Última actualización: 18-05-2023

Trastorno de Ansiedad Generalizada

Esta sección ofrece información sobre los síntomas, causas y tratamientos para el trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Además, se ofrecen algunas pautas para familiares y cuidadores, así como un listado de recursos de información y apoyo (asociaciones y sitios web).

También ofrece una herramienta de ayuda para la toma de decisiones compartida entre pacientes y profesionales con información sobre el TAG que puedes compartir con el profesional sanitario (medicina, enfermería, psicología y/o psiquiatría) con el fin de facilitar el proceso de toma de decisiones conjunta que permita elegir la intervención o el tratamiento que mejor se ajuste a su problema de salud y circunstancias.

¿Qué es el Trastorno de Ansiedad Generalizada?

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es un problema de salud mental que genera una preocupación y ansiedad excesiva por problemas cotidianos y que se mantiene durante un período largo de tiempo. Todas las personas hemos podido sentir ansiedad en algún momento, especialmente si tenemos una vida estresante. Sin embargo, cuando la ansiedad y la preocupación excesiva ocupa gran parte de nuestra vida, deberíamos acudir a profesionales especialistas para consultarles. Afortunadamente, existen diferentes tratamientos farmacológicos (medicamentos) y no farmacológicos (terapias psicológicas) para aliviar los síntomas y tratar el TAG, aunque no debemos olvidar la gran capacidad de superación que por sí mismas tienen las personas afectadas por este problema de salud cuando son capaces de poner en marcha estrategias de afrontamiento adecuadas, así como el efecto positivo que genera el apoyo de otras personas como familiares, amistades y personas del  entorno más cercano.

Los trastornos de ansiedad (TA) son aquellos que comparten características de miedo y ansiedad excesivos, así como alteraciones conductuales asociadas. Son uno de los trastornos psicológicos más frecuentes e incapacitantes. Su prevalencia (número de personas con ansiedad) es alta y se ve incrementada de forma progresiva. Un 50% de las personas que tienen TA, tienen otro problema de salud mental asociado, siendo el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) el más frecuente, afectando casi al doble de mujeres que hombres.

¿Cuáles son los síntomas más importantes del TAG?

El TAG se caracteriza por la presencia de un conjunto de síntomas, que pueden variar de una persona a otra y de un episodio de ansiedad a otro, y que se mantienen a lo largo del tiempo (más de 6 meses).

Con frecuencia, las personas con TAG refieren síntomas somáticos y molestias físicas. La ansiedad se puede asociar a síntomas de tensión motora (temblores, tensión muscular), hipersensibilidad autonómica (palpitaciones) o hiperactivación (sobresalto exagerado, insomnio). La mayoría de los pacientes inicialmente consultan por síntomas que podrían atribuirse a trastornos somáticos. Los síntomas somáticos más destacados son disnea, taquicardia, palpitaciones, dolor torácico, sudoración, inquietud psicomotora, cansancio, insomnio, alteraciones de la motilidad del tubo digestivo y contracturas musculares, entre otros. El padecimiento aislado de alguno de estos síntomas no indica que estemos pasando por un proceso de trastorno de ansiedad generalizada.

En la tabla que aparece a continuación se detallan los síntomas característicos del trastorno de ansiedad generalizada. Durante 6 meses o más, las personas que padecen ansiedad generalizada pueden experimentar, persistentemente, algunos de los siguientes síntomas que son persistentes; debiendo descartarse que no se deben a otras causas de tipo físico o al abuso de sustancias:

Síntoma Breve descripción
Anticipación aprensiva La persona experimenta una preocupación excesiva por determinados asuntos de su vida que son interpretados de forma desproporcionada con relación al impacto real de los acontecimientos
Catastrofismo La persona percibe las situaciones y acontecimientos de su vida como amenazantes o negativas, incluso cuando no lo son
Intolerancia a la incertidumbre La persona tiene dificultad para lidiar con situaciones cotidianas en las que no tiene total certeza, seguridad o confianza
Pérdida de confianza en sí misma La persona está  indecisa y con miedo reiterado a tomar una decisión equivocada
Rumiación cognitiva constante La persona experimenta una incapacidad para dejar de pensar sobre un mismo tema y olvidar alguna preocupación
Alteración psicomotora La persona experimenta una clara dificultad para relajarse, una sensación de nerviosismo o sensación de excitación o de estar al límite
Problemas cognitivos La persona experimenta una clara dificultad para concentrarse o suele quedarse con la “mente en blanco”
Agotamiento La persona experimenta síntomas como agotamiento, tensión muscular, inquietud o sensación de estar atrapado/a
Problemas de sueño La persona experimenta dificultad para dormirse, para continuar durmiendo o puede tener un sueño inquieto e insatisfactorio
Otros síntomas Irritabilidad, deterioro social, laboral o personal

A menudo, el trastorno de ansiedad generalizada se presenta junto a otros problemas de salud, lo cual hace que tanto el diagnóstico como el tratamiento tomen en cuenta esos otros problemas de salud para planificar la intervención. Algunos d estos problemas son:

  • Fobias
  • Trastorno de pánico
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Depresión
  • Pensamientos suicidas o conducta suicida
  • Uso y abuso de sustancias psicotrópicas

¿Qué puede causar el trastorno de ansiedad generalizada?

Las causas del TAG son diversas. Algunos estudios muestran que su aparición puede deberse a características personales, factores externos o ambos (factores psicológicos, ambientales, socioeconómicos, genéticos, neurobiológicos).

  • Factores psicológicos:
    • Estilos de crianza: sobreprotección
    • Adversidades en la infancia y la niñez
    • Características personales: inestabilidad o bajo control emocional, baja autoestima, dependencia emocional, perfeccionismo.
    • Estrategias de afrontamiento inadecuadas
  • Factores ambientales:
    • Pérdida de personas queridas
    • Problemas laborales
    • Problemas de salud de larga duración
  • Factores socioeconómicos: viudedad, divorcio, falta de trabajo, bajos ingresos económicos.
  • Factores genéticos: predisposición genética (transmisión a través de los genes) a presentar trastornos de ansiedad. Sin embargo, esta vulnerabilidad no implica que se desarrolle el TAG en todos los casos.
  • Factores neurobiológicos: algunas áreas de nuestro cerebro están implicadas en el desarrollo de la ansiedad (como la amígdala, ínsula, e hipocampo), viéndose hiperactivadas mediante técnicas de resonancia magnética funcional. Por el contrario, se ha visto poca activación de la corteza prefrontal.

Factores de Riesgo

A continuación se describen con más detalle, los distintos factores que pueden relacionarse con la aparición del TAG:

Factores psicológicos

Los factores psicológicos pueden actuar como facilitadores o desencadenantes de la ansiedad. En este sentido, los estilos de crianza afectuosos o basados en el apego seguro han demostrado ser un factor protector de la salud mental, mientras que un estilo parental sobreprotector y limitante puede provocar, a la larga, síntomas ansiosos. También podrían influir las adversidades en la infancia y la niñez, como la negligencia, el abuso, la depresión materna, la desestructuración familiar, etc., que favorecen el riesgo de experimentar un trastorno de ansiedad generalizada en la edad adulta. Además, es posible que algunas características personales puedan influir, como la intolerancia a la incertidumbre, preocupabilidad (necesidad de preocuparse), evitación cognitiva (como estrategia de regulación emocional), pobres recursos en la solución de problemas, bajo control emocional, etc.
Asimismo, las estrategias de afrontamiento (acciones, pensamientos o emociones) inadecuadas también pueden explicar el origen y mantenimiento del trastorno de ansiedad generalizada. En particular, el uso de la preocupación como estrategia de afrontamiento o el uso de otras estrategias inadecuadas ante la vivencia de un acontecimiento vital que nos impacta (por ejemplo, la pérdida de trabajo laboral, la pérdida de un ser querido o una ruptura de pareja) pueden generar ansiedad.

Factores ambientales

La ansiedad no siempre es una problemática exclusivamente individual, sino que puede verse influida por factores ambientales. Los factores ambientales se conocen como cualquier acontecimiento de la vida de la persona que puede actuar como facilitador o desencadenante de la ansiedad. Entre ellos, nos encontramos con acontecimientos externos, como, por ejemplo, el fallecimiento de una persona querida, la ruptura de una pareja, problemas familiares, problemas laborales, desempleo, etc., o padecer una enfermedad de larga duración (crónica) o grave, como un accidente cerebrovascular, cáncer, etc., que pueden causar ansiedad y preocupación constante. Sin embargo, la posibilidad de que pueda desarrollarse un trastorno de ansiedad generalizada dependerá, entre otros factores, de las condiciones de salud de cada persona, de los estilos de afrontamiento y estrategias emocionales que cada persona utilice para regular sus emociones, modificando, aceptado y superando aquellos acontecimientos difíciles en la vida. Las personas que no tienen información sobre qué son las emociones, cómo funcionan y qué problemas emocionales se pueden producir, como el trastorno de ansiedad generalizada, resultan más vulnerables para el desarrollo de estos problemas. Por el contrario, cuando se adquiere información y habilidades sobre manejo de las emociones se está haciendo prevención de cara a la posibilidad de desarrollar estos problemas emocionales.

Factores socioeconómicos

Generalmente, las personas que han pasado por situación de viudedad, divorcio o separación tienen una mayor probabilidad de padecer un trastorno de ansiedad generalizada. La falta de trabajo o de formación que le posibilite mayores oportunidades, así como unos bajos ingresos económicos familiares, pueden predisponer también al desarrollo de un trastorno de ansiedad generalizada.

Factores genéticos

En algunas familias, el trastorno de ansiedad generalizada se presenta con mayor frecuencia que en otras, lo que muestra un cierto riesgo de que el TAG se pueda transmitir por los genes. Esta vulnerabilidad no implica que se desarrolle el trastorno de ansiedad generalizada en todos los casos.

Factores neurobiológicos

Estudios científicos han mostrado que existen algunas áreas de nuestro cerebro implicadas en el desarrollo de la ansiedad. A partir de técnicas de diagnóstico por imagen o métodos bioquímicos sobre el sistema nervioso central, se ha visto que existe una red de estructuras cerebrales que se activan especialmente cuando la persona experimenta síntomas de ansiedad.

Factores de riesgo

Existen algunos estudios que señalan que los siguientes factores de riesgo pueden influir en el desarrollo y mantenimiento del trastorno de ansiedad generalizada:

  • Acontecimientos vitales estresantes durante la infancia.
  • Haber desarrollado algún episodio de ansiedad en el pasado.
  • Tener otro trastorno de ansiedad en la actualidad.
  • Vivir una pérdida, como el fallecimiento de un ser querido.
  • Vivir situaciones conflictivas en el entorno laboral, círculo de amistades y/o en el hogar.
  • Experimentar fuertes cambios en la vida diaria, como quedarse sin empleo o cambiar su lugar de residencia.
  • Haber sufrido traumas físicos o psicológicos.
  • Tener problemas de salud graves o crónicos.
  • Más frecuente entre 35-55 años de edad.

¿Cómo se diagnostica?

El trastorno de ansiedad generalizada debe ser diagnosticado por profesionales sanitarios de medicina, psicología clínica o psiquiatría. Este perfil de profesional realizará un diagnóstico adecuado y fiable y, en caso necesario, le ofrecerá el tratamiento más adecuado para usted.

La valoración que usted haga (identificación de síntomas) o la que puedan realizarle su círculo más cercano (amistades, familiares, etc.), solo debe servirle para darse cuenta de que no se siente bien o de que los demás no le ven bien. En ambos casos, lo más aconsejable es acudir a su profesional sanitario, quien valorará si usted tiene un trastorno de ansiedad generalizada.

Habitualmente, el profesional sanitario le hará una entrevista o una “evaluación diagnóstica” para conocer:

  • Frecuencia (a lo largo del día, semana, etc.), duración (minutos, horas) e intensidad (más o menos intensos) de sus preocupaciones y demás síntomas.
  • Existencia de síntomas o episodios de ansiedad en el pasado (antecedentes personales).
  • Existencia de pensamientos de muerte o ideas de suicidio.
  • Consumo de alcohol u otras sustancias tóxicas (p.ej. drogas).
  • Consumo de fármacos.
  • Existencia de otros miembros de la familia con ansiedad o con trastorno de ansiedad generalizada (antecedentes familiares).
  • Existencia de otros problemas mentales asociados (comorbilidad) como fobia, pánico, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo o depresión.

El diagnóstico de TAG se realizará teniendo en cuenta criterios diagnósticos como los de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) o el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5).  Además, para evaluar los criterios diagnósticos del TAG, los profesionales sanitarios pueden hacer uso de entrevistas u otros cuestionarios.

Si la persona ha experimentado algún síntoma con anterioridad, el profesional deberá conocer si fueron tratados y qué tipo de tratamiento se llevó a cabo.

Identificación de síntomas

Las afirmaciones que puede ver en la tabla siguiente sólo pretenden ayudarle a identificar la presencia de posibles síntomas de ansiedad generalizada. En el caso de verse reflejado/a con algunos de estos síntomas, la mejor opción es acudir a su profesional sanitario (medicina, enfermería, psicología y/o psiquiatría) y debatir la posible presencia síntomas.

Afirmaciones relacionadas con síntomas del trastorno de ansiedad generalizada:

  1. Siento ansiedad o preocupación excesiva mantenida durante más de 6 meses, en relación con diversos sucesos o actividad de mi vida cotidiana (personal, laboral, familiar y/o social)
  2. Me resulta difícil controlar la preocupación
  3. La ansiedad o preocupación se asocian a estar inquieto/a o con sensación de estar atrapado/a o con los “nervios de punta”
  4. La ansiedad o preocupación se asocian a sentirme fatigado/a
  5. La ansiedad o preocupación me causan dificultad para concentrarme o se quedarme con la mente en blanco
  6. La ansiedad o preocupación me causan irritabilidad
  7. La ansiedad o preocupación me causan tensión muscular
  8. La ansiedad o preocupación me causan problemas de sueño (dificultad para dormirme o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio)
  9. La ansiedad o preocupación me causan pérdida del apetito
  10. La ansiedad o preocupación me causan deterioro en mi vida personal, laboral, familiar y/o social

Nota: Las preguntas de este cuestionario están basadas en los criterios diagnósticos para el Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) según el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales DSM-5 de la Asociación Psiquiátrica Americana (2014) y el Manual de Diagnóstico de los Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE-10) de La Organización Mundial de La Salud (1992).

Referencias

  • American Psychiatric Association. Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales: DSM-5. Editorial Médica Panamericana; 2014.
  • Organización Mundial de la Salud [OMS]. CIE 11.  Undécima Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades y problemas relacionados con la salud. Organización Mundial de la Salud, 2022.

¿Cuáles son los síntomas más importantes?

El TAG se caracteriza por la presencia de un conjunto de síntomas, que pueden variar de una persona a otra y de un episodio de ansiedad a otro, y que se mantienen a lo largo del tiempo (más de 6 meses).

Con frecuencia, las personas con TAG refieren síntomas somáticos y molestias físicas (i.e., dolores de cabeza, dolores de barriga, tensión física, fatiga…). La ansiedad se puede asociar a síntomas de tensión motora (temblores, tensión muscular), hipersensibilidad autonómica (palpitaciones) o hiperactivación (sobresalto exagerado, insomnio). La mayoría de los pacientes inicialmente consultan por síntomas que podrían atribuirse a trastornos somáticos. Los síntomas somáticos más destacados son disnea, taquicardia, palpitaciones, dolor torácico, sudoración, inquietud psicomotora, cansancio, insomnio, alteraciones de la motilidad del tubo digestivo y contracturas musculares, entre otros. El padecimiento aislado de alguno de estos síntomas no indica que estamos pasando por un proceso de TAG.

