El suicidio es un problema de salud pública importante, pero a menudo desatendido, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada año, más de 700.000 personas se quitan la vida tras varios intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos [1]. Por cada suicidio, es probable que otras 20 personas intenten suicidarse y muchas más tengan graves pensamientos suicidas [2]. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, el suicidio constituye la primera causa externa de mortalidad, con 3.941 suicidios en el año 2020, la tasa más alta desde que se recopilan datos [3].
Para abordar la complejidad de las conductas suicidas es necesario comenzar por identificar los factores de riesgo. Estos abarcan desde las barreras de acceso a la atención sanitaria, a factores personales (como la presencia de problemas de salud mental) y otros desencadenantes ambientales, incluyendo un reciente diagnóstico médico, la pérdida de un allegado o la pérdida del empleo, entre otras situaciones vitales estresantes [1,4]. Aunque existe una gran variabilidad en cuanto a los factores que desencadenan la decisión de llevar a cabo una conducta suicida, el mejor predictor de suicidio es la conducta suicida previa [5]. No obstante, es posible prevenir los suicidios adoptando medidas basadas en la evidencia que incluyan restricciones en el acceso a los medios utilizados para el suicidio, educación a los medios de comunicación para que informen de manera responsable, el desarrollo en adolescentes de aptitudes socioemocionales y la detección, evaluación, tratamiento y seguimiento de las personas en riesgo [6].
El próximo 10 de septiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Esta jornada se estableció en 2003, gracias a la colaboración de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de impulsar acciones comunicativas en todo el mundo y crear conciencia sobre el suicidio y su prevención. Poner el foco en la prevención del suicidio es especialmente importante para formar vínculos sociales y promover la toma de conciencia. Bajo el lema ‘Creando esperanza a través de la acción’, esta campaña es un recordatorio de que existe una alternativa al suicidio y busca inspirar confianza en todas las personas, destacando que nuestras acciones, pequeñas o grandes, pueden ser esperanza para quienes están sufriendo.
Desde PyDeSalud nos unimos al Día Mundial para la Prevención del Suicidio: “Prevenir el suicidio requiere que nos convirtamos en un faro de luz para quienes sufren. Tú puedes ser la luz”.
Referencias:
- Organización Mundial de la Salud. Prevención del suicidio: https://www.paho.org/es/temas/prevencion-suicidio
- International Association for Suicide Prevention: Cycle Around the Globe 2022: https://www.iasp.info/wspd/cycle-the-globe/
- Instituto Nacional de Estadística. Defunciones por causas (lista reducida) por sexo y grupos de edad: https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=7947
- Asociación Americana de Psiquiatría. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales: DSM-5. 5a Ed. Arlington: 2014.
- Bostwick JM, Pabbati C, Geske JR, McKean AJ. Suicide Attempt as a Risk Factor for Completed Suicide: Even More Lethal Than We Knew. Am. J. Psychiatry. 2016 Nov;173(11):1094–100.
- Organización Mundial de la Salud. Suicidio: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
