
Escrito por Francesca Favaro, PhD
Una técnica poderosa, pero todavía en desarrollo
Los biomarcadores se han convertido en una de las grandes esperanzas de la medicina moderna. En el caso del cáncer de vejiga y del tracto urinario superior, analizar moléculas presentes en la orina para detectar cambios asociados a tumores es una herramienta prometedora. Sin embargo, todavía no es una alternativa real a los métodos clásicos de diagnóstico.
Hoy, la confirmación de estos cánceres depende principalmente de la cistoscopia – una prueba invasiva que permite observar la vejiga desde dentro- y de la citología de orina, que analiza las células bajo el microscopio. Los biomarcadores podrían, en el futuro, complementar o incluso sustituir estas pruebas, pero aún faltan muchos pasos antes de llegar ahí.
Una tecnología emergente y preliminar
El informe del Servicio Canario de la Salud (SESCS) lo deja claro: estamos ante una tecnología emergente y todavía preliminar. Aunque los resultados iniciales muestran que en general los biomarcadores pueden detectar recurrencias y reducir el número de pruebas invasivas, la evidencia sigue siendo limitada. Para que se conviertan en parte rutinaria del diagnóstico clínico, será necesario acumular más estudios sólidos y comparar su rendimiento con las técnicas actuales en distintos grupos de pacientes.
Por qué no es tan simple diseñar una prueba universal
Otro de los grandes retos es que no existe un biomarcador único que sirva para todos los cánceres. Intentar crear una prueba general obligaría a usar un gran número de biomarcadores, lo que aumenta los costes, complica la interpretación y eleva el riesgo de malentendidos diagnósticos.
De hecho, algunos biomarcadores pueden aparecer en más de un tipo de tumor, lo que llevaría a confusiones y falsos positivos. Por eso, las pruebas más prometedoras son aquellas diseñadas para un tumor concreto, como las centradas en vejiga o en cáncer de pulmón. Reducir el panel de biomarcadores significa resultados más claros y fiables.
Mirando al futuro: más allá de la urología
Aunque hoy se investigan y en muchos casos se usan en conjunto con otras pruebas diagnósticas, estos avances tendrán un alcance mucho mayor. En un futuro próximo, los biomarcadores podrían revolucionar el diagnóstico de distintos tipos de cáncer, desde mama y pulmón hasta colón, ofreciendo alternativas menos invasivas y más precisas que muchas pruebas actuales.
La visión es clara: transformar la forma en que se detectan los tumores, reducir la necesidad de procedimientos dolorosos y avanzar hacia una medicina más personalizada.
Una promesa aún en construcción
Los biomarcadores en orina son una promesa poderosa pero aún preliminar. No sustituyen por ahora a la cistoscopia o la citología, pero podrían en el futuro cambiar la forma en que diagnosticamos el cáncer, no solo en urología, sino en muchas otras áreas de la medicina.
Hoy, su papel es de apoyo y de investigación. Mañana, podrían convertirse en una pieza clave de la medicina del futuro: más precisa, menos invasiva y mejor adaptada a cada persona.





