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Radioterapia

By 4 mayo, 2014 mayo 18th, 2020 No Comments

La radioterapia es un tratamiento que utiliza radiación de alta energía para eliminar las células cancerosas. Es un tratamiento local o locorregional (cuando se incluyen los ganglios regionales).

En el cáncer de mama es habitual aplicar radioterapia después de la intervención quirúrgica, con el objetivo de destruir posibles restos de células tumorales.

Hay dos tipos de radioterapia.

La radioterapia externa, consiste en la aplicación de la radiación que proviene de una máquina alejada del cuerpo y se dirige específicamente a la zona donde se quiere aplicar el tratamiento. Generalmente, se administra diariamente, cinco días a la semana, y acostumbra a durar diversas semanas. El momento de la aplicación del tratamiento en la máquina es muy corto, de pocos minutos. Se suministra de forma ambulatoria, por tanto, las personas deben desplazarse cada día al centro de radioterapia a recibir la sesión de tratamiento durante varias semanas.
La braquiterapia o radioterapia interna consiste en la implantación de unos tubos de plástico estrechos y la aplicación, a través de los mismos, de una sustancia radiactiva directamente en el lugar o cerca de donde se ha extirpado el tumor. Puede realizarse en una única sesión, con lo que la persona quedará ingresada unas horas o días, o en varias sesiones de forma ambulatoria, parecido a la radioterapia externa.
La radioterapia nunca provocará efectos secundarios más allá de la zona irradiada, excepto un poco de cansancio. Por ello, las personas que se tratan por cáncer de mama pueden presentar quemazón en la zona irradiada, oscurecimiento de la piel que puede ser dolorosa al tacto y en algunos casos puede ulcerarse. También puede producir la pérdida de cabello en la zona donde se recibe la radioterapia, que en muchas ocasiones es definitiva. Para prevenir y controlar estos efectos se aconseja utilizar cremas emolientes, aceites y lociones regeneradoras.

Haga clic en las fotografías para ver un vídeo con la experiencia narrada.

RADIOTERAPIA

Varias de las entrevistadas detallaban en qué consistió la radioterapia que recibieron y los sentimientos y temores frente a este tratamiento. También enumeraron algunos de los efectos secundarios generados por el mismo, como daños en la piel, cansancio o dolor en las articulaciones y los cuidados que realizaron para prevenirlos o minimizarlos.

Mireia no sabía previamente en que consistía la radioterapia. En el momento de la entrevista estaba siguiendo el tratamiento.

‘La radioterapia en realidad tampoco es… yo pensaba que sería otra cosa, y no es una cosa… bueno sí, te ponen una máquina, estás ahí cinco minutos o diez y ya está, tampoco tengo ningún efecto secundario de momento, porque llevo cinco sesiones de momento no noto nada, ni la piel ni nada’ ¿Y saliste bien después del tratamiento? ‘De momento no noto nada’

Michelle expresaba su ansiedad y las sensaciones que tuvo durante las sesiones de radioterapia: miedo a la máquina, incomodidad de la postura y pudor. Señalaba también el efecto secundario que le produjo.

‘No, porque era diario, porque le tengo terror a esos aparatos horrorosos, porque me agobiaba estar yendo a la clínica todos los días, realmente me, me fue más pesada la radio…además me quemé aquí, esta mancha de aquí es de la radio y, el seno está…tú sientes que te están quemando, el aparato…entrar a ese cuarto ya me daba de todo, o sea, me dieron ataques de ansiedad, me dieron como quince, durante la, la…’ ¿Sí? Si, horrible, bueno, ya, ya hasta me acostumbré al aparato ese porque después de treinta y seis veces, además que tienes que ir ahí, quitarte la ropa, es una situación muy extraña también ¿sabes? te…porque te desnudas de la cintura para arriba, usualmente hay dos chicas, a veces una chica y un chico, que no es que a mi me moleste pero…’ ¿No te sientes cómoda no? ‘Bueno, no tiene nada de cómodo, o sea, tú, tú te pones ahí y ellos te piden que, que te pongas como una muñeco, o sea, que no hagas movimientos voluntarios y ellos son los que te acomodan en cierta posición pero para acomodarte mira, se te ponen encima, se te tienen…con cariño ¿no? se te tiran encima y te jalan así, te mueven para acá, y tú ahí desnuda, ay, y después te dicen no te muevas, no respires, no hables, y tú así, y claro, ya, ya, te lo juro, a mi me decían eso, y el corazón me empezaba tuc, tuc, tuc, tuc, tuc, tuc, y yo decía dios mío, ya no voy a aguantar, no voy a aguantar, me empezaba a picar aquí yo decía…¿sabes cuando te pica algo y no te puedes rascar? Bueno, sí puedes, sí puedes pero si te rascas van a venir otra vez estos a acomodarte en la posición que les costó quince minutos acomodarse, tardan diez y quince minutos en acomodarte’

