El trastorno depresivo mayor se compone de uno o más episodios depresivos mayores, lo que significa que, durante al menos 2 semanas, la persona tiene un estado de ánimo deprimido o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades que hace. Hay que tener en cuenta que en los niños o adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de triste.
Para que se de un trastorno depresivo mayor, los síntomas han de mantenerse la mayor parte del día, casi cada día, durante al menos dos semanas consecutivas.
En algunas personas con episodios leves, su actividad cotidiana puede parecer normal. Sin embargo, realizar sus tareas pueden llegar a suponerles un gran esfuerzo
Además, la persona también debe experimentar al menos otros cuatro síntomas de una lista que incluye cambios de apetito o peso, del sueño y de la actividad psicomotora; falta de energía; sentimientos de infravaloración o culpa; dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones; y pensamientos recurrentes de muerte o ideación, planes o intentos suicidas. Estos síntomas generan a la persona un deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de su vida.
Frecuentemente, el estado de ánimo en un episodio depresivo mayor es descrito por el sujeto como deprimido, triste, desesperanzado, desanimado o “como un pozo”.