actividad laboral estuvo muy ligada al sindicalismo. Aquí se estableció un proceso asambleario donde era todo a mano alzada y después pues veías que que era un embarque continuo, continuo, el que… era un embate continuo, el que te sometían. Y entonces, pues eso a mí me llevó a un estado de excitación y de estrés muy grave, el decir: “-¿Estoy fracasando, no estoy fracasando?” Bueno, pues volvías al otro día y te volvía a pasar lo mismo, te confiabas, o sea, soy un hombre confiado, soy un hombre que me engaña cualquiera. Y entonces, pues se llegaba a un estado de tensión bastante fuerte. Y digamos que eso, eso es lo que a mí, esa excitación y luego esa tensión continua es lo que lo que me hacía decaer, cada vez que había un brote de estos, negociaciones colectivas o algo. Sí, bajas laborales pero vamos por la… por el tema depresivo, pues no, no creo que he tenido ninguna, no, ninguna. He tenido varias pero eran ya por mis incapacidades, las otras, pero por ese aspecto no he tenido ninguna ¿eh? No recuerdo yo que haya ida a decir: “-Bueno pues encuentro mal”. No, no recuerdo.”

Entrevista a Antonia

Sexo: Mujer

Edad en el momento del diagnóstico: 35 años

Año de diagnóstico: 1981

Tratamientos recibidos: Farmacológico y psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 65 años

Primeros indicios y episodios

“Yo creo que esos vértigos me dan a mí como síntomas de la depresión. No sé si es que me aprieta o que yo no estoy cómoda, pero yo creo que aunque a pesar de que la espalda da y de las cervicales, esos principios de vértigos fueron, para mí.”

Atención de la depresión a través de psiquiatría

“El psiquiatra me trato la depresión y yo me puse mejor. Yo me puse mejor e inclusive adelgacé. Adelgacé porque hacía más ejercicios, me movía más. Un señor buenísimo, encontré la imagen, indudablemente, si una persona, que tú puedes hablar, encuentra que te entiende y aunque él no te entienda pero tú le hablas, no le hablas en un lenguaje extraño. Yo he tenido, como todas las personas que son crónicas, períodos de encontrarme médicos que hablan en un lenguaje extraño. Pero no porque sea raro ni nada, no sé, no, porque no. Este señor, con una cosa y no sólo me llevó a mí, me cogió a mí, pero es que fue mi padre, fue mi hermano y fue todo. Yo terminé abrazándome a él cuando salí.”

Actividades gratificantes

“Yo tengo una cosa, que yo, aunque sea a salir a comprar pan, yo mejoro. Si yo tuviera facilidad para salir, yo, vamos, mejoro muchísimo. La calle a mí me mejora muchísimo, yo disfruto de la vista, de las vistas. La naturaleza, que nos olvidamos mucho de pasear por el campo, que yo tengo muy buenos recuerdos de a pesar de estar, de encontrarme mal, de irme a la playa. El domingo mismo, el domingo mismo yo me encontraba mal, bastante mal. Me fui a la orilla del mar, me senté en una piedra, no pude leer, pero yo a las dos horas no era la misma persona, a las dos horas no era la misma persona. Ahí se estaban dando unas causas climatológicas muy buenas y yo me mejoré bastante. Volví a mi casa, pude hacer cosas.”

Sentirse mejor poco a poco

“Mi hijo estaba empezando con la depresión y no estaba como está hoy. Entonces, pues, tuve unos años, cuando él empezó con su enfermedad yo mejoré muchísimo de la depresión. Porque también cuando tenía un problema, no sé si es que te crece o como piensas más en el problema.”

Mensajes a personas cercanas

“Y para el tema de la depresión ¿Cómo? ¿Qué cosas mejoraría ya que tienes tanta experiencia ya con este… tanto de trabajar en el sistema público como…? Más amor y menos Prozac (Ver Glosario). ¿Cómo? Más educación, no lo digo amor porque ya es una utopía. Yo no veo a la seguridad social ni al médico, ni pagándole, a pedirle amor, más comprensión y menos Prozac.”

Mensajes a otras personas con depresión

“¿Qué le recomendarías o qué le dirías a una persona que nunca a ha tenido depresión? ¿Cómo definirías la depresión explicándoselo a alguien que nunca ha tenido depresión? Pues, la persona que tenga la oportunidad, que viva la vida que es maravillosa, que se deje de… por las cosas de la vida, por los trabajos por todo, que todo lo haga por… Quizás tenga la posibilidad de ser feliz o de lo que es la felicidad, que es no preocuparse por nada o lo menos posible. Que también tener la familia, de dedicarse, que pueda… eso, el desarraigo que trae muchas tristeza, el alejamiento de las personas queridas. Porque… que siembre para tener eso, sembrar la vida con cosas positivas, que es lo que va.”

Entrevista a Rosina

Sexo: Mujer

Edad en el momento del diagnóstico: 55 años

Año de diagnóstico: 2008

Tratamientos recibidos: Farmacológico y psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 58 años

silueta femenina

La vida antes de la depresión

“Yo que soy una persona hiperactiva, trabajadora, me encanta estar con gente, me encantan mis amigos, todo eso, dejé de querer hacerlo. ¿Principalmente, los cambios que viste en tu vida fueron esos? Sí. Exactamente. De ser una mujer que se levantaba todas las mañanas con un ímpetu tremendo, con muchísimas ganas de todo, muy optimista, de pasar a todo lo contrario.”

Primeros indicios y episodios

“La primera vez de todas, yo creo que fue hace dos o tres años, fue la primera vez. Siempre me pasa lo mismo, me entra una tristeza profunda. Una tristeza profunda, profunda, profunda me pongo a llorar, a llorar, a llorar y ahí comienza.”

Reconociendo la depresión

“Sobre todo cuando la persona a la que le pasa es una persona que lleva toda la vida… que es una persona con coraje, fuerte, con carácter, emprendedora, todo eso. Y que de repente esa persona haga ¡Pum! así para abajo, pues les cuesta entenderlo, cuesta entenderlo. De hecho yo me encontraba entre las personas que hace unos años no entendía (la depresión); y que a mí nunca me iba a dar una depresión. Y ha tenido que darme para entender. He leído, sí que he leído. Soy una lectora empedernida y entonces nunca había querido leer un libro de auto ayuda. Me negaba a todo esto porque yo era estupendísima y, bueno, a mí no me iba a pasar nada de esto y me ha pasado. Por eso digo que he salido mucho mejor de todo esto.”

Itinerario terapéutico

“Entonces, no puede ser, esto no es normal estar así y entonces ¿Qué voy a hacer? ¿Acudir a quién? Pues primero a mi médico, al médico de cabecera, que me conoce hace muchísimos años y decirle lo que me pasa. Y después ya, él fue el que me recomendó un psicólogo, mis hijos, mi familia y así fue. Las dos veces [se refiere a las recaídas] es el médico de toda la vida, que me conoce muy bien, me he sentado en frente de él y le he dicho: “-Estoy todo el día llorando, me pasa algo, que no duermo, no como, estoy todo el día llorando, estoy muy triste, una tristeza profunda, profunda”. Y me dijo, “-Eso es depresión”. Y entonces bueno, es la primera vez en mi vida que me mandaron unas pastillas antidepresivas y me costó aceptar que tenía que tomarla, y bueno, me las empecé a tomar, me las mandó él. Y después me recomendó que fuera a un psicólogo y entonces empecé a ir a un psicólogo también, semanalmente. Y el médico de cabecera ¿Sigues yendo? Sí, porque a mí me gusta mucho el médico de cabecera, además porque me gusta y me dice, se ríe conmigo y me tuvo que cambiar la medicina y me dice, digo: “-Me encuentro mejor pero no salgo del todo, sigo llorando de vez en cuando y me sigo encontrando triste”. Dice “-¡Uy! de esto se sabe cuándo uno entra pero nunca se sabe cuándo se sale, tienes que tener paciencia”.”

Opciones en el tratamiento de la depresión

“¿Crees que los profesionales sanitarios han tenido en cuenta tu opinión en todo este proceso? Claro que sí. Por su puesto, yo las veces que he hablado con el médico mío de cabecera siempre la ha tenido en cuenta, está claro. Y de hecho hemos cambiado dos veces o tres veces de medicamento y me ha reducido, me ha puesto. Sí, sí, y según lo que yo le cuento, sí.”