En la tabla que aparece a continuación se detallan los síntomas característicos del TAG. Durante 6 meses o más, la persona que padece ansiedad generalizada puede experimentar, persistentemente, algunos de los siguientes síntomas, siendo necesario descartar que no se debe a otras causas de tipo físico o al abuso de sustancias:

Síntoma Breve descripción
Anticipación aprensiva Preocupación excesiva por determinados asuntos de su vida que son interpretados de forma desproporcionada con relación al impacto real de los acontecimientos
Catastrofismo Percepción de las situaciones y acontecimientos de la vida como amenazantes o negativas, incluso cuando no lo son
Intolerancia a la incertidumbre Dificultad para lidiar con situaciones cotidianas en las que no se tiene total certeza, seguridad o confianza
Pérdida de confianza en sí mismo/a Indecisión y miedo reiterado a tomar una decisión equivocada
Rumiación cognitiva constante Incapacidad para dejar de pensar sobre un mismo tema y olvidar alguna preocupación
Alteración psicomotora Dificultad para relajarse, sensación de nerviosismo, de excitación o de estar al límite
Problemas cognitivos Dificultad para concentrarse o sensación de quedarse con la “mente en blanco”
Agotamiento Cansancio, tensión muscular, inquietud o sensación de estar atrapado/a
Problemas de sueño Dificultad para dormir, para continuar durmiendo o sueño inquieto e insatisfactorio
Otros síntomas Irritabilidad, deterioro social, laboral o personal

 

A menudo, el TAG se presenta junto a otros problemas de salud, lo que hace que tanto durante el proceso del diagnóstico como del tratamiento se tomen en cuenta esos otros problemas de salud para planificar la intervención.

Algunos de estos problemas son:

  • Fobias
  • Trastorno de pánico
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Depresión
  • Pensamientos suicidas o conducta suicida
  • Uso y abuso de sustancias psicotrópicas

Otros problemas de salud

A menudo, el trastorno de ansiedad generalizada se presenta junto a otros problemas de salud, lo cual hace que tanto el diagnóstico como el tratamiento tomen en cuenta esos otros problemas de salud para planificar la intervención. Algunos de estos problemas son:

  • Fobias
  • Trastorno de pánico
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Depresión
  • Pensamientos suicidas o conducta suicida
  • Uso y abuso de sustancias psicotrópicas

Tratamientos para el trastorno de ansiedad generalizada

Dependiendo del nivel de gravedad del TAG, se recomiendan diferentes tratamientos. Existen diferentes modelos de atención al TAG, aunque uno de los más desarrollados ha sido el modelo escalonado o “stepped care”, en inglés. El objetivo principal de este modelo es abordar el tratamiento desde intervenciones más sencillas a más complejas, dependiendo del nivel de gravedad del TAG y de la evolución de los síntomas. Las pautas recomendadas de hábitos saludables (patrón de sueño estable, práctica regular de ejercicio físico, etc.) se extienden a lo largo de todo el tratamiento, siendo un componente fundamental en todos los escalones. Véase a continuación el cuadro ilustrativo:

 Figura 1. Modelo escalonado del trastorno de ansiedad generalizada

(Adaptado del modelo por pasos del NICE: National Institute for Health and Care Excellence)

Consulte el modelo completo haciendo clic aquí

Siguiendo este modelo inglés, a continuación se describen cada una de las intervenciones para el trastorno de ansiedad generalizada, aunque es posible que algunas opciones de tratamiento no estén disponibles en nuestro sistema sanitario español.

PASO 1: Sospecha de Trastorno de Ansiedad Generalizada

Psicoeducación sobre la naturaleza del trastorno de ansiedad generalizada y monitorización activa (seguimiento del progreso) de los síntomas

Esta técnica no es un tratamiento en sí. Es una alternativa terapéutica que consiste en ofrecer material psicoeducativo (por ejemplo, libros, folletos informativos, material online como páginas webs sanitarias) a la persona, familiares y/o personas cuidadoras cuando existe una sospecha de la presencia del trastorno de ansiedad generalizada. Generalmente, en este primer abordaje, la persona acude a varias sesiones clínicas con su profesional sanitario (medicina de atención primaria, psicología clínica y/o psiquiatría), para comentar cómo han evolucionado los síntomas, desde una ansiedad normal hasta un incremento notable de las preocupaciones. El objetivo es que la persona adopte un papel activo en la adquisición de información sobre sus emociones y sus problemas emocionales. Puede ser útil la Web sobre Bienestar Emocional del Ministerio de Sanidad en la dirección http://www.bemocion.mscbs.gob.es/. Normalmente, esta técnica es la más empleada cuando aún no se ha confirmado el diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada o cuando los síntomas no afectan de forma considerable a la persona, en cualquiera de sus áreas (personal, familiar, social, laboral y/u otras).

La psicoeducación es una alternativa terapéutica que consiste en presentarle a la persona, familiares y/o cuidadores, un recurso de apoyo educativo en formato papel, web y/o vídeo sobre qué es el trastorno de ansiedad generalizada, cuáles son sus principales síntomas, así como los tratamientos disponibles. Además, durante este período continuo de sesiones clínicas, la persona junto a su profesional sanitario, supervisarán activamente la evolución de los síntomas, en relación con la frecuencia, duración e intensidad de los mismos. En estos casos, es posible que la necesidad de recibir tratamiento no sea inmediata, ya que los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada son pocos y no afectan demasiado a las actividades cotidianas de la persona.

Generalmente, este tipo de alternativa terapéutica se suele realizar en nuestro sistema sanitario, ya que, en ocasiones, el trastorno de ansiedad generalizada inicial puede mejorar por sí mismo o con una intervención mínima por parte de los profesionales. Siguiendo las recomendaciones de profesionales de la salud, recibiendo el apoyo de familiares o amigos, y realizando un esfuerzo personal por controlar los síntomas asociados a la ansiedad o preocupación, la persona puede llegar a mejorar notablemente.

Los objetivos de la psicoeducación son:

  • Entender qué es el TAG
  • Conocer estilos de vida que pueden ayudar
  • Conocer estrategias básicas de afrontamiento

Sin embargo, si la persona con trastorno de ansiedad generalizada y el profesional sanitario (medicina de atención primaria, psicología clínica, psiquiatría, enfermería de salud mental) deciden conjuntamente no establecer un tratamiento activo de forma inmediata, es posible seguir las siguientes pautas:

  • Observar la evolución de los síntomas (en relación con la frecuencia, duración e intensidad de estos).
  • Seguir las recomendaciones ofrecidas por el profesional sanitario y adquirir hábitos saludables como establecer un patrón de sueño regular, realizar ejercicio, establecer una alimentación saludable, aprender a gestionar esa ansiedad, estrés o preocupación de forma adecuada…etc.
  • Acudir a las consultas o sesiones clínicas cada 2-3 semanas, según su caso.

Para obtener más información accede a la siguiente página web del Ministerio de Sanidad 

PASO 2: Tratamientos de baja intensidad

Técnicas de autoayuda

Las técnicas de baja intensidad son todas aquellas técnicas que las personas utilizan para mejorar los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada, cuando éstos no han mejorado con técnicas anteriores (psicoeducación, educación para la salud y monitorización activa de los síntomas). Estas técnicas ayudan a comprender los síntomas y a desarrollar técnicas de afrontamiento para enfrentarlos. Como ejemplos de estas técnicas, se incluyen: la autoayuda individual no facilitada, la autoayuda individual dirigida o la participación en grupos psicoeducativos. La técnica elegida será escogida en base a la preferencia de la persona y compartida con su profesional sanitario, dentro de las posibilidades del sistema.

Como técnicas de baja intensidad encontramos las siguientes:

Autoayuda individual no facilitada: incluye materiales de apoyo educativo (en papel, web, vídeos, u otro formato) basados en alguna forma de tratamiento para la ansiedad (por ejemplo, acerca de los principios de la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) y el manejo de emociones). La TCC es un tipo de psicoterapia con la que se ayuda a las personas a cambiar su forma de pensar, sentir y actuar ante ciertas cosas o situaciones. Estos materiales están adaptados al nivel cultural de la persona, con instrucciones precisas sobre cómo trabajar con esos materiales, durante al menos 6 semanas. Generalmente, esta técnica implica un contacto mínimo con el profesional sanitario, por ejemplo, una consulta puntual telefónica o una reunión breve semanal o quincenalmente. Sin embargo, puede que no siempre esté disponible esta opción.

Autoayuda individual dirigida: incluye materiales de apoyo educativo (en papel, web, vídeos u otro formato) acerca del manejo de las emociones y de los principios de la TCC adaptados al nivel cultural de la persona, con instrucciones precisas sobre cómo trabajar con esos materiales, durante al menos 6 semanas. Generalmente, consiste en asistir a 5-7 sesiones semanales/quincenales presenciales o telefónicas, con una duración de 20-30 minutos. Esta técnica es apoyada y dirigida por un profesional sanitario (medicina, enfermería, psicología y/o psiquiatría) entrenado, quien facilita el programa y revisa los progresos y resultados de la persona. Puede que no siempre esté disponible esta opción, y/o que el profesional que la emplee varíe según la comunidad autónoma.

Grupo psicoeducativo: incluye materiales de apoyo psicoeducativo (en papel, web, vídeos) sobre los principios de la TCC grupal y el manejo de emociones. Estas sesiones se trabajan aproximadamente, en un grupo de 12 personas, guiado por un profesional sanitario, generalmente un psicólogo especialista en psicología clínica, quien trabaja de forma interactiva con el resto del grupo a través de técnicas no directivas (de igual a igual). Normalmente, se asiste a 1 sesión semanal de 2 horas de duración, durante 6 semanas. Puede que no siempre esté disponible esta opción, y/o que el profesional que la emplee varíe según la comunidad autónoma.

PASO 3: Tratamiento de alta Intensidad

Los tratamientos de alta intensidad se emplean cuando los síntomas están afectando gravemente a la salud de la persona, cuando los tratamientos de baja intensidad no han funcionado y/o los síntomas están empeorando. Como técnicas de alta intensidad encontramos los tratamientos psicológicos y farmacológicos.

Existen diferentes tratamientos psicológicos guiados por profesionales sanitarios (normalmente, psicología clínica y/o psiquiatría) que ayudan a modificar tanto los síntomas de la ansiedad o la preocupación, como los pensamientos negativos y distorsiones cognitivas sobre los eventos cotidianos, actitudes y/o conductas típicas de la ansiedad.

Los tratamientos farmacológicos aumentan la disponibilidad de ciertas sustancias químicas en el cerebro, denominadas neurotransmisores, como la serotonina o la noradrenalina, que intentan corregir el desequilibrio químico que ha provocado la ansiedad, con el objetivo de reducir los síntomas, prevenir las recaídas y reducir las consecuencias derivadas, con los mínimos efectos adversos posibles.

Tratamiento psicológico (psicoterapia)

Desde el ámbito de la psicología, se han propuesto diferentes técnicas de psicoterapia o tratamientos psicológicos para el abordaje del trastorno de la ansiedad generalizada. Cada una de estas psicoterapias se basa en diferentes formas de entender y abordar este trastorno psicológico, por lo que se utilizan diferentes técnicas y procedimientos para tratarlo.

Sin embargo, no todas estas técnicas disponen de la misma evidencia científica, es decir, de estudios científicos que hayan demostrado su efectividad en el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada. En esta sección, se comentarán los tratamientos psicológicos para el trastorno de ansiedad generalizada que cuentan con una mayor evidencia científica en cuanto a su efectividad, según la guía de práctica clínica para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada en atención primaria del sistema sanitario español:

  • Terapia Cognitivo Conductual.
  • Relajación aplicada.
  • Terapia Metacognitiva.
  • Otras psicoterapias.

Terapia Cognitivo Conductual (TCC)  clásica (presencial, individual)

Esta terapia incorpora el cambio en la forma de pensar y manejar los procesos cognitivos de interpretación y atención, así como las formas de actuar (conductual) de la persona. Deriva de la teoría de que las personas con un trastorno de ansiedad generalizada suelen tener una visión catastrofista y sobreestimada de los eventos negativos (distorsiones cognitivas), poca confianza en su capacidad para la resolución de problemas, el uso de la preocupación permanente (distorsión de la atención) como estrategia de resolución de problemas, una baja tolerancia a la incertidumbre, así como una estrategia cognitiva de pensamientos que son contraproducentes, y que en su conjunto, ayudan a mantener el ciclo de preocupación.

Para abordar cada uno de los factores cognitivos, conductuales y fisiológicos se emplean diversas técnicas:

  • Para la visión catastrofista sobreestimada de los eventos negativos se emplean técnicas de modificación del pensamiento, como la reestructuración cognitiva.
  • Para mejorar los déficits en resolución de problemas, se utilizan técnicas de habilidades cognitivas, como la resolución de un único problema y la gestión del tiempo.
  • Para reducir los comportamientos inadecuados, se trabaja con ejercicios de exposición de conducta, es decir, exponernos de forma de forma repetida y gradual aquellas a situaciones que provocan ansiedad. Esta exposición de la conducta repetida permite hacerle ver a la persona que la respuesta emocional (miedo, preocupación) y la activación fisiológica (sensación de ahogo, fatiga) pueden disminuir poco a poco si se manejan adecuadamente.

Veamos un ejemplo. Pensamos en una situación: “mi jefe me ha dicho que me esfuerce más en mi trabajo”, ante lo que pienso (“cognitivo”): no valgo para nada, soy un desastre (distorsión interpretativa). Esos pensamientos ocupan toda mi atención (distorsión atencional), hacen que me sienta triste y rechazado/a (“sentimientos”), derivando en reacciones físicas como: retortijones de estómago, poca energía, náuseas, falta de aire, etc., con lo cual mi conducta es (“conductual”) irme a casa y evitar hablar con mi jefe.

Por tanto, el objetivo de esta técnica consiste en entender y observar cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea; y cómo lo que uno hace puede afectar a sus pensamientos y sentimientos. La TCC puede ayudarle a cambiar la forma en cómo piensa (“cognitivo”) y cómo actúa (“conductual”) y esos cambios pueden ayudarle a sentirse mejor consigo mismo. La TCC se centra en el “aquí y ahora” y no en los síntomas de su pasado.

En el ejemplo comentado anteriormente, podemos ver cómo, si se va a casa, probablemente le dé vueltas a lo ocurrido (distorsión de la atención), interprete la situación de una forma negativa (distorsión interpretativa), y se sienta peor. Sin embargo, si le pide a su jefe una reunión individual, es muy probable que pueda reducir sus distorsiones interpretativas, al escuchar los argumentos de su jefe, y se sienta mejor consigo mismo/a.

Generalmente, esta terapia se lleva a cabo en 12-15 sesiones semanales (habitualmente 1 por semana), con una duración de 1 hora y suele realizarse por profesionales sanitarios formados en TCC, generalmente psicólogos especialistas en psicología clínica.

Entre las últimas propuestas de intervención cognitivo-conductual para el TAG destacan la de Dugas y Robichaud, que subraya la importancia de la intolerancia a la incertidumbre en el desarrollo de la preocupación excesiva propia de este trastorno. Su propuesta consta de seis módulos:

1) Psicoeducación y entrenamiento en darse cuenta;
2) Reconocimiento de la incertidumbre y exposición conductual;
3) Reevaluación de la utilidad de la preocupación;
4) Entrenamiento en solución de problemas; 5) Exposición en imaginación y 6) Prevención de recaídas.”

Otras modalidades de TCC

  • TCC computarizada o asistida por internet (supervisada por profesional): La TCC aplicada por internet consiste en una serie de módulos cada uno de los cuales trata un componente específico de la TCC, como por ejemplo, educación, relajación, reestructuración cognitiva, exposición o solución de problemas. Normalmente consta de entre 6 y 8 módulos que generalmente se trabajan durante una semana cada uno. Los módulos pueden estar basados en texto u otros formatos como audio, historias ilustradas de personajes ficticios, etc. La persona trabaja individualmente los contenidos de cada módulo y mantiene comunicación con su profesional sanitario sobre los progresos y dificultades que va encontrando.
  • TCC grupal: El formato grupal de la TCC generalmente se aplica en un número de sesiones y periodicidad similar al formato individual, aunque las sesiones pueden ser de mayor duración (hasta 2 horas). El número de personas por grupo es variable en la literatura, entre 4 y 12 participantes.
  • TCC telefónica: La aplicación de la TCC por teléfono implica el mismo número de sesiones y periodicidad que el formato presencial. La persona trabaja en casa con un libro de tareas y en cada sesión telefónica se discuten los progresos obtenidos y las dificultades encontradas.