Ascensión le tenía miedo a los aparatos de radioterapia antes de comenzar la sesión, pero luego comprobó que no le causaban dolor.

‘Y bueno, luego otra experiencia que casi te da un patatús, cuando te dan la radioterapia, meterte en ese… debajo de esa cosa tan grande, con ese ruido tan…pero tampoco es nada, porque no te hace daño, te hace daño si tú siempre vas… yo siempre iba con el susto de ay, qué me van a hacer, qué me van a hacer, qué daño, que… lo ves en la televisión, te meten así como en un aparato, Dios mío, Dios mío, y luego no es nada. Al mes, como un mes o mes y pico de esta radioterapia’

María del Carmen sintió deseos de abandonar el tratamiento porque creía que ya no le crecería el pelo en la zona irradiada, pero luego se tranquilizó y continúo con las sesiones de radioterapia.

‘A mí me la daban cada día, fueron 30 sesiones, iba de lunes a viernes todos los días, la verdad es que como dolor no da dolor, es lo que notas, pues en el día a día vas notando que a lo mejor te vas quemando, que parece que no te hace daño, realmente es que no te hace daño, ni te quemas, tú no notas cómo te quemas, notas lo que sale después y el pecho se quema, el cuello lo tengo quemado, me quemaron aquí atrás, fue cuando me dijeron que no me iba a salir más pelo, que sí me está saliendo, a mí eso me costó tres días de llanto, le dije a la doctora, no me pongo ninguna más, me quedaban cuatro, me dice, ¿pero tú sabes lo que estás diciendo?, sí, que no me pongo ninguna más, porque a mí me dijeron que no se me iba a caer el pelo y me lo han quemado, y notas cómo se te quema esto de aquí, todo esto de aquí, que se te seca mucho la piel, te mandan mucha hidratación, pero aparte de eso a mí daño no me ha hecho, daño de un dolor físico, aparte de estar los 5 minutitos con el brazo para arriba, que se te queda dormido pero nada más, daño ninguno’

Para cuidar la piel de la zona irradiada las participantes utilizaban diferentes cremas especiales y otros preparados de base natural. También recurrieron a extracto de aloe vera con el mismo objetivo.

Teresa recibió al mismo tiempo radioterapia y quimioterapia y tuvo complicaciones con una herida.

‘Sí, sí, en diciembre ya estaba con todos los tratamientos. Me hicieron a la par la radioterapia y la quimio, sí, la radioterapia tuve una reacción que me quemé entera, con una herida que sangraba… bueno, pero me lo suspendieron un tiempo y luego otra vez, no me ha quedado ni cicatriz ni…’ ¿Y me contaría un poquito cómo fue lo del tratamiento de radioterapia? ‘Sí, iba todos los días por las tardes y era nada, 5 minutos entre entrar y salir, y tuve una reacción alérgica, lo mismo que la tuve la primera vez que se me cayó el pelo, pues se me cayó… me quemaron, pero por mi situación alérgica, entonces estuve sangrando un tiempo’ ¿Y le dieron algún tratamiento especial para esto? ‘Bueno, pues mira, yo a lo que… de información, yo busqué información y me enteré de que un farmacéutico de aquí de Santander de toda la vida, que tiene una farmacia, hacía una crema específica para quemaduras de radioterapia y entonces fui a la farmacia y me la prepararon, y se la llevé al doctor, y él fíjate, rebajarse un oncólogo a hacerme las curas diarias él, me curaba diariamente él la quemadura’

A Margarita su médico le aconsejó que mantuviera hidratada la piel utilizando cremas en la zona irradiada y así evitó que se le quemara.

