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La Toma de Decisiones Compartida en jóvenes con problemas de salud mental: recomendaciones para profesionales sanitarios

By 5 junio, 2020 No Comments

En el contexto de la atención sanitaria a jóvenes con problemas de salud mental, el modelo de Toma de Decisiones Compartida (TDC) se entiende como un proceso colaborativo en el que los jóvenes trabajan conjuntamente con sus cuidadores y profesionales sanitarios, para tomar una decisión informada sobre las opciones de tratamiento que mejor se ajustan a sus circunstancias.

Este proceso no siempre es sencillo y desde el Anna Freud National Centre for Children and Families nos ofrecen cinco recomendaciones para que los profesionales sanitarios fomenten el uso de la TDC en jóvenes con problemas de salud mental.

  • Primera recomendación: invite a los jóvenes y cuidadores a participar en el proceso de toma de decisiones.
    • Es muy importante hacer explícito que los jóvenes y cuidadores están adoptando un rol activo en la toma de decisiones sobre las opciones que pueden ser más útiles para resolver los problemas por los que consultan.
    • Algunos jóvenes se involucran con facilidad, pero otros pueden tener más dificultades a la hora de elegir entre distintas opciones y pueden desear que sean los profesionales sanitarios quiénes tomen las decisiones por ellos. Lo importante es que sean informados sobre todas las opciones de las que disponen, fomentando su participación activa en el proceso de toma de decisiones.
  • Segunda recomendación: presente todas las opciones disponibles y fomente la exploración de todas ellas.
    • Es posible que existan múltiples opciones terapéuticas para un mismo problema de salud y que no todas estén disponibles en su centro de salud y/o unidad de atención sanitaria. Sin embargo, los jóvenes y sus cuidadores deben recibir información acerca de todas las opciones posibles, incluyendo detalles sobre la evidencia de cada opción y sus potenciales riesgos y beneficios.
    • Asegúrese de tener una visión clara de lo que los jóvenes y sus cuidadores ya conocen y entienden acerca de las distintas opciones de tratamiento.
    • Use un lenguaje llano y sencillo y ofrezca un espacio para preguntas y clarificaciones. Asegúrese también de explicar con claridad todos los potenciales riesgos y beneficios de las distintas opciones de tratamiento y haga explícito lo que se sabe y lo que no se conoce sobre cada una de ellas. Explore qué consecuencias puede tener retrasar o no iniciar ningún tratamiento en el momento actual.
    • Si está intentando comunicar ideas complejas, cifras o estadísticas, considere la opción de hacer uso de ayudas visuales o Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones Compartida (HATD).
  • Tercera recomendación: tenga en cuenta los valores y preferencias de los jóvenes.
    • Si no lo han hecho explícito, pregunte directamente a los jóvenes y sus cuidadores sobre qué es para ellos lo más importante y lo que más les preocupa en relación con el tratamiento. Por ejemplo, algunos jóvenes pueden preferir que les atienda una persona de su mismo sexo, pueden tener especial interés en acudir a consulta en un horario determinado (por ejemplo, después de las clases) e incluso pueden preferir acudir acompañados de alguien cercano, como un amigo o un familiar.
    • Utilice preguntas abiertas y emplee la escucha activa; reconozca la importancia de sus valores y preferencias y facilite un debate que permita alcanzar un consenso sobre qué es lo realmente importante.
    • Recuerde que cada joven y cuidador es diferente y, por lo tanto, tendrá distintas prioridades. Para algunas personas lo más importante será la naturaleza de la intervención y sus resultados, para otras quizá lo sea el nivel de evidencia, la forma de administración de un tratamiento, la duración o el tiempo de recuperación con cada opción. Es posible, incluso, que para algunas personas lo más importante sean otros aspectos más prácticos como la necesidad de viajar, los posibles costes o el cómo encajar la intervención junto al resto de sus responsabilidades diarias.
  • Cuarta recomendación: trabajen de forma conjunta para alcanzar una decisión.
    • Después de debatir y considerar todas las opciones terapéuticas, así como los valores y preferencias de los jóvenes y sus cuidadores, deberá trabajar junto a ellos para decidir qué opción es la que mejor se ajusta a sus necesidades y concretar sesiones de seguimiento.
    • Pregunte a las familias si están listas para tomar una decisión, pero trate de no apresurarles. Ofrézcales la oportunidad de expresar qué es lo que más les preocupa, así como tiempo y espacio para valorar las distintas opciones junto a sus redes de apoyo. Pregunte también si necesitan recursos adicionales o si preferirían delegar la decisión en otra persona.
    • Cuando hayan tomado una decisión, asegúrese de que comprenden cuáles serán los siguientes pasos y cómo se llevarán a cabo. Programe sesiones de seguimiento si es necesario.
  • Quinta recomendación: realice un seguimiento de la decisión tomada.
    • Aunque usted no sea la persona directamente encargada de llevar a cabo la intervención, continúe ofreciendo apoyo al joven y sus cuidadores para asegurar que la decisión tomada sigue siendo la mejor opción.
    • Si no se están obteniendo los resultados esperados, ayúdeles a identificar las posibles barreras que estén afectando a la correcta implementación de la intervención escogida.
    • Si las familias desean revisar su decisión y explorar otras opciones, facilite este proceso, tal y como se hizo previamente, y ayúdeles a considerar qué otras opciones siguen estando disponibles para ellos.

Para más información sobre la TDC en salud mental infanto-juvenil, consulte el vídeo original y la página web del Anna Freud National Centre for Children and Families: https://www.annafreud.org/sdm.