
Escrito por Lena Arnal Artiaga
Hay personas que duermen las horas suficientes y aún así se despiertan agotadas.Tienen dolor de cabeza, les cuesta concentrarse, están irritables o simplemente sienten que no descansaron nada.
Muchas veces lo achacamos al estrés, al trabajo o a la edad,pero la causa puede estar en algo que ocurre mientras dormimos: la apnea obstructiva del sueño (AOS).
¿Qué es la apnea del sueño?
La AOS es un trastorno respiratorio que aparece durante el sueño. La garganta se bloquea parcial o totalmente, impidiendo el paso del aire durante algunos segundos. Cuando esto ocurre, el cuerpo reacciona: se despierta brevemente para poder volver a respirar.
Estos “microdespertares” pueden repetirse decenas o cientos de veces cada noche. La persona no se da cuenta, pero su sueño se fragmenta y deja de ser reparador.
¿A quién afecta?
Aunque puede afectar a cualquier persona, hay grupos con mayor riesgo:
- Hombres adultos, especialmente a partir de los 40 años
- Personas con sobrepeso u obesidad
- Personas con enfermedades como hipertensión, diabetes o problemas cardíacos
Lo preocupante es que solo el 25 % de los casos diagnosticados en España recibe un tratamiento adecuado. Muchas personas conviven con la apnea sin saberlo.
¿Cuáles son los síntomas?
Hay señales que pueden hacer sospechar que una persona sufre AOS. Por ejemplo:
- Ronquidos fuertes y constantes
- Sensación de ahogo o pausas respiratorias durante el sueño
- Dolor de cabeza al despertar
- Somnolencia a lo largo del día, incluso tras dormir muchas horas
- Dificultades para concentrarse o de memoria
- Cambios de humor, irritabilidad o tristeza
Las consecuencias: más allá del cansancio
Dormir mal por culpa de la apnea no solo genera fatiga. La AOS está relacionada con riesgos reales para la salud:
- Mayor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares
- Empeoramiento de la diabetes
- Trastornos como ansiedad o déficit de atención
- Más riesgo de sufrir accidentes laborales o de tráfico por somnolencia
Por eso, la apnea del sueño también es un problema de salud pública.
¿Tiene solución?
Sí. El primer paso es el diagnóstico.
Los médicos suelen indicar estudios del sueño para conocer bien la situación de cada persona.
El tratamiento más común es el dispositivo de presión positiva continua en la vía aérea, conocido como CPAP, una mascarilla que, mientras duermes, mantiene las vías respiratorias abiertas mediante aire a presión. Es una opción eficaz, pero a algunas personas les resulta incómoda, y eso puede dificultar su uso continuado.or eso, se están investigando otras opciones. Una de las más prometedoras es la terapia miofuncional, basada en ejercicios que fortalecen los músculos de la boca, lengua y garganta, para ayudar a mantener las vías respiratorias abiertas de forma natural.
Estos ejercicios se pueden realizar en casa, con supervisión profesional, y tienen un bajo riesgo de efectos adversos.
Respirar mejor, vivir mejor
La apnea del sueño no es solo un problema de ronquidos. Es una condición que puede afectar profundamente tu salud física, mental y emocional.
Muchas personas se han acostumbrado al cansancio y al mal descanso. Pero la apnea se puede diagnosticar, se puede tratar y, sobre todo, se puede mejorar.
Si algunos de estos síntomas te resultan familiares, habla con tu médico.
Dormir bien es cuidarte.