‘No, no, no tuve nada, me dieron una crema, bueno, me dijeron que me pusiera una crema y mi hermana estaba trabajando en una farmacia y me dio una que a ella le gustaba mucho y me ponía mucho… me lo dijeron eh… la de oncología me dijo… tu no te preocupes por dar crema para que no quemara la piel… a ver… un poquito más oscura… pero ni se me… nada… la tengo muy bien muy bien… eh pero me puse crema… mucha crema’

Margarita realizó algunos cuidados para proteger la zona irradiada cuando tomaba sol.

‘Vamos a ver, el sol, el sol me dijeron que no tenía… que siempre me tenía que poner una protección y que no tomara el sol directamente, pero bueno, yo voy a la playa, yo me hecho una protección 90 aquí, y luego voy a la playa a tomar el sol. Nada, nada. Lo único con la radioterapia pues era unas cremas determinadas, unos jabones, no te puedes echar desodorante, esas cosas, pero bueno, que tampoco les das importancia’

Las entrevistadas también hablaron de su experiencia con los servicios sanitarios. Algunas destacaban el buen trato recibido por parte de los profesionales. Otras se referían a los problemas de traslado para las sesiones de radioterapia.

Margarita contaba que se sintió muy a gusto con el trato recibido por el personal de radioterapia.

‘Enfermeras, si, no he encontrado a nadie que diga… cuando iba a la radioterapia también…los chicos mismos que te ponían en la camilla sabes… gente muy simpática… muy amable…muy bien si,… no…muy bien’ Y el modo en que está organizado el servicio, ¿tampoco le faltó nada? ‘No, no, no… no todo eso perfecto eh, quedé muy contenta muy contenta… me han hechos sentir muy bien, sí, eh muy bien’

Otras personas como Margarita, enfatizaban la sensibilidad de quienes los asistieron durante el tratamiento.

‘Vamos a ver, en radioterapia te tratan muy bien, porque normalmente la gente que va allí pues va ya después de haber pasado una quimio, gente que ya va tocada, te suelen tratar muy bien, no es lo mismo que te traten de estas cosas que vayas a hacerte algo al de cabecera normal, notas que aquí hay un poco más de sensibilidad’

Michelle opinaba que acudir a las sesiones de radioterapia era como un trabajo ya que requería mucho tiempo.

‘En principio sí pero como mi hermana vive allá pues hice ambas cosas, al principio me fui, me quedé en casa de mi hermana, luego me aburrí y entonces iba y venía, te trae y te lleva la ambulancia pero es como un trabajo, es como un trabajo, te buscan a la mañana, entre que entras, que te atienden, que sale la ambulancia, que buscas las citas de no sé qué, las citas de no sé cuanto’

Teresa decidió trasladarse con un familiar para acudir a las sesiones de radioterapia ya que con la ambulancia que proveía el servicio de salud se demoraba más.

‘Ahora también nosotros lo hemos hecho, pues bueno, me han llevado ellos, la familia, al tratamiento, porque la ambulancia te lleva… luego cuando la radioterapia como estos los días, pues y tienen mucho trabajo y eso, pero mi pequeño dice mira a ver si te dieran por la tarde que te lo…yo me salgo de trabajar más temprano y te llevo, eso te lo hago yo, pues ya lo pedí, oye y tuvimos suerte, porque yo el verano pasado… me… terminé el año pasado en julio, en agosto, el 10 de agosto terminé. Eh, dice… pues me dieron a las ocho y media, a la última, y… pues ya me llevaron ellos también, se recogían de trabajar siempre alguno y me llevaron ellos porque la ambulancia, pues bueno, ya tienes que esperar más y nosotros nos lo hemos hecho todo”

Algunas participantes pudieron seguir con su vida normal durante las sesiones de radioterapia.

Maite sintió como un gran desafío poder participar en una carrera durante el tratamiento de radioterapia.

‘Eso, la radioterapia, acabé la radioterapia el 5 de enero, y este año lo que sí que tenía muy claro era un objetivo y lo he conseguido, era correr la de San Silvestre. Entonces justamente antes del 31 de diciembre, porque aún estaba con la radioterapia, estaba con el pecho bastante… como que se me había levantado bastante la piel. Y no sabía si iba a poder correr o no y me estaba dando un rabia, dije no, pues lo tengo que hacer, no sé cómo, entonces ya me puse una camiseta de algodón, encima un sujetador para que no se me moviese mucho el pecho, o sea, me las apañé para poder. Fui a mi ritmo’