Escrito por Francesca Favaro, PhD
El cáncer colorrectal en España es el más diagnosticado, si consideramos a hombres y mujeres conjuntamente, y sin embargo, sigue siendo uno de los menos visibilizados.
La ubicación en una zona considerada íntima, unido al desconocimiento general y a la ausencia de síntomas en las etapas iniciales, hace que muchas personas no se realicen las pruebas necesarias ni consulten con un profesional de la salud a tiempo. No obstante, con información clara y accesible, esta situación puede transformarse.
Este es el primero de una serie de publicaciones en la que te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre el cáncer colorrectal: qué es, cómo se detecta, qué cambios se avecinan en su prevención y el papel de la alimentación en las personas diagnosticadas.
¿Qué es el cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal se origina en el colon o en el recto, partes del intestino grueso. En la mayoría de los casos, comienza con pólipos pequeños crecimientos en la mucosa intestinal que pueden evolucionar hacia tumores malignos si no se detectan y eliminan a tiempo.
Afecta tanto a hombres como a mujeres , especialmente a partir de los 50 años. No obstante, en los últimos años se ha observado un ligero aumento de casos en personas más jóvenes, lo que hace aún más necesaria una detección temprana y un seguimiento constante.
Una condición de salud con cifras preocupantes
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que representa, aproximadamente, el 10% de los cánceres diagnosticados cada año y más del 9% de las muertes oncológicas.
Según el Observatorio Contra el Cáncer, en 2024 se diagnosticaron en España 41.167 nuevos casos de cáncer colorrectal, convirtiéndose en el cáncer con mayor incidencia. Además, esta condición de salud fue responsable de más de 15.400 muertes, situándose como la segunda causa de fallecimiento por cáncer.
¿Por qué sigue siendo un tabú?
Hablar de cáncer colorrectal sigue generando incomodidad. Persisten barreras importantes, como las reticencias culturales a hablar directamente sobre los hábitos intestinales o la percepción negativa de pruebas como la colonoscopia. Todo ello contribuye a retrasar la detección precoz, precisamente cuando el tratamiento es más eficaz y menos agresivo.
Además, la falta de síntomas en sus fases iniciales hace que la enfermedad pueda avanzar sin ser detectada. De ahí la importancia de reconocer ciertas señales de alerta, incluso si parecen poco relevantes.
Señales a las que debemos prestar atención
Aunque en sus fases iniciales no siempre presenta síntomas, existen algunas señales de alerta que deberían motivarnos a consultar con un profesional de la salud:
- Cambios persistentes en el ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea).
- Sangre en las heces (roja o muy oscura).
- Dolor o molestias abdominales frecuentes.
- Sensación de evacuación incompleta.
- Fatiga crónica sin causa aparente.
- Pérdida de peso no intencionada.
Estas señales no indican necesariamente la presencia de cáncer, pero deben ser valoradas por un profesional de la salud para descartar riesgos.
La prevención comienza con la información
El cáncer colorrectal es uno de los tipos de cáncer más prevenibles si se detecta a tiempo. Por ello, los programas de diagnóstico precoz, como el cribado poblacional, son herramientas clave. En España, este tipo de cribado está disponible para la población entre 50 y 69 años a través del test de sangre oculta en heces.
En el próximo artículo, abordaremos en profundidad en qué consiste este cribado, cómo se realiza, su fiabilidad y por qué es tan importante participar.
Empoderarse como paciente: el primer paso
Informarse, perder el miedo a hablar de salud digestiva y acudir a las revisiones médicas recomendadas, son actos de empoderamiento. La atención primaria, los programas de cribado y el acompañamiento profesional están a tu disposición para ayudarte a prevenir y actuar con tiempo.
