El trastorno bipolar tipo 2 se caracteriza por la aparición de uno o más episodios depresivos mayores acompañados por al menos un episodio hipomaníaco (este episodio tiene características similares al episodio maníaco, pero su alteración no es tan grave como para provocar un deterioro social o laboral importante, ni requerir hospitalización). Los episodios hipomaníacos no se tienen que confundir con los días de eutimia (estado de ánimo normal) que pueden seguir a la remisión de un episodio depresivo mayor.
La presencia de un episodio maníaco o mixto impide que se realice el diagnóstico de trastorno bipolar tipo 2. Las personas con este trastorno puede que no consideren patológicos los episodios hipomaníacos, a pesar de que los demás se vean afectados por su comportamiento cambiante. Con frecuencia las personas, especialmente cuando se encuentran en pleno episodio depresivo mayor, no recuerdan los períodos de hipomanía, a no ser por mediación de los amigos o los familiares. La información de otras personas suele ser crucial para establecer el diagnóstico de un trastorno bipolar tipo 2.