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Recomendaciones para el autocuidado en cáncer de mama

El cáncer de mama es un tumor maligno originado en las células que forman los conductos o lobulillos de la mama, cuyo crecimiento es anormal e incontrolado, pudiendo invadir los tejidos sanos alrededor de la mama y alcanzar órganos alejados para implantarse en ellos.

En España, se diagnostican cada año unos 26.000 casos de cáncer de mama, siendo el más invasivo entre las mujeres españolas y el más frecuente a nivel mundial. Este tumor afecta a un pequeño porcentaje de varones y es mucho más prevalente en mujeres que han pasado la fase menopáusica, especialmente entre los 50 y 70 años.

El cáncer de mama no suele producir dolor, y en la mayoría de las fases iniciales no suele producir ningún síntoma, sin embargo, cuando el tumor crece, pueden aparecer algunos cambios físicos como: bulto en la mama (o axila), cambios en el tamaño de la mama -úlceras, cambio de color “piel de naranja”- y en la areola -secreción en el pezón, hundimiento del mismo o retracción-, entre otros.

En el cáncer de mama se pueden utilizar distintas alternativas de tratamiento como la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, la terapia hormonal o la inmunoterapia, solas o en combinación, en función de las características del tumor. Sin embargo, el tratamiento es variable de una persona a otra, y está condicionado por factores como la edad, el estado de salud en general, los estadios hormonales (etapa premenopáusica, menopausia), localización del tumor, la fase del tumor, etc.

Las causas del cáncer de mama son diversas. Sin embargo, se encuentran algunos factores de riesgo que pueden contribuir a la aparición y desarrollo del tumor, como los antecedentes personales o familiares de cáncer de mama, genes hereditarios (como BRCA1 y BRCA2) o terapia hormonal posmenopáusica, entre otros.

Es muy frecuente que, tanto en la fase de diagnóstico del cáncer de mama como durante la fase  de tratamiento, algunas personas sientan incertidumbre, preocupación o necesidad de recibir más información acerca de cómo gestionar el impacto que produce el cáncer de mama en sus vidas. En este sentido, existen una serie de medidas de autocuidado y de autogestión de la situación que pueden ser de utilidad para el abordaje del cáncer de mama. A continuación, se presentan una serie de recomendaciones para el autocuidado de personas con cáncer de mama:

  1. Normaliza tus emociones. El impacto psicológico que puede generar un diagnóstico de cáncer puede ser una experiencia ansiosa y estresante, pudiendo extenderse en fases posteriores del cáncer.
    1. Trata de mantener tus rutinas, escúchate y déjate ayudar por tu entorno más cercano, si lo necesitas.
    2. Dedícate tiempo para tratar de elaborar tu propia estrategia de afrontamiento, busca aquello con lo que te sientas más cómoda y lo que mejor te funcione a ti.
    3. Consulta con tus profesionales sanitarios cómo puede afectar el diagnóstico y el tratamiento a tu vida, tanto en el ámbito personal, laboral o social; y pide una consulta con profesionales de la salud mental si lo necesitas.
  2. Efectos secundarios de algunos tratamientos. En general, las náuseas o vómitos son efectos secundarios que pueden aparecer de forma temprana (1 o 2 horas tras del tratamiento) o tardía (24 horas o más tarde tras el tratamiento); no obstante, tener en cuenta algunas consideraciones en el momento de las comidas, puede ser de utilidad.
    1. Trata de reducir la ingesta de alimentos que produzcan olores intensos.
    2. Intenta comer despacio, masticar bien y evitar el consumo de líquidos con gases o irritantes.
    3. Reparte las comidas en pequeñas cantidades a lo largo del día.
    4. Si te produce mucho malestar, pide ayuda a otras personas para que se encarguen de la preparación de las comidas.
  3. Cuidados estéticos. Otro de los efectos secundarios de los tratamientos son el debilitamiento o caída del cabello, la afectación de manos y uñas o las alteraciones en la piel, como sarpullidos, hinchazón o picor. Para hacer frente a estos cambios:
    1. Trata de mantener un corte de pelo cómodo; si se ha producido una caída masiva, intenta hidratar la piel del cuero cabelludo y mantén una máxima protección.
    2. En base a tus preferencias, intenta utilizar pañuelos en la cabeza, intentando proteger el cráneo de la exposición solar; utiliza pelucas si te sientes más cómoda.
    3. No cortes las cutículas de uñas e intenta mantenerlas bien hidratadas.
    4. Usa siempre protectores solares de máxima protección, que sean suaves, neutros y libres de perfumes o colorantes.
  4. Cuida tu alimentación. Muchos de los efectos secundarios de los tratamientos pueden conllevar a la alteración del gusto o de algunos sabores. En algunos casos se puede percibir una disminución del sabor en algunas comidas y un gusto metálico o amargo en las mismas.
    1. Realiza enjuagues bucales antes de las comidas.
    2. Evita el consumo de alimentos ultraprocesados (fritos, grasos).
    3. Mantén una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras.
  5. Trata de mantener un estilo de vida activo. Mantener una práctica física suave y regular puede ayudarte en las diferentes fases del proceso del cáncer.
    1. Habla con tu profesional sanitario para establecer un plan de ejercicio de práctica suave adaptada y regular, según tu caso.
    2. El ejercicio físico te puede ayudar a disminuir algunos síntomas, derivados de muchos efectos secundarios, como las náuseas, el cansancio o las alteraciones del sueño, y favorecer a la reducción de la depresión o la ansiedad.
    3. Piensa qué tipo de ejercicio de apetece hacer, planifícalo con tu profesional sanitario y fija un horario para dedicarle ese tiempo.
  6. Pide ayuda profesional en cualquiera de las fases del cáncer de mama para saber cómo gestionar y abordar tus emociones. Los posibles cambios en la imagen personal pueden ser una fuente de malestar.
    1. Comparte tus experiencias y emociones con otras mujeres que hayan pasado por el proceso. Te ayudará a tener otra visión y adquirir distintas propuestas para adaptarte a esta nueva situación.
    2. Date tiempo para normalizar cómo te sientes. Esto te permitirá aceptar esos cambios de forma progresiva.
    3. Recuerda que existen algunas asociaciones que ponen a disposición profesionales que pueden ayudarte, si lo necesitas. La Asociación Española contra el Cáncer y la Asociación Ámate ofrecen estos servicios.

Fuentes: