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Recomendaciones para el autocuidado en personas con artrosis

La artrosis es una enfermedad reumática que pueda afectar a diferentes articulaciones del cuerpo, como la columna cervical y lumbar, el hombro, la cadera, la rodilla, el tobillo o las manos, y que está ocasionada por una lesión del cartílago.

En España, la artrosis es la enfermedad articular más frecuente. Afecta al 10% de la población y representa casi la cuarta parte del total de pacientes que requieren atención en las consultas de reumatología. Aunque existe una creencia generalizada de que la artrosis es una enfermedad propia de la vejez, lo cierto es que puede afectar a personas de cualquier edad. No obstante, su frecuencia aumenta con la edad, especialmente a partir de los 40-50 años.

El principal síntoma que produce la artrosis es el dolor, que suele empeorar al realizar sobreesfuerzos y a medida que avanza el día. Además, las personas que padecen artrosis suelen manifestar rigidez, dificultades para mover la articulación, deformidad, hinchazón y, en ocasiones, atrofia muscular.

Aunque la causa última de la artrosis es desconocida, existen una serie de factores de riesgo que se relacionan con el deterioro progresivo de la articulación como son la edad, la obesidad, las lesiones por movimientos repetitivos e incluso la genética.

La artrosis no tiene cura, por lo que su tratamiento se dirige fundamentalmente al alivio del dolor, el retraso de la evolución de la enfermedad y la mejora de la movilidad y la calidad de vida. Para ello, existen diferentes alternativas, tanto farmacológicas como quirúrgicas, que permiten mejorar la sintomatología propia de la artrosis, así como las limitaciones físicas derivadas. Asimismo, existen una serie de medidas de autocuidado y modificación de hábitos de vida que pueden ser de gran ayuda para el abordaje de esta condición de salud.

A continuación, se presentan una serie de recomendaciones para el autocuidado en personas con artrosis:

  1. Lleva un estilo de vida saludable y trata de mantener un peso corporal adecuado. La obesidad es uno de los factores de riesgo asociados a la aparición y progresión de la artrosis.
    1. Trata de mantener una dieta sana y equilibrada; pide ayuda a los profesionales de la salud si necesitas perder algo de peso.
    2. Dentro de tus posibilidades, realiza ejercicio físico suave, como andar o hacer natación.
    3. Evita los ejercicios de alto impacto o los deportes de contacto que puedan empeorar el estado de la articulación.
    4. Consulta con tu profesional de la salud si existen ejercicios específicos que puedan ser de utilidad en tu caso particular.
  2. Aplica calor o frío en la articulación. En general, el calor es más beneficioso en la artrosis; no obstante, aplicar frío en la articulación puede ser útil para reducir la inflamación.
    1. Aplica calor en la articulación afectada con una esterilla eléctrica o una bolsa de agua caliente.
    2. Un baño de agua caliente por la mañana también puede ayudarte a aliviar el dolor y desentumecer la articulación.
    3. El frío es útil para reducir la inflamación, por lo que, en esos casos, aplicar frío local con bolsas de hielo puede ser de utilidad.
    4. Las aguas termales de los balnearios también alivian el dolor y permiten realizar ejercicio físico suave sin forzar las articulaciones.
  3. Cuida también de tu reposo y evita sobrecargar las articulaciones. El reposo no es incompatible con la actividad física; es importante intercalar pequeños periodos de reposo durante las actividades de la vida diaria.
    1. En momentos de mucho dolor, realiza periodos de reposo relativo.
    2. No cojas pesos excesivos y procura caminar por terrenos irregulares.
    3. Usa un carrito para llevar las compras pesadas.
    4. En los casos de artrosis de cadera o rodilla, el empleo de un bastón puede disminuir la sobrecarga de esas articulaciones.
  4. Utiliza un calzado adecuado. El empleo de un calzado adecuado es fundamental, especialmente para las personas con artrosis lumbar, de cadera o de rodilla.
    1. Utiliza calzados de suela gruesa que amortigüe el impacto del pie contra el suelo al caminar.
    2. Si lo necesitas, hazte con unas plantillas o taloneras de silicona y colócalas en tus zapatos.
    3. Los calzadores con mangos largos también pueden ser de utilidad.
  5. Revisa tus hábitos posturales. Mantener una adecuada postura al descansar y llevar a cabo las actividades de la vida diaria es fundamental.
    1. Trata de dormir siempre en una cama plana.
    2. Evita sentarte en sillones o sofás hundidos y usa sillas con respaldo recto para que tus rodillas y caderas mantengan una posición natural y los pies estén en contacto con el suelo.
    3. Evita mantener mucho tiempo la misma postura.
  6. Cumple con las indicaciones de tus profesionales de la salud en relación con la medicación. La automedicación nunca es aconsejable.
    1. Los analgésicos, antiinflamatorios, geles, cremas e incluso las infiltraciones locales pueden ser de ayuda para el tratamiento de la artrosis.
    2. El tratamiento debe prescribirse siempre de forma individualizada, por lo que es importante que sigas las pautas que te marquen los especialistas.
    3. Si tienes dudas sobre el tratamiento que te han prescrito o sobre otras terapias alternativas, consulta con tu profesional de la salud para que pueda informarte de forma rigurosa y en base a la mejor evidencia científica.

 

Fuentes: