El 7 de abril se celebró el Día Mundial de la Salud, una ocasión significativa para reflexionar sobre la importancia fundamental de la salud en nuestras vidas. Esta fecha marca el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1948, y tiene como objetivo sensibilizar a la población mundial sobre temas de salud cruciales y promover iniciativas destinadas a fomentar el bienestar colectivo, subrayando el compromiso global con la mejora continua de la salud.
El lema del Día Mundial de la Salud 2024 es «Mi salud, mi derecho» [1]. Este lema expresa la lucha por defender el derecho a la salud y una accesibilidad equitativa a la atención sanitaria para todas las personas.
En un mundo donde los desafíos de salud son cada vez más complejos, el Día Mundial de la Salud nos recuerda la necesidad de abordar tanto las enfermedades crónicas como las emergentes con un enfoque global. Desde la prevención hasta la atención sanitaria, pasando por la promoción de estilos de vida saludables y la equidad en el acceso a los servicios de salud, destacando la importancia de un enfoque integrado y colaborativo.
La crisis sanitaria global acaecida por la COVID-19 puso el foco en la necesidad de establecer una interconexión entre la salud individual y la salud pública, así como la importancia de la preparación y la respuesta ante emergencias. La colaboración internacional, la investigación científica y la solidaridad se han convertido en pilares fundamentales para fortalecer los sistemas de salud en todo el mundo y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de tener acceso a servicios de salud, educación e información.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente el ODS3 es sobre “Salud y Bienestar” y tal y como se expresa en la web de Naciones Unidas [2], algunas metas para el año 2030 son:
– Lograr cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos.
– Reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades producidas por productos químicos peligrosos, la contaminación del aire, el agua y el suelo.
–Reforzar la capacidad de todos los países, en particular los países en desarrollo, en materia de alerta temprana, reducción de riesgos y gestión de los riesgos para la salud nacional y mundial
Además de abordar enfermedades infecciosas como el COVID-19, el Día Mundial de la Salud también nos insta a reflexionar sobre otros desafíos de salud, como la salud mental, la obesidad, las enfermedades no transmisibles y la salud ambiental. Estos temas no solo afectan a individuos, sino que también tienen implicaciones a nivel comunitario y global.
En última instancia, el Día Mundial de la Salud nos recuerda que la salud es un derecho humano fundamental y que todos tenemos un papel que desempeñar en la promoción del bienestar de nosotros mismos y de los demás. Independientemente de las situaciones personales, socioeconómicas o geográficas de las personas, se debe garantizar el acceso a los servicios sanitarios, a una adecuada prevención y medicamentos y recursos esenciales. Por todo ello, es importante promover la toma de conciencia y la educación sobre la salud para empoderar a la sociedad y favorecer la toma de decisiones sobre su salud. Al unir fuerzas y tomar medidas colectivas, se impulsa la generación y aplicación de políticas para conseguir equidad y accesibilidad para las generaciones presentes y futuras.
Referencias de interés:
[1] Día Mundial de la Salud 2024: Mi salud, mi derecho (who.int)
[2] https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/