Atención psicológica y frecuencia de visitas

“¿Te supone algún tipo de esfuerzo personal asistir a terapia? Si, a veces sí. Claro que sí. Sobre todo las primeras cuando fui al principio de la depresión o de la tristeza al principio me cuesta porque me cuesta cualquier cosa y eso también me cuesta Lo que pasa que como ya las conozco y ya estuve las primeras veces que fui me parecía que no iba a ayudar en nada que no, que hablar con una persona desconocida a ver que me iba a servir, de qué me iba a servir y fue un esfuerzo, pero, he visto su resultado entonces ahora cada vez me cuesta menos. Al psicólogo sí. Pero al psicólogo, nunca he ido a los psicólogos de la seguridad social porque siempre he tenido oportunidad de tratar con psicólogos que alguien me ha recomendado o que alguien me ha dicho. El psicólogo que tuve la primera vez era una psicóloga que la tenía aquí al lado de mi oficina… Y estuve yendo durante un año y pico. Me comentabas que te has comunicado con el psicólogo por internet, cuéntame un poquito de esto. Pues porque, nos vemos una vez al mes. A mí al principio me hubiera gustado verlo más pero, por otro lado económicamente no me lo puedo permitir, porque las cosas están como están. Entonces simplemente, así de sencillo, no me lo puedo permitir. Pero me gusta este psicólogo y entonces él se ha ofrecido muchas veces y me ha dicho: “-Puedes comunicarte conmigo cuando tú quieras, me escribes lo que tú quieras, a través de Internet”. Y así alguna vez lo he hecho, alguna vez que me sentido mal, me he encontrado otra vez en la llorera, de llorar y llorar un fin de semana, dando vueltas encerrada, me ha vuelto a dar bajón y le escribo y él me contesta y siempre lo que me contesta me ayuda muchísimo y acierta ¿verdad? ¿Por correo electrónico? Correo electrónico, a mí me gusta escribir, a él también, creo que escribir es algo positivo porque sueltas cosas y lo aclaro con él, entonces eso lo recomiendo, eso lo recomiendo.”

Tratamiento farmacológico. Efectos secundarios de la medicación

“La primera vez me mandó unas que se llamaban Escitalopram (Ver Glosario, Medicación) me recuerdo y creo que esta segunda vez ha sido lo mismo pero me mandó el genérico. Que creo que es la Mirtarzapina (Ver Glosario, Medicación) es el genérico o algo así. La primera vez me ha sentado muy bien y esta segunda vez, estuve seis meses tomándolas, nada más. Y esta segunda vez, he tenido que dejar de tomar porque me han dado problemas cardiovasculares. Los efectos en mí no fueron los deseados. Porque ya digo, se me produjeron edemas en las piernas y en las manos, se me hincharon mucho, no podía caminar bien y tuvimos que quitarlos.”

Tratamiento farmacológico. Valoración del tratamiento farmacológico

“Sí, porque a pesar de que los efectos: me ha engordado, me ha retenido líquido, una serie de… ¿Cómo se llama? De lo que… tienen los efectos secundarios, pero es que yo me he sentido mejor, me he sentido mejor. Más animada, más positiva, me ha ayudado a reflexionar. Crees que ambas cosas te han ayudado: tanto los tratamientos farmacológicos como la terapia. Si, lo que yo no me gusta tampoco es estar, ya digo estar medicada, no me gusta nada, no me gusta nada la sensación de estar medicada, en principio, cuando ya uno se habitúa, bueno pues, ya es de otra manera. Pero esa sensación de no poder, de no controlar, de tener que estar siempre dependiendo de una pastilla no, a mí, por mi forma de ser, no me gusta. Pero considero que cuando se llega al hoyo que yo llegué, hazlo. A los dos psicólogos que he tenido nunca les ha gustado que… el tratamiento médico, de pastillas. Pero por otro lado han considerado que como ha sido siempre poco tiempo, han sido nada más que seis meses, cinco meses, pues que bueno eso dentro de lo malo siempre han considerado que es mucho mejor una terapia. Lo que pasa, que a lo mejor yo creo que he necesitado quizás una ayuda farmacológica en los primeros días, en los primeros meses de estar… de encontrarme tan mal, me ha ayudado, la química.”

Búsqueda de información sobre depresión

“¿Ha utilizado Internet o alguna otra fuente de información para informarte sobre los tratamientos, sobre las terapias o sobre lo que sea? He leído, sí que he leído, soy una lectora empedernida y entonces nunca había querido leer un libro de autoayuda. Me negaba a todo esto porque yo era estupendísima y a mí no me iba a pasar nada d esto y me ha pasado. Por eso digo que yo he salido mucho mejor de todo esto. Y entonces he leído, miento, he visto algún video de algún psicólogo importante en alguna conferencia y he leído algún libro de autoayuda que me han recomendado los psicólogos, que me han venido muy bien.”

Vida afectiva y sexual

“Tengo dos hijos y no tengo pareja. Vida sexual no tengo ahora mismo, no tengo pareja no lo echo de menos y o sea no me ha afectado en nada, entonces no, la verdad es que no.”

Vida familiar

“Afectiva, con mi familia no, al contrario, se han mostrado las dos veces… tengo mucha suerte en ese aspecto. Mira, tengo dos hijos y no tengo pareja. Pero mis dos hijos me han apoyado, me han entendido y me han ayudado. De hecho, se han encargado de la empresa ellos dos y yo he podido entregarme a mi depresión.”

Mundo laboral

“Nunca he sido de problemas personales, siempre he sido más bien de temas laborales y bueno, el anterior fue por una ex socia que tuve, que me sentí traicionada por ella y eso fue también la gota que colmó el vaso. Y después, la segunda vez ha sido la crisis que está habiendo, yo tengo mucho trato con clientes, con público, todos los días y yo también gestiono su patrimonio y entonces ahora las cosas están muy difíciles. Está muy mal, la gente trata de no pagar, no paga, hay que demandar, dejan los pisos libres y se tarda mucho tiempo en alquilar. Todo es drama, esa tensión de tener que explicar, tratar de convencer a los clientes míos que en realidad son los propietarios… de repente un día, un propietario dijo una frase, una tontería de frase, que no me gustó y de repente eso ocasionó también…”

Cambios en la visión de la vida

“A mí las crisis de esta depresión me han hecho parar a pensar y a reflexionar. Y me han hecho querer cambiar como persona y me han hecho ser más tolerante, más comprensiva, menos rígida, más vulnerable incluso. Me permito tener esta depresión y estar triste, soy humana, no soy una superwoman, que es lo que era antes. Por eso digo que salgo mejor persona. Me ha ayudado mucho, he salido mejor persona, mejor ser humano, conociéndome mucho mejor, aceptándome más, siendo más humana no tan perfecta.”

Mensajes a personas cercanas

“Si tienen alguien al lado que le esté pasando que lo procuren entender y que estén preparados porque a lo mejor les puede pasar, pues a cualquiera, a cualquier persona.”

Mensajes a otras personas con depresión

“Se sale, se sale siempre, se sale que todo funciona. Que se sale y que solo hay que dejar pasar un poquito los días, pequeños logros, pequeñas cositas. Levantarte un día un poquito más, salir un poquito más que el día anterior, ponerse pequeñas metas, pero se sale, siempre se sale. Es una temporada de parada, de reflexión, que hasta a veces hasta viene bien. A mí me ha venido bien. ¿Recomendarías algo más a una persona que tiene diagnosticada depresión? Estar con los suyos, con sus amigos, rodearse de gente que le quiera. No perder del todo el hilo de la vida. O sea, intentar ¿no? hacer cosas que le guste, aunque sea cualquier bobería, algo que le guste. Y pensar en él y reflexionar y dejarse llevar un poquito, dejarse llevar para que todo vuelva a fluir otra vez. Porque a lo mejor mis opiniones pueden servirle de ayuda a alguien, a una persona que las oiga porque me considero una mujer fuerte, culta, educada, bien, una mujer normal, bien, una madre feliz, bien y me ha pasado y me he dado de bruces con ello y he tenido que aceptarlo. ¿O sea, como una manera de ayudar no? Una manera de ayudar.”