Otras Psicoterapias

Relajación aplicada

La relajación aplicada es una técnica desarrollada por Lars-Göran Öst, con una amplia aplicación en otros trastornos de ansiedad y dolores físicos, que ha demostrado su efectividad en el trastorno de ansiedad generalizada. Esta técnica se centra en aplicar la relajación muscular en situaciones en las que la persona está o puede estar ansiosa, permitiendo actuar de forma “precoz” en respuesta a la ansiedad y la preocupación. Generalmente, la relajación guiada se lleva a cabo en 12-15 sesiones (habitualmente 1 por semana), con una duración de 1 hora y suele realizarse por profesionales sanitarios formados en TCC.

Normalmente, en la primera sesión el profesional explica en qué consiste la técnica y se realiza un análisis de las situaciones que provocan ansiedad, así como de las reacciones fisiológicas asociadas a las mismas. Posteriormente se emplea la relajación muscular progresiva con el objetivo de aprender a relajar los grupos musculares por separado, comenzando por la tensión de los músculos y su posterior relajación. En las siguientes sesiones se emplean la relajación sin tensión, donde la persona aprende a relajarse sin necesidad de cambiar entre tensión muscular y relajación, la relajación con indicaciones controladas o condicionadas, donde la persona asocia las sensaciones de relajación a una palabra (como por ejemplo, calma, control, paz, relajación…etc.) y la relajación diferenciada o selectiva, en la que se relajan solo aquellos músculos que no están implicados en los movimientos cotidianos. Hacia el final del tratamiento se pretende que la persona ponga en práctica la relajación rápida y la relajación en su entorno habitual. El tratamiento termina con una sesión de revisión y mantenimiento de las instrucciones.”

Terapia Metacognitiva (TMC)

La terapia metacognitiva deriva del modelo de creencias metacognitivo de Adrian Wells. En este modelo se sostiene que la preocupación repetitiva e incontrolable del trastorno de ansiedad generalizada está vinculada a “creencias metacognitivas” de la persona sobre la preocupación. Fundamentalmente con esta técnica se trabajan dos tipos de creencias: las positivas y las negativas. Por ejemplo, cuando la persona piensa: “preocuparme me ayuda a afrontar las situaciones” (creencias metacognitivas positivas) al mismo tiempo, se disparan pensamientos como “y si pierdo el control, y si todo empeora en el trabajo”. Tras ello, la persona piensa “no puedo controlar mi preocupación” o “me estoy volviendo loco” (creencias metacognitivas negativas) activando finalmente las meta-preocupaciones: “p.ej. “me preocupo por preocuparme tanto, me preocupa mi falta de control”).

El trabajo conjunto con el profesional sanitario (normalmente de psicología clínica y/o psiquiatría), se centra en conocer cuáles son las preocupaciones (pensamientos cognitivos) que tiene la persona con trastorno de ansiedad generalizada en aspectos relacionados con la vida cotidiana, cuál es la valoración, el conocimiento o la creencia sobre esas preocupaciones (creencias metacognitivas) y cómo éstas se retroalimentan “pensamiento-creencia” generando niveles de ansiedad más altos y llevando a la persona a responder de forma inadecuada.

Generalmente, esta terapia se aplica entre 10-15 sesiones, una vez a la semana, con una duración aproximada de 45-60 minutos cada una.

Otras psicoterapias

  • Terapia basada en la aceptación: frente a la reestructuración cognitiva, se plantea el principio de la aceptación, cuyo foco se centra en el concepto de “evitación experiencial”, una reacción psicológica de evitación ante las propias experiencias internas negativas. El objetivo de esta terapia es que la persona se distancie de sus propios pensamientos y sentimientos, es decir, que los acepte, pero que no les dé la dirección de sus vidas.
  • Mindfulness o atención plena: la terapia basada en mindfulness surge como una integración de la meditación vipassana con elementos de la terapia cognitiva. Esta terapia tiene como objetivo entrenar la atención sobre la experiencia psicológica personal, las propias conductas y pensamientos aceptándolos, pero sin hacer un juicio de valor, ni apegarse a ellos o rechazarlos.
  • Terapia psicodinámica: la terapia psicodinámica o psicoanalítica tiene su origen en la teoría y tratamiento propuestos por Sigmund Freud. En origen se trataba de una terapia de duración indefinida que podía durar años, pero actualmente se han desarrollado formatos breves similares en duración y periodicidad a los usados en TCC. El objetivo de esta terapia es explorar los conflictos actuales y pasados de la persona centrándose en la interpretación que realiza, y junto al profesional sanitario, trabajarlo conjuntamente.

Tratamiento farmacológico (medicamentos)

Existen diferentes tipos de medicamentos utilizados para el trastorno de ansiedad generalizada. A continuación, se detallan los más recomendados en el tratamiento del TAG de acuerdo a la Guía del Práctica Clínica para el Tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada en Atención Primaria del Sistema Sanitario Español:

  • Antidepresivos tradicionales o clásicos. Este tipo de antidepresivo actúa de forma generalizada sobre los neurotransmisores, dificultando o impidiendo su asimilación. Se clasifican en:
    • Antidepresivos tricíclicos y heterocíclicos
  • Antidepresivos de nueva generación. Estos antidepresivos son los más actuales y los que tienen un mayor uso. Actúan sobre uno o dos neurotransmisores en concreto. Se clasifican en:
    • ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina)
    • IRSN (inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina)
  • Ansiolíticos
    • Benzodiacepinas
    • Azapironas: Buspirona
  • Otros tratamientos farmacológicos
    • Antipsicóticos atípicos
      • Quetiapina
    • Anticonvulsivos
      • Pregabalina
      • Vortioxetina

Estos fármacos pueden clasificarse por el principio activo del que se compone.

En la siguiente tabla, se clasifican los diferentes tipos de medicamentos que existen, el principio activo (y su nombre comercial), así como los principales efectos secundarios y efectos adversos que podrían producir.

Tipo de medicamento Fármacos (nombre comercial) Efectos adversos
ADT
(antidepresivos tricíclicos)
Imipramina (Tofranil)
Opipramol (Insidon)
Aumento inicial de la ansiedad, sequedad en la boca, disfunción sexual, disminución de la visión, tensión baja.
ISRS
(inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina)
Escitalopram (Lexapro, Esertia)
Paroxetina (Paxil, Seroxat, Motivan)
Sertralina (Zoloft, Aremis, Besitran)
Citalopram (Celexa)
Fluoxetina (Prozac)
Intensificación de los síntomas del TAG durante los primeros días (insomnio, inquietud, cefalea), fatiga, vértigos, náuseas, anorexia, aumento de peso, disfunción sexual.
IRSN
(inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina)
Venlafaxina (Effexor, Dobupal)
Duloxetina (Cymbalta, Xeristar)
Vilazodona*
Sequedad en la boca, náuseas, disfunción sexual, vértigo, somnolencia, estreñimiento, fatiga, tensión alta.
Ansiolítico (Benzodiacepinas) Alprazolam (Xanax, Trankimazin)
Bromazepam (Lexatin)
Lorazepam (Activan, Orfidal)
Diazepam (Valium)
Sedación, enlentecimiento motor, depresión y bajo estado emocional.
Azapironas Buspirona* (Buspar) Cefalea, náuseas, fatiga e inquietud.
Antipsicóticos atípicos Quetiapina (Seroquel) Aumento de peso, vértigo, cefalea, sedación, rigidez muscular y alteraciones psicomotoras.
Anticonvulsivos Pregabalina (Lyrica) Vértigo, cefalea, náuseas, somnolencia, sequedad en la boca, alteración psicomotora y alteraciones cognitivas.

Para consultar los efectos de cada fármaco, consulte la ficha técnica del medicamento dentro de la web de la Agencia Española del Medicamento. La decisión de seleccionar uno u otro fármaco debería ser personalizada y compartida con el profesional, teniendo en cuenta la relación riesgo-beneficio de las diferentes opciones.

Recomendaciones para las personas con ansiedad generalizada

Observar y corregir errores cognitivos: (1) magnificación de preocupaciones sobre problemas generales de la vida, por ejemplo, un viaje de un hijo en coche; (2) focalización de la atención en las posibles amenazas, por ejemplo, “voy a estar pendiente de que me llames, aunque llegues tarde”; (3) repetición exagerada del procesamiento de información amenazante, por ejemplo, “hay muchos accidentes en las carreteras”; (4) justificación de las preocupaciones a través de metacogniciones erróneas, por ejemplo, “si no se preocupa tu madre, ¿quién se va a preocupar?”; (5) errores en la toma de decisiones, que llevan a la puesta en marcha de conductas reductoras de ansiedad, por ejemplo, “en cuanto llegues a tu destino, llámame, para quedarme tranquila y saber que no te ha pasado nada”; (6) búsqueda de posibles evitaciones para que no se produzcan las situaciones que preocupan en exceso, por ejemplo, “no me gusta que viajes”, “mi padre no me dejaba hacer excursiones”.

Relajación: practicar diariamente y aprender a usar para afrontar mejor el estrés (Ver Técnicas de Relajación)

Cambios conductuales: (1) eliminar conductas reductoras de ansiedad (por ejemplo, comprobaciones); (2) cambiar el apoyo social, para que ayude a desmontar el trastorno de ansiedad generalizada y no lo refuerce; (3) reducir los intentos de evitación o maniobras para que no se produzcan situaciones que generan mucha preocupación, aunque objetivamente no impliquen un claro riesgo; (4) dirigir el apoyo social hacia el desarrollo personal, por ejemplo, desarrollar buenos hábitos que impliquen actividad física y social, en lugar de dedicar tiempo al desarrollo de las preocupaciones y la sobreprotección de los otros; (5) organización y racionalización del tiempo; y (6) entrenamiento en afrontamiento del estrés, laboral, familiar, doméstico, etc.

Prevención de recaídas: todos estos elementos, además de incluirlos en la psicoeducación, hay que practicarlos cotidianamente en la exposición y analizarlos en las sesiones, reforzando los logros y corrigiendo los errores.

Recomendaciones para conseguir unos hábitos saludables

1. Establecer un patrón de sueño regular. La web de Bienestar Emocional del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social propone una serie de pautas para prevenir y tratar los problemas relacionados con el sueño

  • Pautas de higiene del sueño. La habitación en la que duerma debe reunir unas condiciones mínimas para facilitar y promover el sueño:
    • El dormitorio debe ser la estancia más importante de la casa, donde liberaremos nuestras tensiones, superaremos nuestras dolencias y restableceremos nuestro equilibrio físico y psicológico.
    • Para descansar es importante disponer de un ambiente tranquilo y equilibrado.
    • La habitación debe transmitir serenidad, amplitud y sosiego.
    • La temperatura del dormitorio debe ser adecuada; la sensación de frío o calor produce despertares frecuentes y sensación de sueño superficial.
  • Establecer una rutina relajante. Una vez creado el ambiente adecuado, es importante seguir las siguientes recomendaciones:
    • Establecer una rutina relajante una hora antes de ir a dormir: leer, hacer manualidades o crucigramas, darse un baño…
    • Si sueles ver la televisión, elige programas que no te activen, de tipo cultural, como documentales, entrevistas, viajes, etc.
    • A la hora elegida para ir a dormir, sigue otra pequeña rutina de actividades, por ejemplo, apagar el televisor, cepillarte los dientes, ponerte el pijama y programar el despertador.

2. Realizar ejercicio físico regularmente y establecer un plan de alimentación saludable. La Pirámide NAOS de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición muestra las recomendaciones de frecuencia de consumo de los distintos grupos de alimentos en la línea de fomentar la Dieta Mediterránea, junto con recomendaciones relacionadas con la práctica habitual de ejercicio físico.

Alimentación Actividad física
Ocasionalmente Bollos, dulces, refrescos, chucherías, patatas fritas o similares. Actividades sedentarias como ver la televisión, jugar con videojuegos o utilizar el ordenador.
Varias veces a la semana Pescados blancos y azules, legumbres, huevos, carnes, embutidos, frutos secos… Algún deporte o actividad como gimnasia, natación, tenis, atletismo u otros deportes de equipo.
A diario Frutas, verduras y hortalizas, cereales, productos lácteos, pan y aceite de oliva, arroz y pasta. Al menos 30 minutos de alguna actividad física moderada como caminar, ir al trabajo o al colegio andando, sacar a pasear al perro o subir escaleras a pie en lugar de usar el ascensor.

A parte de la Pirámide de NAOS, existen otras recomendaciones de la Escuela de Salud Pública de Harvard que podrían ayudarnos a comer de forma adecuada según el “plato Harvard”, según sea nuestro caso y nuestras necesidades individuales.

3. Hacer frente a las preocupaciones. El Servicio Andaluz de Salud, dentro del Plan Integral de Salud Mental de Andalucía ha editado una guía de autoayuda con indicaciones sobre cómo hacer frente a las preocupaciones. En esta guía se plantea que la preocupación es una respuesta normal ante situaciones que pueden afectar a nuestra vida, sin embargo, en ocasiones nos preocupamos de forma desproporcionada. Cuando las preocupaciones se vuelven persistentes, son varias las medidas que podemos tomar para hacerles frente:

      • Analice sus preocupaciones: defina la preocupación, valore si puede hacer algo al respecto y escriba una lista de cosas que podría hacer para resolver esas situaciones que le preocupan.
      • Manténgase ocupado/a y trate de distraerse: realizar ejercicio físico, juegos mentales como rompecabezas o crucigramas o concentrarse en algún detalle específico del mundo exterior puede ayudarle a frenar las preocupaciones.
      • Luche contra ellas: intente reservar media hora al día para preocuparse de forma rutinaria y posponga todas aquellas preocupaciones que aparezcan fuera de la “hora de preocuparse”.
      • Comparta sus preocupaciones: hable con alguien de ellas, amplíe su perspectiva respecto a los problemas.
      • Libere su cabeza antes de dormir: algunas personas se preocupan más por la noche. En estos casos puede resultar útil planificar los días con antelación, dedicando unos minutos por la tarde a anotar cómo ha ido el día y a pensar en aquellas áreas problemáticas con problemas aún sin resolver. Es importante que identifique estos problemas y plantee de qué manera va a abordarlos y cuándo va a hacerlo. Si durante la noche estos problemas siguen en su cabeza, recuerde que ya tiene un plan para abordarlos y que al siguiente día empezará a trabajar al respecto.

Información para familiares y allegados: ¿Cómo ayudar?

La mayoría de los estudios confirman que el apoyo de familiares, pareja y amistades es clave en la recuperación de las personas con trastorno de ansiedad generalizada. Si un miembro de su familia, su pareja o alguien cercano tiene en la actualidad trastorno de ansiedad generalizada, a continuación, le indicamos los principales pasos que podría llevar a cabo para ayudar a esa persona:

1.Pedir información
Le recomendamos que se ponga en contacto con el profesional (medicina de atención primaria, psicología y/o psiquiatría) que atiende a su familiar, pareja, amigo o amiga. El objetivo de esta consulta es que el profesional:

  • Le asesore sobre cómo ofrecerle apoyo. Por ejemplo:
    • mostrando comprensión con la persona
    • no dramatizar o angustiarse más que la persona
    • ayudar a objetivar las situaciones
    • escuchar empáticamente por qué la persona cree que está ansiosa y/o preocupada, sin sentir frustración
    • ayudar a la persona a enfrentarse de forma progresiva a su miedo, preocupación y/o ansiedad
    • confiando en los recursos personales de los que dispone la persona para recuperarse del trastorno de ansiedad generalizada
    • reforzando positivamente los pequeños logros
    • le asesore acerca de las recaídas y recurrencias posibles que puede tener la persona con ansiedad generalizada, durante el proceso
    • le pueda ofrecer algún documento de consulta donde se aborden estos aspectos
  • Le dé instrucciones o pautas sobre qué no hacer con la persona que sufre ansiedad. Por ejemplo:
    • no culpabilizar a la persona de su ansiedad y/o preocupación
    • no quitarle importancia a su problema de salud
    • no forzarle a que haga cosas para que se anime, aunque nunca debe dejar de animarla a que las haga

2.Colaborar
Usted puede colaborar durante el proceso del trastorno de ansiedad generalizada de distintas formas. Por ejemplo:

  • acompañando a la persona a las citas con su profesional de medicina, enfermería, psicología y/o psiquiatría. En estas citas, usted podría aportar información sobre el ambiente familiar, social y laboral de la persona con trastorno de ansiedad generalizada, y que usted considere útil para que el profesional comprenda la aparición del problema y ayudar en su progresión.
  • supervisando que la persona se tome la medicación (en el caso de que se la hayan prescrito) y acuda a las sesiones de psicoterapia.

3.Buscar apoyo
Es posible que las personas cuidadoras o los miembros más allegados a las personas con trastorno de ansiedad generalizada puedan llegar a desarrollar una gran preocupación y síntomas de agotamiento o estrés, sobre todo si el problema se sostiene en el tiempo (ansiedad crónica). Por este motivo, es necesario que estas personas, aunque asuman el papel de cuidadores, no descuiden sus momentos de descanso y de ocio. De este modo, podrían aliviar el agotamiento acumulado y afrontar de una manera más positiva el acompañamiento de la persona con trastorno de ansiedad generalizada. Las familias también pueden apoyarse en Asociaciones de Familiares de Personas con Ansiedad o Ansiedad Generalizada o en grupos de ayuda mutua (ver apartado de recursos).

Asociaciones de pacientes

Ámbito Asociación / Contacto
Andalucía AECAPA – Asociación Española contra la ansiedad, pánico y agorafobia  aecapa07@gmail.com – 647174633

AFENES – Asociación de familiares y personas con enfermedad mental WEB – 952217779

AGRAFEM – Asociación de familiares y personas con enfermedad mental WEB – 958279155

FEAFES Andalucía – Federación Andaluza de familiares y personas con enfermedad mental WEB – 954238781

Aragón FEAFES Aragón – Federación de Asociaciones Aragonesas Pro-Salud Mental (ASAPME) WEB – 976532505

ASAEME – Asociación Augusta de Enfermos Mentales de Calatayud WEB – 671147621

Asturias FEAFES Asturias – Asociación de Familiares de Personas con Enfermedad Mental de Asturias (AFESA) WEB – 985115142
Cantabria FEAFES Cantabria Asociación Cántabra Pro-salud Mental (ASCASAM) WEB – 942364115
Castilla la Mancha FEAFES Castilla La Mancha – Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Castilla La Mancha WEB – 925284376
Castilla León FEAFES Castilla y León – Federación Salud Mental de Castilla y León WEB – 983301509
Cataluña Ademm – Asociación Pro Salud Mental de Catalunya WEB – 932170937

ATAGAM- Asociación de Trastornos de Ansiedad Grupos de Autoayuda Mutua WEB – 646715394

ASSADEGAM – Asociación para la superación de la ansiedad y la depresiónWEB – 666292973

Federació SMC – Federació Salut Mental Catalunya WEB – 932721451

PREAD – Prevenció de l’Ansietat i la Depressió WEB – 699912655

Ceuta FEAFES Ceuta – Asociación Ceutí de Familiares de Personas con Enfermedad Mental (ACEFEP) WEB– 956757349
Comunidad Valenciana FEAFES Comunidad Valenciana – Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de la Comunidad Valenciana WEB– 963535065
Extremadura FEAFES Extremadura – Federación Extremeña de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad MentalWEB – 927415128
Galicia FEAFES Galicia – Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de GaliciaWEB – 981554395
Islas Baleares FEBAFEM – Federación Balear de Familias y Personas con Enfermedad Mental info@febafem.com – 971392694
Islas Canarias AFES Salud Mental WEB – 922630856

AFESur– Asociación Salud Mental AFESur. Las Palmas de Gran Canaria WEB – 928125329

ATELSAM – Asociación Tinerfeña en Lucha por la Salud Mental WEB – 922205215

ASOMASAMEN – Asociación Majorera por la salud mental WEB

AFEM-LA PALMA. Asociación de familias y personas con problemas de salud mental de La Palma WEB

La Rioja FEAFES ARFES – Asociación Riojana de familiares y personas con enfermedad mentalWEB – 941236233
Madrid AFASAME. Asociación de Familiares y Afectados de Salud Mental WEB – 916637882

AFEM Getafe – Asociación de Familiares de Personas con Enfermedad Mental WEB

ALUSAMEN. Asociación en la Lucha por la Salud Mental y los Cambios Sociales WEB

ASME- Asociación Salud Mental Madrid Este WEB – 650 398 056

AUSMEM. Asociación de Usuarios de Salud Mental de Móstoles WEB – 916147847

FEAFES Madrid – Federación madrileña pro-salud mental (FEMASAM) info@femasam.org – 914729814

UMASAN-Federación Salud Mental Madrid WEB – 915130243

Melilla FEAFES Melilla – Asociación melillense de familiares de Personas con Enfermedad Mental gerencia@feapsmelilla.org – 951327085
Murcia AFEMAC – Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Águilas y Comarca WEB – 968413205
Navarra FEAFES Navarra – Asociación Navarra para la Salud Psíquica (ANASAPS) WEB – 948248630
País Vasco FEAFES País Vasco – Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad mental (FEDEAFES) WEB – 944069430
Nacional SEAS – Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés WEB

AMTAES – Asociación Española de Ayuda Mutua contra Fobia Social y Trastornos de Ansiedad WEB amtaesasociacion@gmail.com

Internacional STAR – Stress and Anxiety Research Society WEB

CARD – Center for Anxiety and Related Disorders WEB

Fuentes de información sobre Ansiedad / Ansiedad Generalizada – Salud mental – Guías de Auto apoyo

Dentro del Servicio Andaluz de Salud. Consejería de Salud y Familias, los profesionales de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Regional de Málaga, han elaborado diferentes Guías de Autoayuda dirigidas especialmente, a personas con problemas de ansiedad y a sus familiares quiénes estén interesadas en aprender sobre el proceso de la ansiedad y las estrategias que pueden seguirse para favorecer su recuperación.

Dentro del desplegable “ansiedad”, destacamos las siguientes guías:

  • ¿Qué es el trastorno de ansiedad generalizada?
  • Comprendiendo la ansiedad
  • Consejos para dormir mejor
  • Afrontando el estrés.

Como guías de actividades:

  • Cómo resolver problemas
  • ¿Cómo hacer frente a las preocupaciones?
  • Aprenda a controlar sus pensamientos ansiosos
  • Aprenda a relajarse

Biblioterapia

  • Burns, David “Adiós Ansiedad. Cómo superar la timidez, los miedos, las fobias y las situaciones de pánico”. Ediciones Paidos Ibética, S.A. 2006. 348 pgs.
  • Ellis, Albert. “Cómo controlar la ansiedad antes de le controle a usted”. Ediciones Pidos. 2000. 304 págs.
  • Ellis, Albert. “Sentirse mejor, estar mejor, y seguir mejorando”. Ediciones Mensajero, S.A. 319 págs.
  • Ellis, Albert. “Ser feliz y vencer las preocupaciones”. Ediciones Obelisco, S.A. 2003. 222 págs.
  • Ellis, Albert. “Una nueva guía para una vida racional”. Ediciones Obelisco, S.A. 2003. 348 págs.
  • González López. “Sentirse bien está en tus manos”. Ediciones Sol Terrae.

Fuente: Atención Primaria. Protocolo para la atención de los trastornos de ansiedad y depresión. Cartera de Servicios. Edita: Servicio Extremeño de Salud.

Bibliografía

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Glosario

Anticipación aprensiva. La persona experimenta un profundo estado de ansiedad o preocupación excesiva por determinados asuntos de su vida que son desproporcionados con relación al impacto de los acontecimientos y sin una justificación aparente.