Entrevista a Josefa

Sexo: Mujer

Edad en el momento del diagnóstico: 41 años

Año de diagnóstico: 1990

Tratamientos recibidos: Farmacológico y psicoterapia

Edad en el momento de la entrevista: 62 años

Itinerario terapéutico

“Fui al médico de cabecera y le conté cómo estaba, cómo me encontraba y tal. Entonces él cuando me vio le dijo a mi hija: “-Tu madre tiene una depresión”. Y me mandó un tratamiento. Lo único que quería decir es que, ya te digo, ir a un psicólogo, que el médico me envíe a un psicólogo, porque él es el que tiene que decirme: “-Pues te voy a mandar a un psicólogo”. Pero no, con el tratamiento solo muchas veces no te… se necesita hablar con alguien como ahora mismo que estoy hablando contigo. Me mandó pastilla, pastilla y yo necesito también muchas veces un psicólogo o alguien con quien hablar y eso pues me mandan el tratamiento pero no me dice nada.”

Tratamiento farmacológico. Dependencia y abandono de la medicación

“Yo empecé a tomar el Tranxilium (Medicación para la ansiedad, Ver Glosario: Clonazepato Dipotásico) después el Tranquiimazin, (Medicación para la ansiedad, Ver Glosario: Alprazolam) ahora el médico me puso uno un poco más flojo. De todas maneras, con el Tranquimazin (principio activo: Alprazolam) que era el más fuerte que el que estoy tomando ahora, dormía igual. Entonces él me dijo que esa era una cosa que me adaptaba él y no dormía, pero ahí me da hasta júbilo y no me hace dormir. Entonces, al final tengo que tomarme una pastilla para dormir un ratito porque tengo que descansar. Y descanso poco. Me mandó Tranxiluim porque estaba muy mal y me dijo “-Tú vas a estar bien… y los demás no te los tomes siete días”. Pero yo lo tengo aquí y cuando yo me encuentro muy mal, muy mal yo me tomo uno, porque encuentro que me relajo más, me encuentro relajada.”

Actividades gratificantes

“Tengo buenas vecinos, buenos amigos pero no soy una persona de salir así, nada más que ir ahí abajo, a la tercera edad. Así hago un poco de gimnasia o hago el psicólogo. ¿Qué otras actividades hacen ahora en el centro de la tercera edad? Gimnasia, algunos se ponen a jugar al dominó o a las cartas, que yo bajo algunas veces, alguna que otra bajo a hacer como collares, estas cositas así. ¿Y usted participa en todas esas actividades? Hay veces que no bajo. Cuando me encuentro así, que no tengo ganas ni de ver a nadie no bajo, no bajo. Cuando tengo ganas sí bajo. Cuando me encuentro yo de humor bajo pero si no tengo humor, no bajo. ¿Y a usted le ayuda el ir a…? Sí, sí, sí ayuda, sí. Ayuda bastante hablar con las personas mayores y con la edad mía y más jóvenes también.”

Vida familiar

“Apoyada sí, con ellas, mis hijas sí, con mi hijas y mi hijo me encuentro muy apoyada pero si te digo otra cosa te miento. Mis hijas sí, son unas niñas estupendas, están casadas y todo, pero ellas siempre me llaman ¿Cómo estoy? o vamos a caminar o vamos… siempre, aunque ellas tengan sus niñas también en su casa, pero ellas… gracias a ellas. Sí, sí, sí, gracias a ellas y a mi nieta, la verdad que sí, pero si no pfff ¡qué va!”

Mensajes a otras personas con depresión

“Qué les diría, ay Señor… que vayan a un psicólogo será porque ya te digo yo el que tengo …, que viene de semana a semana y me encuentro con él aunque no venga ahora. ¿Les dirías, les recomendarías ir a un psicólogo? Ah… yo sí. Alguien con quien hablar esto y con quién, que te dé información. Hablar con alguien que te dé información de qué viene esto, hablar con alguien que te de información de qué viene esto ¿no?”

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.