Autoayuda. Es el aprendizaje de nuevas conductas y/o capacidades de afrontamiento de situaciones y estados emocionales negativos o vivido con incertidumbre, sin intervención o con participación mínima del profesional sanitario. La autoayuda tiene como objetivo dotar a las personas de conocimientos y habilidades que faciliten la superación y/o el manejo de sus problemas de salud.

Benzodiacepinas. Las benzodiacepinas son medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central, como efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y relajantes musculares. Generalmente, se utilizan para el tratamiento de la ansiedad, el insomnio y otros estados del estado de ánimo, así como en epilepsia, abstinencia alcohólica y espasmos musculares.

Comorbilidad. Implica tener dos o más condiciones de salud que se dan al mismo tiempo. La comorbilidad es muy importante en el trastorno de ansiedad generalizada, especialmente con el trastorno de depresión mayor.

Creencias metacognitivas. Son el conocimiento, valoraciones o las creencias que la persona tiene acerca de la preocupación constante (pensamiento cognitivo). Generalmente, la persona tiene creencias positivas y negativas acerca sobre la preocupación.

Distorsiones cognitivas. En el trastorno de ansiedad generalizada se suele producir un aprendizaje de tipo cognitivo que consiste en priorizar algunas preocupaciones sobre temas de la vida cotidiana, aumentando su importancia o valoración cognitiva (interpretación desajustada), así como focalizar la atención en esas preocupaciones. Estas dos distorsiones cognitivas, de la interpretación y de la atención, aumentan los síntomas de ansiedad, no sólo en forma de pensamientos y a nivel subjetivo, sino que también tienden a generar y mantener mayores niveles de tensión muscular, de la tasa respiratoria o de otras respuestas fisiológicas. Y, por último, promueven el aprendizaje o puesta en marcha de conductas o estilos de vida no saludables, como las evitaciones, las comprobaciones o cambios en la alimentación, que aumentan aún más la ansiedad y el estrés, al tiempo que van minando la salud.

Estrategias de afrontamiento. Son las habilidades concretas y específicas que utilizan las personas cuando se enfrentan a una situación de su vida diaria.

Evaluación diagnóstica. Generalmente, es la primera fase del proceso terapéutico donde el profesional sanitario, mediante el empleo de herramientas como entrevistas y cuestionarios, conoce cuáles son las circunstancias y condiciones que tiene la persona con el fin de obtener un diagnóstico clínico y adecuar junto a la persona, el tratamiento más adecuado.

Evitación. La evitación hace referencia al hecho de evitar todas aquellas acciones que nos generan ansiedad. Una de las características del trastorno de ansiedad generalizada es que no existe un tema de preocupación principal o amenaza específica, de modo que no hay una evitación comportamental clara como puede suceder en otros trastornos de ansiedad como las fobias específicas. En el trastorno de ansiedad generalizada la evitación ocurre a nivel cognitivo: se dirige la atención al pensamiento de la preocupación en respuesta a señales de amenaza para reducir así la activación psicofisiológica de esas experiencias ansiosas.

Evitación experiencial. La evitación experiencial se refiere a un patrón de comportamiento inflexible que consiste en evitar el sufrimiento a toda cosa, tratando de controlar todos los eventos privados, sensaciones, sentimientos o circunstancias que lo generan.

Exposición. La exposición es una técnica muy utilizada dentro de la terapia cognitivo-conductual y consiste en modificar la sensibilidad que muestran las personas ante los estímulos que les producen angustia mediante la exposición sistemática y segura a esos estímulos. De esta manera, con la exposición repetida al estímulo temido en un contexto de seguridad, las asociaciones entre esa situación temida y el miedo se debilitan.

Incertidumbre. Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. La incertidumbre es, en definitiva, falta de certeza, pero esta vivencia no es necesariamente negativa, sino que puede dar lugar a comportamientos equilibrados y adaptativos o, por el contrario, generar malestar.

Inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRSN). Es un tipo de medicamento utilizado para tratar la depresión, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo que actúa sobre estos dos sistemas de neurotransmisión regulando la transmisión serotoninérgica y noradrenérgica.

Inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS). Es un tipo de medicamento utilizado para tratar la depresión. La serotonina es uno de los mensajeros químicos, llamados neurotransmisores, que transportan señales entre las neuronas del cerebro. De este modo, los ISRS bloquean la reabsorción de la serotonina, permitiendo que haya más serotonina en nuestro cerebro.

Intolerancia a la incertidumbre. Las personas con trastorno de ansiedad generalizada tienen una baja tolerancia a soportar la posibilidad de que puedan ocurrir en el futuro acontecimientos que tengan consecuencias negativas, a pesar de que existan muy pocas probabilidades de que realmente sucedan. Estas personas se preocupan porque interpretan las situaciones inciertas de forma amenazante.

Meditación vipassana. En la doctrina budista, la meditación vipassana supone una experiencia directa de nuestra realidad, como una técnica de auto-observación. Se trata de observar las cosas tal y como son, no como parecen ser.

Preocupación. La preocupación son aquellos intentos cognitivo-verbales dirigidos a evitar posibles eventos negativos futuros. La preocupación no es un fenómeno exclusivamente patológico, pero la preocupación generalizada y excesiva es una de las características esenciales del trastorno de ansiedad generalizada. Las personas con trastorno de ansiedad generalizada tienden a preocuparse por su trabajo, economía, salud física, sus relaciones y su futuro, pero también pueden preocuparse por cosas menores.

Recaída. Reaparición de signos o síntomas del trastorno de ansiedad generalizada después de un período de mejoría.

Recurrencia. Reaparición de forma frecuente y repetida a lo largo del tiempo del trastorno de ansiedad generalizada.

Reestructuración cognitiva. La reestructuración cognitiva es una técnica psicológica cuyo objetivo es identificar, cuestionar y modificar los patrones de pensamientos irracionales y negativos que inciden en la vida de las personas y en cómo se enfrentan al mundo. Con esta terapia se busca que las personas sean conscientes de estos pensamientos y que sea capaz de sustituirlos por otros más adaptativos. El entrenamiento en reestructuración cognitiva enseña también a disminuir los sesgos o distorsiones cognitivas, previamente generados o aprendidos, tanto para la valoración cognitiva (interpretación desajustada), como para la atención. Lo mismo que se aprende en un momento dado a magnificar y a sobreatender preocupaciones, se puede aprender de nuevo a reducir estas distorsiones cognitivas. Esto ayudará a disminuir las preocupaciones y la ansiedad.

Relajación. Es una técnica que consiste en ayudar a la persona a reducir su tensión muscular física y/o mental. Generalmente, con esta técnica la persona alcanza un nivel de calma estable, permitiendo reducir los niveles de estrés, ansiedad y/o ira.

Resonancia magnética funcional. La resonancia magnética funcional (RMf) es una herramienta avanzada utilizada para estudiar las funciones cerebrales. Con esta técnica se puede identificar y localizar la actividad neuronal en nuestro cerebro.

Terapia cognitivo-conductual (TCC). La terapia cognitivo-conductual es un enfoque psicoterapéutico que pretende ayudar a las personas a través de la reestructuración cognitiva pero también modificando su conducta mediante el cambio en la forma en la que piensan y sienten. La TCC para el trastorno de ansiedad generalizada ha consistido habitualmente en la aplicación de un conjunto de técnicas aisladas o combinadas que pueden incluir la reestructuración cognitiva, el entrenamiento en relajación o la exposición entre otras. Se basan en el aprendizaje progresivo.

Trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son los que comparten características de miedo y ansiedad excesivos, así como alteraciones conductuales asociadas. El miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, mientras que la ansiedad es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG). El DSM-5 señala que la característica esencial del trastorno de ansiedad generalizada es una expectativa aprensiva definida por ansiedad excesiva y preocupación acerca de diferentes acontecimientos. La intensidad, duración y frecuencia de la ansiedad y la preocupación son desproporcionadas respecto a  lo que cabría esperar teniendo en cuenta el tipo de acontecimientos o eventos que causan dicha preocupación.